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Ser madre antes de los 35

Un estudio indica que las que están recién por superar esa edad se inclinan a tratamientos de fertilidad para poder concebir a su hijo, dado que la cercanía a los 40 resta chances de un embarazo óptimo.

Las mujeres que no pueden concebir recurren a tratamientos de fertilidad recién cuando superan los 35 años, cuando son menores las chances de que un método de baja complejidad pueda tener éxito, según una encuesta de una asociación privada.

El relevamiento efectuado el mes pasado a 100 mujeres indica que tres de cada diez recurre a un tratamiento de fertilidad recién cuando supera los 35 años. Todas las encuestadas ignoraban que el 40 por ciento de lo casos son solucionables con métodos de baja complejidad.

“Muchas personas demoran la consulta por temor a lo que el médico pueda decirles, pensando que inevitablemente tendrán que recurrir a los procedimientos de alta complejidad”, dijo Isabel de Rolando, presidenta de la Asociación Concebir, que realizó la encuesta.

“Sin embargo, es al revés: si no consultan a tiempo son menores las chances de tener un bebé con técnicas de baja complejidad. Las parejas deben investigar sobre su problemática, buscar respuestas, para decidir con libertad y autonomía”, indicó.

La entidad remarcó que “a partir de los 30 años la fertilidad de la mujer comienza a declinar y después de los 35 años se reduce notablemente la posibilidad de tener un bebé con óvulos propios”.

Por eso, señaló, “cuando la mujer tiene más de 35 años y no logra el embarazo luego de seis meses de intentarlo tiene que consultar al especialista y, si es menor, se puede esperar al año”.

De Rolando apuntó que la encuesta mostró lo contrario: “Casi el 40 por ciento de las afectadas con más de 35 años de edad tardó más de 12 meses en sospechar una dificultad para concebir”.

Estela Chardón, coordinadora de la asociación, dijo que “el 71 por ciento de las parejas encuestadas sospechó que tenía un problema de fertilidad después de un año de buscar la concepción, y efectivamente lo tenían”.

“Eso significa que el consejo popular que dice que ‘la pareja se vaya de vacaciones’ para lograr un embarazo es poco apropiado.

En todos los casos, es la pareja la que tiene en sus manos el destino de su familia, buscando una opinión profesional por lo que esperar una solución mágica pocas veces da resultado”, sostuvo.

Otro de dato importante surgido de la encuesta es que casi la totalidad de las personas con problemas de fertilidad ignora que más del 40 por ciento de los casos son solucionables con técnicas de reproducción asistida de baja complejidad.

“El 97 por ciento de los consultados desconocía este hecho, pese a hallarse sumamente familiarizados con la problemática”, aseguró de Rolando.

Marcos Horton, presidente de la Sociedad Argentina de Medicina Reproductiva (Samer), añadió que “incluso en una población teóricamente informada como la que intervino en la encuesta persisten conceptos erróneos sobre la fertilidad en general o información imprecisa acerca de resultados y tasas de éxito de los tratamientos”.

Las técnicas de baja complejidad más comunes incluyen la estimulación de la ovulación mediante la ingesta de hormonas y la inseminación intrauterina “que tienen éxito en 40 a 80 por ciento de los casos”, afirmó la asociación.

Según Concebir, “una escasa proporción de los pacientes debe acudir a las técnicas de alta complejidad tales como GIFT (transferencia de gametas a las trompas), fertilización in vitro (FIV) o ICSI (inyección de espermatozoide dentro del óvulo)” para lograr el embarazo.

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