Postitulo

20 años del Postítulo

Ser periodistas en la sociedad de plataformas


Mg. Silvana Comba*

Mg. Edgardo Toledo**

Cuando comenzamos a pensar el Postítulo en Periodismo, a comienzos de este siglo, vislumbrábamos grandes cambios en los escenarios de la comunicación. Muchas fueron las promesas en la era de Internet, y las esperanzas de que su cumplimiento nos condujera a una sociedad más abierta, más plural, más participativa.

Desde esos inicios utópicos de un ciberespacio que garantizaría la libre expresión, la horizontalidad y la democratización de la comunicación hasta esta nueva ecología de medios, varias fueron las sorpresas. El consumo de información se ha plataformizado y esto condujo a nuevos fenómenos. Los algoritmos nos generan una identidad fantasma, que ya no es la que teníamos sino una amalgama de la cual surgen nuestras supuestas identidades. Un conglomerado estadístico operado por bots que inciden en las elecciones que hacemos en la vida cotidiana.

La revisión crítica de estas plataformas nos permite entender las tensiones que se producen cuando intentamos abordarlas como espacios ampliados de expresión que, a la vez, nos condicionan a través de su arquitectura. Tomemos, por ejemplo, el fenómeno de las fake news que, aunque no es nuevo, en las redes se amplifica por la capacidad de viralización que privilegia el impacto emocional sobre la veracidad de la información, con la consecuente pérdida de confianza y desinterés por las noticias.

Y como si esto fuera poco, después de años de experimentación, ahora se está usando la inteligencia artificial en forma masiva para la generación de contenidos (textos e imágenes). Y aquí surge otro desafío para el periodismo que necesita conocer las posibilidades que se abren al trabajar con aplicaciones de IA. Y, a la vez, los cambios que seguramente surgirán en las rutinas informativas.

De aquellos primeros años de la web 2.0 heredamos la convicción de que se pueden generar nuevas narrativas para seguir interesando a las audiencias. De que, a pesar de la concentración de medios, los movimientos sociales buscan construir otras agendas informativas. Prueba de ello es la multiplicidad de medios emergentes de comunicación y nuevas organizaciones periodísticas: portales alternativos de noticias, podcasts que informan sobre trabajos de investigación periodística, videos en Tik Tok e Instagram sobre eventos locales, newsletters que buscan fidelizar a sus lectores, entre otros.

¿Cómo es ser periodistas hoy? En el Postítulo en Periodismo creemos que se trata de hacernos esa pregunta e ir respondiéndola con estudio, investigación y exploración de nuevos lenguajes. Sin perder de vista los valores de rigurosidad y responsabilidad que hacen al buen periodismo para promover una sociedad más informada y democrática.

*Directora del Postítulo 2003-2015

**Docente investigador

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Narrar historias

Lic. Anabel Barboza*

Todos los días, para ir a la escuela, pasaba frente a la casa del conductor del programa radial Carlos Pellegrini su vida y su gente, un espacio que se emitía los domingos al mediodía en la única radio que había en mi pueblo. Aguilar, ese era su nombre, se había dedicado durante años a recopilar hechos y protagonistas para reconstruir la historia del lugar y destacar a las personas que con su oficio y su labor hacían crecer a la comunidad.

Un día, además de saludarme, me llamó. Me dijo que me había escuchado leer en algunos actos escolares y me preguntó si me gustaría participar en su programa como locutora. Yo tenía 12 años y empezaba a habitar ese mundo que era una parte importante del paisaje sonoro de mi infancia: la radio, su sonido y sus voces.

Esos primeros años estuvieron marcados por las ganas y el entusiasmo de formar parte de un medio que crecía con el trabajo de un grupo de gente que alternaba sus roles como operadores, conductores, locutores y periodistas. Todos hacíamos todo desde el oficio, desde el aprender haciendo.

Cuando terminé la secundaria decidí venir a Rosario a estudiar locución, convencida de que podía sumar conocimiento para poder ejercer con más solvencia esta profesión. Pero quizás lo mejor que me ofreció esta carrera fueron las preguntas que empezaron a delinear otra manera de entender la comunicación y el periodismo.

En esa búsqueda estaba, cuando un oyente de un programa del que formaba parte se comunicó para decirnos que escuchó atentamente el tema que estábamos tratando y que a partir de lo que expresamos pudo cambiar su punto de vista. Lo que decimos incide en la manera de percibir el mundo. Ese mensaje que a simple vista podría ser uno más de los que se reciben en los medios, fue para mí el impulsor de la necesidad, casi urgente, de seguir formándome. Por esa razón me inscribí en el Postítulo en Periodismo y Comunicación, carrera que me proporcionó herramientas para narrar las historias que quiero contar, buscarle matices, contradicciones y profundidad para que sean más completas y precisas y también para obtener una mirada más crítica sobre los temas a tratar.

Formarnos es una responsabilidad que tenemos como trabajadores de medios, pero es, sobre todo, un compromiso que debemos asumir quienes por diferentes circunstancias comenzamos ejerciendo este rol desde la intuición y descubrimos (quizás por accidente como en mi caso) la influencia de las palabras y de los conceptos que se emiten desde un micrófono en el pensamiento colectivo. Esa responsabilidad es aún mayor cuando pretendemos generar un espíritu crítico y una pluralidad de pensamiento en tiempos en que los grandes medios, muchas veces, valiéndose de la verticalidad de la comunicación, emiten sentencias, cual jueces, que se replican como verdades absolutas e inhabilitan otros caminos de reflexión.

*Periodista y locutora (Radio Universidad)

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