Edición Impresa

Sobre bajas estaturas y el riesgo de la antipolítica

El gran problema en Argentina tiene que ver con la ineficiencia redistributiva, que aparece con más visibilidad cuando atravesamos una crisis.

reflexionesRara paradoja la que hoy estamos viviendo en la Argentina. Con la soja a 500 dólares la tonelada y la mayor presión impositiva que se recuerde (41 por ciento), nuestra Patria no hace pie en sus enormes potencialidades para lograr su desarrollo, como consecuencia de una larga historia de mala praxis política. En realidad, todo tiene que ver con la manera en que se piensa un país, allí comienza todo. Si a los excluidos del sistema les hacemos notar que molestan, que sobran, no habrá bonanza que corrija ese designio. Si nuestra ideología hace del otro un semejante y no un cliente, la respuesta será distinta. Creo que el gran problema en nuestra Argentina tiene que ver con la ineficiencia redistributiva, que aparece con mucha más visibilidad cuando atravesamos una crisis como la actual.

En nuestro país, el aumento diario de la conflictividad social se produce por la desigualdad, no por la pobreza. La aparición de la economía ilegal vinculada al narcotráfico y a toda mafia es responsabilidad de un Estado que no es justo ni en el reparto de las ganancias, ni en propiciar la inclusión real invitando al progreso.

En Argentina se discute sobre la década ganada o perdida, todas son definiciones parciales con una responsabilidad inexcusable de parte de quien fija las políticas.

Después de 2001, hubo un 45 por ciento de la población que recuperó un trabajo productivo, fue incluido, reingresó a la actividad productiva. Pero existe un 25/30 por ciento de personas que el Estado abandonó y que difícilmente la economía rescate.

El Estado lavó su conciencia con planes sociales, sabiendo que jamás lograría con ello incluirlas al mundo formal. Y eso quedó absolutamente claro cuando la economía permitía crecimientos cercanos a los dos dígitos.

Distintas construcciones

Como bien me dijo una vez el doctor Agustín Salvia, “crecieron las torres en Puerto Madero y las torres en la villa 31”. Si el Estado hubiese sido justo, habría fomentado la construcción digna de casas donde hay latas. Lamentablemente, la política aplicada hace ya años no proyecta un país con inclusión y, sí, con los hemisferios bien separados: uno puesto a disposición de complacer, seducir, congraciarse con el que tiene visibilidad; el otro para atender de favor al que más necesita.

¿Acaso todo lo concerniente al pobre no es barato, aunque el costo final resulte caro por las consabidas corrupciones?, las escuelas, los hospitales, las cárceles ¿son limpias, dignas y reeducadoras?

Quienes pretendan gobernarnos deber ser conscientes de poder recuperar la economía, domar a la inflación de este hoy desbocado, pero existen personas que son las víctimas del abandono, las que aún sin inflación no podrán vivir con visibilidad si el Estado no va a su rescate, porque insisto, una economía en crecimiento no los necesita.

En ellas nadie piensa seriamente y cada día serán más. Junto a esto, el otro fenómeno que deberán abordar, tiene que ver con la puja a la que hoy asistimos entre la cultura de una pobreza digna (viene perdiendo), y la pobreza tutelada por bandas narcos.

Especulaciones peligrosas

Ante este planteo, hoy observo que todos están más o menos lejos de pensar esta realidad. El gobierno central ocupado en negar realidades muy incómodas pero realidades crueles. La oposición peronista, con enorme temor a ser englobada, arrastrada por el universo kirchnerista, que es peronista. La oposición frentista, tratando de que se prolongue este pesar hasta octubre de 2015 para intentar ser la opción. En el medio, un pueblo entero con probos y villanos que mira con enorme preocupación su diaria realidad.

Escribí días atrás que cuando los políticos no se ponen a la altura de las expectativas de la ciudadanía puede ocurrir que aparezcan rechazos explícitos con algún inconducente “que se vayan todos”, o el castigo a la política, también inconducente, eligiendo a quienes representan la anti-política.

La escritora conduce “Convenio” por Radio del Plata 170.5 los sábados de 10 a 12

Comentarios

10