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Adelanto estreno

Silvio Soldán volvió a su rol de actor y aseguró: “Mientras estoy en actividad me siento muy feliz”

El emblemático locutor y animador regresa a la pantalla grande después de más de 40 años con un pequeño papel en "El método Tangalanga", ficción de Mateo Bendesky sobre el popular personaje que hacía bromas telefónicas y que llega este jueves a las salas argentinas incluidas las locales


El emblemático locutor y animador Silvio Soldán, que vuelve al cine después de más de 40 años con un pequeño papel en El método Tangalanga, ficción de Mateo Bendesky sobre el popular personaje que hacía bromas telefónicos que llega este jueves a las salas argentinas, aseguró a sus casi 88 años que mantenerse activo en el mundo del entretenimiento lo hace “muy feliz”.

“Fundamentalmente sigo adelante para no jubilarme, porque los que se jubilan, a los tres meses se mueren. Y como no tengo ningunas ganas de morirme, aunque sé que en algún momento me va a tocar, sigo trabajando”, dijo el conductor en diálogo con la agencia de noticias Télam, de cara al estreno de la cinta protagonizada por Martín Piroyansky y Julieta Zylberberg.

No es la primera vez que Soldán pasa por el terreno del cine, aunque la lista no es extensísima y, casi siempre, tuvo en sus manos papeles menores o cameos de sí mismo, una vez que ya se había hecho de un nombre propio como conductor en la tevé nacional gracias a los muy recordados ciclos Grandes valores del tango y Feliz domingo.

Disloque en el presidio (1965), Yo gané al Prode… ¿y usted? (1973) y Te necesito tanto, amor (1976) son algunos de esos títulos en los que participó, y recién después de varias décadas de dedicarse con mayor exclusividad a la televisión, fue convocado por Bendesky y el productor de El método Tangalanga, Diego Dubcovsky, para sumarse al elenco.

Aunque con poco tiempo en pantalla, los realizadores pensaron en Soldán para encarnar a Taruffa, un mentalista que genera un revés en la vida de Jorge Rizzi, el personaje principal a cargo de Piroyansky que en la vida real era Julio de Rissio, más tarde conocido popularmente como el famoso Doctor Tangalanga, al que le practica una sesión de hipnosis para despertar en él una faceta desinhibida y atrevida totalmente opuesta a la timidez que lo gobierna en el día a día.

“Buscaban una persona con una voz grande, y me llamaron. Cuando leí el libro me pareció una propuesta al menos simpática, y les dije que sí, si es que me dejaban que el personaje fuera un español, o al menos un argentino que había estado radicado en España, porque son más ampulosos en su forma de hablar”, contó Soldán sobre la idea que inmediatamente le surgió para interpretar su rol tras conocer su función en la historia.

Julieta Zylberberg y Martín Piroyansky, los protagonistas.

La sugerencia cayó bien: “Ellos me dieron absoluta libertad, y salió lo que se va a ver en la película, aunque es algo muy pequeño pero tiene que ver con el quiebre en la vida del protagonista, que no se anima a hablar en público, y un día ve por televisión a este señor que viaja por el mundo y que ha hecho saltar la banca de algunos casinos y otras cosas que cambiaron la mentalidad de la gente”, adelantó.

“Se interesa y lo va a ver, y yo lo hipnotizo al estilo Tusam, lo curo de esa cosa tan timorata que tiene, y se convierte en el tipo desfachatado que al escuchar determinado sonido, se convierte en un personaje muy disparatado que habla hasta por los codos”, ahondó sobre la transformación que en esta ficción le atribuye a Tangalanga su eternizada faceta como humorista.

En relación con la convocatoria que recibió para participar en el film donde también tienen apariciones especiales Luis Machín, Luis Rubio y Lucía Maciel, Soldán admitió que si bien su trayectoria lo llevó a transitar varios medios, desde el cine hasta la radio, sí lo sorprendió la propuesta: “Me llamó la atención que me llamaran a esta altura de mi carrera, pero nada más que eso, yo les agradecí y lo que hice con todo el entusiasmo que pude”.

De todos modos, su nueva llegada a la pantalla grande no ocurre en vísperas de un panorama pasivo para el animador, que en septiembre del año pasado estuvo a cargo de conducir la versión musical de Grandes valores del tango que Diego Romay, hijo del “zar de la televisión”, quiso llevar sobre las tablas.

“Alejandro (Romay) fue el creador de Grandes valores, que además nació en la radio, cuando él vino a Buenos Aires. En el teatro hicimos diez funciones, al principio con la sala a mitad de capacidad y, cuando se corrió el boca a boca, que es tan importante, las funciones restantes estuvieron prácticamente llenas”, comentó sobre esa segunda -o tercera- vida que el ciclo que empezó a conducir en 1972 tuvo en el porteño Teatro Astral.

La obra contó no sólo con orquesta en vivo, bailarines e invitados especiales sino que fue una oportunidad para recorrer la propia historia de Grandes valores, que meses después, en diciembre pasado, también fue objeto de homenaje cuando Canal 9 decidió emitir un programa especial con la conducción de Soldán y el recuerdo de los momentos más importantes de sus emisiones.

“Existe un diálogo para llegar algún día a hacerlo nuevamente, aunque está verde, pero podría darse”, deslizó entusiasmado el locutor sobre la posibilidad de que uno de los productos que más marcaron su carrera tenga espacio en el futuro en la señal que lo albergó tradicionalmente.

Justamente, sobre la trascendencia de aquel show de tango en vivo, así como de Feliz domingo, donde guiaba a las decenas y decenas de adolescentes que competían en diferentes juegos para ganarse un viaje de egresados gratis, Soldán explicó que, para él, “el éxito es algo que no se discute”.

“Según mi concepto, cuando algo es exitoso no se puede analizar, la gente dice que sí y punto. Grandes valores y Feliz domingo se transformaron casi en programas de culto, porque la gente los recuerda como si estuvieran en el aire hace quince días o tres meses, es algo fantástico”, añadió en ese sentido.

Y con los títulos que lleva en su haber y las puertas que al día de hoy le abren, concluyó: “Me encanta lo que hago, el tango siempre estuvo en las entretelas de mis sentimientos, así que todo lo que hago, lo hago con el mismo fervor, cariño y ganas de siempre”.

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