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Sigue el cortocircuito en la EPE tras la muerte de un trabajador

Luz y Fuerza exige un “plan integral de seguridad” y no descartó ir a la huelga. En la empresa describen una cruda herencia.


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“Somos conscientes de que el accidente puede ocurrir: pasa en todos lados. Pero nosotros trabajamos con electricidad, y lo primero que vamos a exigir es un plan integral de seguridad para el trabajador”, subrayó el titular del Sindicato de Luz y Fuerza, Alfredo Romero. El sindicalista se refirió así al estado general en las bases del gremio, que pueden llegar a ir a la huelga. Están conmovidas por una nueva muerte –la sexta de tres años a esta parte– de un trabajador: el sábado entre las 14 y las 15, Sergio Genovar, de 54 años, había llegado junto a su cuadrilla, entre las 15 y las 16 hasta una línea de media tensión de Luis Palacios, que estaba interrumpida por falla. En ese trabajo dejó la vida, y su propia historia –su hermano trabaja en la EPE y su padre lo hizo en Agua y Energía– dejó al descubierto no sólo que la fatal contingencia se pudo haber evitado, sino que su causa parece otro coletazo –tardío y trágico– de las políticas privatizadoras de los 90 que aún subsisten. Y también, aunque parezca increíble, del desierto verde en que se está transformando la provincia, cuyas huracanadas consecuencias las sienten todos los habitantes y, lógicamente, las redes eléctricas.

“Nuestra autocrítica es no haber actuado antes. Debíamos haber dicho «basta» hace tiempo”, remarcó Romero. El secretario de Luz y Fuerza recordó a El Ciudadano que el domingo 9, después de otra de las grandes tormentas que vienen sacudiendo a la región, un trabajador de la EPE que estaba reparando un desperfecto recibió una descarga. “El compañero sobrevivió de milagro. Y en la siguiente reunión de directorio de la empresa, el miércoles, pedimos que se tomaran medidas para que no pasara de nuevo, y pasó. Cantalejo sabía que esto podía pasar”, se enojó Romero.

Daniel Cantalejo, ingeniero y  titular de la Empresa Provincial de la Energía, fue el blanco del sindicalista por la situación. “No hay nada que justifique un accidente de este tipo”, remarcó a este diario, antes de describir un panorama cuanto menos complejo: “En los últimos dos meses, en el Gran Rosario y en localidades del sur provincial se dañaron 130 kilómetros de cables de media tensión por las tormentas. En uno de los episodios más graves, tardamos tres días en reponer la energía, y mientras tanto utilizamos 16 generadores con un consumo de 20 mil litros de combustible por día”, refirió el titular de la EPE.

Cantalejo marcó que, “por el cambio climático que es evidente”, cursó un pedido de más personal para la empresa a la Legislatura provincial, que es el mecanismo que se debe transitar al tratarse de una empresa del Estado.

Pero el trámite para reforzar personal ante eventos climáticos a nivel inédito no llegó a tiempo a la base de Totoras, donde trabajaba Genovar. Peor aún, el que sí llegó fue otro: en la década de los 90, cuando la Empresa Provincial de la Energía inició un proceso de reformas internas concentrando en menos bases mayores radios de atención, en Totoras había 25 trabajadores: ahora hay 10.

Y tanto el gremio de la EPE como su principal directivo –abiertamente enfrentados– coincidieron en culpar a la intención privatizadora por esto. “La intención era denigrar a la empresa para preparar el terreno para su privatización. Y los que hicieron ese diagrama de la estructura eran la misma gente que buscaba que se privatizara. ¿Cómo puede ser que haya localidades en la provincia donde existen instalaciones de la EPE con un solo trabajador?”, fustigó Romero. Y marcó que incluso hay instalaciones de la empresa en localidades del interior donde la cantidad de trabajadores para atenderlas es: “Ninguno”.

Romero no duda en apuntar a Cantalejo –ayer ratificado por el gobernador Antonio Bonfatti (ver aparte)– por la situación: “No hizo nada, siguió con el envión. No hay planificación, ellos fueron tres veces a Totoras y las tres veces le pidieron «por favor» que tomara medidas. Ahora dicen que están tramitando cuatro ingresos. Entonces están reconociendo que antes no hicieron nada”, despotricó.

Con un ojo en los 90, Cantalejo marcó lo se viene haciendo: recordó que al arrancar la gestión de Hermes Binner en 2007, la EPE tenía 3.050 empleados –“las dos terceras partes trabajan en las redes”– con una edad promedio de 51 años, “y ahora son 3.550, y la edad promedio es de 44”. Y también marcó que desde ese momento “se jubilaron 600” trabajadores de la Empresa Provincial de la Energía. También indicó que el consumo de entonces era un 25 por ciento menor que el actual. “Solamente en Rosario se están abasteciendo 1.100 edificios nuevos en los últimos cinco años”, continuó. Y marcó que, por el crecimiento de la demanda por un lado, y el cambio en las condiciones climatológicas por otro, “se están gestionando 200 operarios”.

También puntualizó que la EPE tiene “la red más extensa del país” y que está trabajando en capacitación específica –“antes empleados  nuevos recibían dos días de preparación y ahora están dos semanas antes de salir a trabajar”, explicó– y en higiene y seguridad: “Hemos aprobado una nueva ropa ignífuga, que se va a comenzar a utilizar en enero”.

Pero para el gremio no es suficiente: “Pedimos cambios de metodología, no de ropa. En Rosario teníamos hasta los 90 un centro de capacitación que era el mejor del país y de Sudamérica, y lo desmantelaron”, se quejó. Con todo, lo cierto es que por demanda o por clima, un desperfecto le costó la vida a un trabajador.

Bonfatti confirmó a Daniel Cantalejo

“Lo confirmo a Daniel Cantalejo (en el cargo) porque es un eficiente funcionario”. De esta manera el gobernador Antonio Bonfatti se refirió al pedido de renuncia del director de la EPE por parte del Sindicato de Luz y Fuerza de Rosario. En el mismo sentido, el ministro de Aguas y Servicios Públicos, Antonio Ciancio, expresó que “si el sindicato es parte de la empresa” a través de un representante en el directorio “todos somos responsables” por el funcionamiento de la EPE.

“Es una expresión del sindicato de Rosario, son cinco los sindicatos en la provincia, llama la atención porque son parte del directorio de la empresa y jamás hicieron un planteo de estas características”, agregó el gobernador. En tanto, para Ciancio “no hay razón para la renuncia de Cantalejo”. “El sindicato de Rosario tiene un miembro así que todas las cosas que se hacen desde la empresa están consensuadas en ese directorio”, concluyó el ministro.

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