El Hincha

Clásico rosarino

Sin vencedores ni vencidos: Newell’s y Central se repartieron los puntos en el Coloso Marcelo Bielsa

Con goles de Damián Martínez y Nicolás Castro, el Clásico en el Parque Independencia terminó igualado 1-1. Pudo ganarlo cualquiera, más por intención que por ideas, pero se fueron quedando sin energía y al final el empate no cayó tan mal


Franco Trovato Fuoco

Sin vencedores ni vencidos, al menos en este partido de tanto valor. Ambos lo buscaron, con buenas intenciones, rendimientos dispares, aciertos y errores. Lo pudo ganar Central, porque pegó primero y tuvo a Newell’s contra las cuerdas. Y también pudo celebrar la Lepra, que una vez más demostró que con Gamboa es un equipo con carácter y no se entrega, por eso no lo perdió, aunque la racha sin ganar el Clásico moleste y siga siendo una deuda.

El partido enseguida mostró estándares de Clásico. Mucha intensidad para disputar cada pelota, mirada enfocada en el arco rival y mucho nervio. Y fueron apareciendo momentos para uno y otro.

Primero avisó Central. Y la jugada no fue gol por Aguerre. Centro de Blanco que sobró a Negri y Zabala, en la puerta del área chica, cabeceó con la red como destino. Pero el arquero leproso tenía otras intenciones y metió un manotazo salvador.

De a poco Newell’s reaccionó. Tuvo su momento del partido. Lo hizo explotando las espaldas de los laterales canallas, y Gamboa dejó en claro el porqué de la inclusión de Comba. El ex Gimnasia complicó con su velocidad y amenazó con un par de desbordes que no terminaron en gol por no tener un nueve de área.

A Castro le costó aparecer y Vecchio, con una molestia muscular tampoco se pudo hacer cargo para el Canalla. El negocio estaba por afuera, eso estaba claro, y los zagueros de ambos equipos comenzaron a caminar en la cornisa, obligados a cruces mano a mano, sin margen de error.

La Lepra pudo anotar. Tuvo dos jugadas que pedían grito de gol. Y ambas estuvieron en los pies de Cristaldo. La primera fue una avivada de Compagnucci, que sacó rápido un lateral tras una falla de Blanco y tras dos toques, el Churry entró a la carrera y no pudi darle potencia ni dirección a su remate. Y al rato, tras un pivoteo de Scocco, el propio Cristaldo encaró una corrida desde mitad de cancha, dejó atrás a Almada, pero se fue quedando sin aire y cuando se aproximaba al área, con Broun como única oposición, se apuró y le pegó sobre el travesaño.

El partido nunca perdió intensidad. Y sobre el final del primer tiempo Central casi se va al vestuario ganador. Gamba explotó espacios detrás de Negri y centró para que Ruben haga lo que sabe, pero el goleador no pudo empujar la pelota a la red. Y después lo tuvo Ferreyra, quien ya había obligado a Aguerre a una gran atajada tras rematar desde afuera, y en el minuto 48 tuvo el gol, pero su remate se fue apenas desviado.

El complemento se llenó de gritos. Central pegó primero. Córner perfectamente ejecutado por Vecchio a la zona vulnerable de Newell’s, ese primer palo donde sólo está Scocco, y Martínez anticipó de cabeza para el 1 a 0. Golpazo al mentón para la Lepra, que estuvo varios minutos conmovido. El local no hacía pie y quedó expuesto, faltaba una mano para tumbarlo. Y en el mejor momento canalla, Newell’s lo igualó. Comba, el más peligroso, la peleó por derecha, se metió al área y con Scocco como socio, habilitaron a Castro, y el volante, que había estado inexpresivo, remató y puso el 1 a 1.

El partido estaba para cualquiera. Un error podía sentenciarlo. Y ambos equipos sintieron que era así. Y lo fueron a buscar, sabiendo que esa exposición los podía condenar. Pero no hubo miedo, al menos por un buen rato.

Pudo ganarlo cualquiera, más por intención que por ideas. Pero se fueron quedando sin energía y al final el empate no cayó tan mal. No da para festejar, pero tampoco fue la muerte. Tal vez Gamboa salga más fortalecido que el Kily, pero eso se sabrá en el recorrido de un torneo donde Newell´s aparece mejor parado que Central, en especial por sacarse el Clásico de encima.

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