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Signos de recuperación en la economía

por María Iglesias

Más allá de la tergiversación en los números del Indec hay ciertas cuestiones sobre las que ya no quedan dudas: que lo peor de la crisis en la Argentina quedó definitivamente atrás y que las primeras señales de recuperación empiezan a salir a flote luego de haber tocado fondo.

Según reconoció el propio Indec, la economía registró en septiembre un crecimiento de 0,6 por ciento en la comparación con el mismo mes del año pasado. Se trata el segundo mes consecutivo de expansión de la actividad luego de una seguidilla de caídas interanuales registradas en el segundo trimestre del año. Además, el indicador registró un alza interanual del 0,3 por ciento entre enero y septiembre pasados y del 1,2 por ciento en los últimos doce meses, según los datos del organismo oficial.

Sin embargo, para las estimaciones privadas, si bien se evidenció cierta recuperación en los últimos meses, ésta fue menor. Así, tanto para el estudio Orlando J. Ferreres y Asociados como para la consultora del economista Gabriel Rubinstein, en octubre la actividad registró una leve mejora al crecer un 0,4 por ciento y un 0,3 por ciento, con respecto a septiembre. Claro que al tener en cuenta las variaciones respecto de octubre del año pasado la economía sigue en terreno negativo.

Para O. J. F. y Asociados la baja interanual llegó al 3,1 por ciento mientras que en el caso de Gabriel Rubinstein la caída fue del 2,6 por ciento. La buena noticia viene por el lado de que las disminuciones aminoraron su ritmo: el negativo registrado en esta última consultora fue, junto a marzo, el mejor dato interanual de todo 2009.

“Nuestras estimaciones arrojan que en octubre la caída se moderó hasta el 2,6 por ciento, luego del negativo del 4,3 por ciento en septiembre”, sostiene el informe de Rubinstein.

Esta recuperación todavía no se plasmó en las cuentas del gobierno. El resultado fiscal, si bien sigue en terreno positivo, diminuyó un 73 por ciento en octubre con respecto al mismo mes del año pasado. Así, el superávit alcanzó los 702,2 millones de pesos, cuando en ese periodo de 2008 había logrado 2.608,8 pesos.

Por su parte, el resultado de la balanza comercial fue 1.182 millones de dólares, un 16,1 por ciento por arriba del saldo favorable del mismo mes de 2008. Este resultado se alcanzó por una leve desaceleración en los ritmos de caída de las exportaciones y las importaciones, lo que daría una señal de que, al menos, la caída se frenó.

Las perspectivas a futuro son un poco más alentadoras que durante los meses anteriores. De hecho, el Índice General de Expectativas Económicas (Igee) que elabora la Universidad Católica Argentina (UCA) junto a TNS Gallup correspondiente a noviembre, tras exhibir un amesetamiento en los últimos tres meses, presentó una mejoría en octubre.

Así, el Igee experimentó una suba de 5,5 por ciento en la última medición. Por primera vez desde febrero de 2008, el Igee adopta niveles similares a los del mismo período del año anterior.

Sin dudas que el fondo de esta crisis fue significativamente menos profundo que el que transitó la economía argentina entre fines de 2001 y principios de 2002. Esos dos años coronaron los cinco anteriores de recesión, con cifras de desempleo alarmantes, que superaban el 20 por ciento. En cambio, a mediados de 2008 el coletazo de la crisis internacional encontró al país con los bolsillos más abultados que en ese momento: luego de seis años de expansión de PBI a tasas superiores al 8 por ciento (en buena parte, debido al rebote post crisis de 2001), con tasas de desempleo que llegaban a un dígito.

Sin embargo, hoy la principal preocupación de los argentinos vuelve a ser el empleo. Según la encuesta de la UCA, al preguntar cuáles debieran ser las prioridades económicas del país entre una lista de posibles opciones, la generación de empleo (67 por ciento) y la lucha contra la pobreza (63 por ciento) aparecen como las más importantes.

En orden de prioridad siguen el control de la inflación (38 por ciento) y la reducción de las desigualdades sociales (32 por ciento). Además, dos de cada diez entrevistados mencionan al mantenimiento del dólar y el fomento de inversiones. Y mientras se avanza con la propuesta de la reapertura del canje de la deuda, sólo uno de cada diez considera prioridad la búsqueda de nuevos mercados internacionales, que haya más crédito, y que se solucione el endeudamiento externo.

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