En una sesión que se anticipa extensa y cargada de tensiones de ambas partes, la oposición intentará darle un golpe a la caja de la ANSeS y avanzar con la aprobación del 82% móvil a las jubilaciones mínimas.
El oficialismo tratará hasta último momento tratar de desactivar la sesión con la falta de quórum, pero por ahora los anti kirchneristas cuentan con el número justo para comenzar la reunión y convertir en ley la medida.
Cerca de las 11 se llevará a cabo una reunión de Labor Parlamentaria, en la que los titulares de los principales bloques de la Cámara alta negociarán el inicio de la sesión. Se espera que el kirchnerismo, al mando de su jefe Miguel Ángel Pichetto, no baje al recinto hasta que haya quórum. Es por eso que será tarea de la oposición lograr que se allane el camino.
A priori, el arco anti K contaría con los votos necesarios para transformar en ley el proyecto. Para ello contaría con el voto esta vez positivo del vicepresidente Julio Cobos, en caso de empate, e incluso con voluntades kirchneristas.
La recolección del quórum es una tarea más complicada. Sin embargo, el neuquino Horacio Lores se comprometió a sentarse en su banca a la hora que suene la chicharra que llama a los legisladores. Además, la oposición cuenta con el voto del oficialista de Chubut Marcelo Giunle, aunque éste se prestaría para habilitar sesión.
Pese a que los número no le terminan de dar a Pichetto, el rionegrino alcanzó sumar a la causa oficial al radical José María Roldán. En tanto, la presencia de Carlos Menem, como ocurre desde el recambio legislativo, es una incógnita.
Con este panorama, la oposición espera alcanzar el quórum para la sesión de esta tarde, que se espera extensa por la antagónica postura de cada parte. El Gobierno alega que la aprobación de la medida tendrá un costo de más de $ 40.000 millones que pondrá en situación de défict a la ANSeS. Esto parece no importarle a los no kirchneristas que igual buscarán la aprobación, ya se para que se aplique o bien para obligar la presidente Cristina de Kirchner a recurrir a un veto que tendrá un alto precio político.
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