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Policía: separan a tres agentes por inauditos deslices

Un agente de 21 años fue filmado en un supermercado de Santa Fe guardando embutidos entre sus ropas. Fue seguido por el personal de seguridad y detenido por uniformados del Comando Radioeléctrico. Ayer fue pasado a disponibilidad.


Durante el pasado fin de semana, tres policías santafesinos fueron pasados a disponibilidad por distintos hechos acontecidos en tres puntos bien disímiles de Santa Fe: los departamentos General López, La Capital y 9 de Julio. Uno de los hechos tuvo lugar en el hipermercado ubicado frente al barrio El Pozo, al este de la capital de la provincia, donde un agente de 21 años que presta servicio en una comisaría de la Unidad Regional II fue sorprendido saliendo del local con embutidos por valor de 400 pesos entre sus ropas. Otro uniformado quedó tras las rejas luego de pelearse y disparar su arma reglamentaria en la puerta de un bar donde se suponía que debía estar cumpliendo tareas de custodio, en el noroeste provincial. El tercero fue separado por manejar en forma imprudente un patrullero en el sur santafesino.

Fuente del gobierno provincial indicaron que el suboficial Alejandro G., de 21 años, fue separado por un hurto registrado en la tarde del sábado pasado en el supermercado Wall–Mart, ubicado a la vera de la ruta nacional 168, frente al barrio El Pozo de la ciudad de Santa Fe.

El agente, oriundo de la capital provincial y quien prestaba servicios en la seccional 32ª de Rosario, fue registrado por las cámaras de seguridad de un hipermercado mientras sustraía mercadería de las góndolas (en su mayoría embutidos) y las ocultaba entre sus prendas.

Cuando Alejandro salió del comercio fue interceptado por personal de seguridad en la playa de estacionamiento, pero cuando le pidieron que mostrara qué llevaba entre sus ropas, el joven hizo caso omiso a los requerimientos de la guardia e intentó darse a la fuga.

Previendo que iban a tener problemas, dieron aviso al Comando Radioeléctrico, que interceptó al joven cuando estaba a punto de subirse a su auto. Quiso evitar ser apresado dándose a conocer como uniformado y mostrando su credencial, pero luego de unos minutos de discusión, terminó mostrando que entre sus ropas había guardado embutidos por valor –según fuentes del caso– de 400 pesos.

Ante esto, fue trasladado a la sede de la Unidad Regional I, donde quedó a disposición de la Justicia. Y en la mañana de ayer fue puesto en situación de disponibilidad por el gobierno provincial.

Rápido y furioso

Otro agente de 31 años identificado como Celso G. G. corrió la misma suerte. Según voceros del caso, el uniformado debía encontrarse prestando servicios en el destacamento 1ª de la comuna de Miguel Torres, pequeña localidad ubicada en el departamento General López, (de donde es oriundo), al sur de la provincia, cuando fue sorprendido en horas de la madrugada del sábado pasado a bordo de un patrullero estacionado sin luces en la banquina de la ruta nacional 33 y la ruta provincial 93, vestido de civil.

Otro móvil policial que circulaba por la zona se aproximó al vehículo, pero el agente Celso emprendió una huida a toda velocidad por la ruta 93 en dirección a Melincué sin responder a las señales de luces ni a los llamados radiales de quienes en definitiva eran sus colegas.

La persecución duró unos 15 minutos y finalizó 13 kilómetros después. Cuando el policía fue interrogado sobre su peligrosa conducta “no supo dar ningún tipo de explicación”; según informaron desde el Ministerio de Seguridad, por lo que fue pasado a disponibilidad en forma preventiva, hasta conocer más detalles sobre el extraño episodio.

Para los tres casos, desde la cartera de Seguridad se ordenó que el sumario administrativo correspondiente sea sustanciado por el Departamento Judicial (D-5), dependiente de la Jefatura de Policía de la provincia, con el objetivo de llevar un riguroso control por parte del Ministerio en la investigación sumarial de los hechos.

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