Histórico. En un final increíble, Banfield se coronó campeón por primera vez en sus 113 años de vida pese a caer ayer 2 a 0 ante Boca en la Bombonera.
El equipo conducido técnicamente por Julio César Falcioni aprovechó el traspié que sufrió Newell’s en el Parque Independencia frente a San Lorenzo por idéntico resultado y terminó primero con 41 puntos, dos más que los rojinegros.
Banfield monopolizó la tenencia del balón, pero mostró pocos argumentos para generar peligro, mientras que Boca fue más práctico y contó con el plus de tener a un Palermo implacable.
En ese sentido, el local marcó en su primera llegada: gritó gracias a un penal concretado por Palermo tras una insólita infracción de Julio Barraza a Nicolás Gaitán dentro del área.
Dos minutos después del gol, el Pato Abbondanzieri sacó de un ángulo un tiro libre de James Rodríguez y a partir de allí comenzó el dominio visitante, pero limitado a lo territorial.
Boca esperaba agazapado, aguantando los envíos aéreos de Banfield, hasta que Marino encabezó una contra a los 25 minutos y luego de recibir un centro de Colazo desde la izquierda, se perdió el gol, cabeceando en soledad dentro del área chica.
Banfield no bajaba los brazos, seguía manejando la pelota y contó con chances claras con dos cabezazos apenas desviados de Santiago Silva y Víctor López, y un mano a mano desperdiciado por Sebastián Fernández.
Los dirigidos por Falcioni arrancaron el complemento en la búsqueda del empate, pero Boca se mostraba firme atrás y sólo sufría con los centros lanzados por Erviti.
Antes de los 10 minutos, Víctor López logró ganarle la posición a Gabriel Paletta y estuvo cerca en dos oportunidades.
Sin embargo, la posesión del balón y los esfuerzos no alcanzaban, y encima Boca volvía a contar con el viejo Palermo.
Sobre los 14 minutos, Morel Rodríguez envió un centro pasado desde la izquierda, Paletta bajó la pelota y el Titán entró solo para marcar el segundo tanto.
Los jugadores de Banfield fueron ganados por el nerviosismo, pero las noticias que llegaban de afuera eran positivas –la caída de Newell’s– y la alegría por el seguro título superaban al nerviosismo vivido dentro del campo de juego.
En ese sentido, el segundo gol de Fabián Bordagaray en el Parque Independencia llegó cuando en La Boca faltaban más de 20 minutos.
La noticia del segundo tanto del Ciclón fue música para los oídos de jugadores e hinchas de Banfield, que comenzaron a festejar el título antes del pitazo final de Diego Abal.
Histórico. Banfield, en silencio, fue armando un equipo sólido y terminó en lo más alto del podio. ¡Salud, campeón!
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