Después de luchar casi tres horas y media en las canchas de arcilla de Paris, el sueco Robin Soderling alcanzó su segunda final consecutiva de Roland Garros. Como hace un año estará el último día de competencia buscando quedarse con el preciado trofeo. Enfrente estará el ganador del partido entre Nadal y Melzer.
Finalmente fue 6-3, 3-6, 5-7, 6-3 y 6-3 el marcador que lo lleva al partido definitorio. Pero para ello tuvo que luchar y levantar una desventaja de dos sets a uno para quedarse con el partido en cinco parciales.
El sueco impuso su juego y bajo esa ley se dictó el partido. Desde su potente derecha, su gran saque y su permanente búsqueda de las líneas, el número siete del mundo marcó la pauta.
Con más errores no forzados que su rival (63 contra 41 del checo) pero con muchos más winners también (62-42), apoyó su victoria también en el porcentaje de primeros saques (63%-50%) y en los quiebres logrados (6-13 para el sueco y 4-12 para el checo).
Pese a lo cual, la paridad del partido fue tal que se vio reflejado en la escasa diferencia entre uno y otro en los puntos ganados (155-140 para el triunfador).
Con esta victoria, el sueco podrá buscar la revancha de la derrota de 2009 ante Roger Federer. Claro que no será una empresa sencilla. Si Melzer da el gran golpe en la otra semifinal, el favoritismo caerá sobre él. Si en cambio se da la lógica y el que avanza es Nadal, todos los ojos estarán sobre el español. Aunque en ese escenario hay una a favor y es que ya sabe lo que es derrotar a Nadal en Roland Garros. En realidad, es el único que lo ha logrado.
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