El Hincha

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Sigue de capa caída: Newell’s perdió en el Coloso contra Defensa y Justicia

Nicolás Fernández abrió el marcador luego de un error de Willer Ditta. En el comienzo del complemento, un remate de Duarte se desvió en el colombiano y se le metió a Herrera. Y sobre el final descontó Garro. Y fue un castigo demasiado grande para Newell's, que pagó caro los errores


Franco Trovato Fuoco

Dos tiros al arco, dos goles. La ecuación para Defensa fue perfecta. Y fue un castigo demasiado grande para Newell’s, que pagó caro la inexperiencia de su juvenil arquero y la incapacidad para darle valor a tener la pelota en monopolio pero sin ideas. Y la derrota suma un quinto partido en fila sin ganar.

Si a Herrera aún le aturdía el gol del Clásico, el partido lo sacudió rápido. Y otra vez el pibe dejó dudas. El frenético arranque de Newell’s no dejó acomodarse a Defensa, pero ese ímpetu no se trasladó a la red rival. Y en el primer ataque de la visita, Herrera la fue a buscar adentro. Una serie de eventos desafortunados derivaron en el impensado gol visitante. Lema salió lejos y cuando intentó rechazar desde el piso no hizo más que habilitar a Togni. El extremo sacó un centro despejable, pero Ditta -a contrapierna- falló, y a Uvita Fernández le bastó con un toque al medio del arco frente a un Herrera que estaba demasiado volcado al primer palo.

“Ponga huevo Newell’s ponga huevo…”, fue el hit tribunero de apoyo. Pero la realidad no era la que reclamaba el hincha. A Newell’s le sobraba entrega y despliegue, su carencia era la claridad o precisión para romper un cerco que tampoco estaba tan firme. Um cabezazo de Juanchón que obligó a un manotazo de Unsain; un remate desviado de Sordo tras un slalom personal; dos pifiadas de Ditta en zona de área chica a escasos metros del arco dejaron a la luz el momento de Newell’s en ofensiva. Y ni siquiera ligó con un par de manos observadas por el VAR o una supesta falta a Panchito que pudo pitarse como penal.

A Newell’s le empezó a sobrar Sforza o Fernández. El partido pedía otro delantero de área o un volante más ofensivo en lugar de un cinco. Y si bien las opciones en el banco no eran para desvelarse, Fabián Ángel o el pibe Rossi empezaron a pedir cancha, aunque Sanguinetti optó por esperar un poco para cambiar.

El DT leproso esperó, el partido no tuvo esa paciencia con Newell’s. Otra tiro con pinta de insignificante, otro gol visitante. Fernández se jugó a un quite y no llegó. Y Duarte se sacó de encima la pelota con un remate de esos que nunca terminan en nada. Este fue la excepción. Un desvío en Ditta y una tardía reacción de Herrera fueron letales. Y el 2 a 0 se hizo un resultado muy lejano. Irremontable por donde se lo mire.

En medio de lo inexplicable, Sanguinetti también mostró confusión, o capricho. Mantuvo dos volantes centrales casi hasta el final, sumó gente en ataque pero sin tener alguien para manejar la pelota o darle valor a tantos delanteros, y por segundo partido consecutivo dejó en el banco al colombiano Ángel, uno de los refuerzos que pidió y no utiliza.

Pudo descontar Newell’s. Pero Fernández erró el testazo en el área chica y Garro cabeceó desviado en soledad. El gol de Garro a puro rebote fue con la chicharra a punto de sonar. No hubo tiempo para más. La noche venía pifiada y la racha negativa empieza a preocupar.

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