Policiales

Violencia institucional

Seguirán libres los dos policías que en octubre serán juzgados por matar en dudoso enfrentamiento

El juez Gonzalo López Quintana rechazó este martes el pedido de prisión preventiva para Omar Guillermo Dal Lago (padre) y Omar Jesús Dal Lago (hijo), dos efectivos que el mes próximo enfrentarán pedidos de perpetua por el homicidio de Michel Campero, perpetrado el 6 de enero de 2014

Michel Campero junto a su mamá Marisabel.

Los dos policías que el mes próximo enfrentarán en un juicio oral y público pedidos de prisión perpetua por el homicidio de Michel Campero, un joven de 18 años asesinado en 2014, continuarán en libertad. Así lo determinó este martes el juez Gonzalo López Quintana quien rechazó el pedido de prisión preventiva que habían solicitado la Fiscalía y los abogados de la familia de la víctima. En su lugar, el magistrado impuso medidas alternativas “menos gravosas”, entre ellas la prohibición de que salgan del país y de que se acerquen a testigos del caso, además de la obligación de presentarse a firmar a diario en la Oficina de Gestión Judicial (OGJ).

El caso que tiene como acusados a los policías Omar Guillermo Dal Lago (padre) y a Omar Jesús Dal Lago (hijo) llegará a juicio luego de casi ocho años, en el marco de una dilatada investigación judicial que comenzó en el viejo sistema procesal penal y llegó hasta la Corte Suprema de Justicia de Santa Fe. Fue el máximo tribunal provincial el que, hace dos años, allanó el camino para que ambos uniformados sean debidamente juzgados, luego de distintas instancias en las que se apelaron absoluciones y sentencias sobre legítima defensa.

Es que desde un principio, ambos policías declararon que la muerte del adolescente se dio en el marco de un “enfrentamiento armado” que siguió al robo de una moto. No obstante, y en contraposición a ese relato, tanto la Fiscalía como la querella plantearon el caso como una ejecución en base a pruebas recolectadas por contener todos los ingredientes de un caso de gatillo fácil: el joven recibió los balazos por la espalda, estaba desarmado (al lado de su cuerpo incautaron un encendedor con forma de pistola) y ambos policías estaban de franco, sin uniforme y salieron a “buscarlo” sin dar aviso al 911.

Ambos planteos se ventilarán en el juicio oral, cuya fecha fue fijada para el próximo 22 de octubre, con un tribunal compuesto por los jueces Rafael Coria, Hebe Marcogliese y Florentino Malaponte.

Durante la audiencia de medida cautelar que comenzó este lunes y terminó este martes, el juez Gonzalo López Quintana rechazó el pedido de prisión preventiva y en su lugar dictó una serie de medidas alternativas. Entre ellas ordenó que ambos policías pasen todos los días a firmar por la Oficina de Gestión Judicial (OGJ), inclusive sábados y domingos y les prohibió salir del país.

Para ello les pidió los pasaportes y que se oficie a la Dirección Nacional de Migraciones a fin de que tomen debida cuenta de la prohibición de salir extranjero de los dos policías acusados. También les puso restricciones para salir de la localidad de Granadero Baigorria, donde tienen domicilio, y de Rosario ya que para ello deberán solicitar autorización judicial. Y por último les prohibió acercarse por cualquier medio a familiares de la víctima y a testigos del caso.

Persecución y muerte

La secuencia que terminó con Michel asesinado de dos tiros por la espalda la noche del 6 de enero de 2014 se inició con el robo de una moto. Según la versión de los mismos policías que dispararon, el joven iba en un rodado junto a otro muchacho que nunca fue identificado y ambos abordaron a Omar Jesús Dal Lago en la puerta de su casa de Granadero Baigorria con un arma de fuego y le sustrajeron la moto que utilizaron para huir.

Luego de esa secuencia, el policía asaltado que estaba de franco y vestía de civil, en vez de dar aviso al 911 llamó a su papá, quien también estaba de franco y de civil, y ambos salieron armados a buscar a los ladrones en un auto particular.

Después de dar varias vueltas por la vecina localidad, divisaron a los sospechosos e iniciaron una desenfrenada persecución contra Michel, ya que el otro joven escapó.

Lo que ocurrió entonces es materia de debate.

Los policías declararon que ambos dispararon en el marco de un enfrentamiento, pero Michel cayó de la moto con un tiro que le ingresó por arriba del glúteo derecho, casi a la altura de la cintura, le atravesó todo el cuerpo y le salió por el hombro izquierdo.

Según la querella, el trayecto del plomo que lo mató da cuenta de que iba inclinado sobre la moto evadiendo los balazos y no disparando, a lo que agregaron que estaba desarmado: junto a su cuerpo secuestraron un encendedor con forma de pistola.

“Siempre digo que ellos se pensaron que mataron a un pibe sin mamá. Y Michel tenía una mamá. Y esa mamá soy yo”, dijo en varias notas a este diario Marisabel, la mamá del joven, quien asegura que sigue viva sólo para pedir justicia porque esos plomos también la mataron a ella.

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