Policiales

Durmiendo con el enemigo

Seguirá preso el hombre que mantuvo a su pareja cautiva por 22 años

El camarista Javier Beltramone confirmó la imputación por privación ilegítima de la libertad agravada contra el mecánico Oscar Racco, de 58 años, y la prisión preventiva dictada en primera instancia. En cambio levató el confinamiento domiciliario de su padre, quien de igual modo sigue acusado


Oscar Racco y R. Racco, el hombre que mantuvo a su pareja cautiva por 22 años y su padre, continuarán el primero en prisión preventiva y el segundo en libertad. Así lo determinó este miércoles la audiencia de Cámara encabezada por el juez Javier Beltramone, quien trató la apelación presentada por la defensa de ambos acusados y resolvió confirmar la imputación determinada por la primera instancia, el delito de privación ilegítima de la libertad agravada –con reducción a servidmbre–, para ambos, así como el encarcelamiento de Racco hijo, pero cesó la preventiva de Racco padre, considerando que su conducta fue “atípica”.

La fiscal Luciana Valarella, de la Oficina de Violencia de Género, había imputado el pasado 31 de mayo a Oscar Racco, un mecánico de 58 años, por haber retenido en la vivienda familiar de Santiago al 3500 a su pareja, que ahora tiene 43 años, desde que ella apenas había pasado los 20, “en contra de su voluntad ejerciendo violencia contra ella”. Tras dos década de cautiverio, la mujer pudo al fin escapar el pasado miércoles 8 de mayo, “aprovechando un descuido” de Oscar Racco, quien, descompuesto en el baño, no cerró el candado que utilizaba. El caso generó estupor en el barrio Jorge Cura, en especial entre vecinos y conocidos de los Racco, y conmoción en toda la ciudad.

En la audiencia para evaluar los cargos, el juez de primera instancia Héctor Nuñez Cartelle aceptó la calificación presentada por la Fiscalía y dictó prisión preventiva efectiva por el plazo de 60 días.

Pero dos semanas después, el pasado lunes 10, la fiscal Vallarella imputó también a Racco padre por el mismio delito, al entender que prestó colaboración clave a su hijo para poder cometerlo. La audiencia siguiente, encabezada por el juez Juan Donnola, aceptó la calificación presentada por la Fiscalía en relación a R. Racco y dictó prisión preventiva en su domicilio hasta el próximo 29 de julio.

La fiscal de la Oficina de Violencia de Género también pidió cambiar la calificación al mecánico por privación ilegítima de la libertad agravada “en concurso ideal con reducción a la servidumbre en calidad de autor en grado consumado” y el juez Donnola aceptó. Y también apuntó que el padre del mecánico se benefició del sometimiento de la mujer y fue testigo de situaciones de violencia hacia ella, por lo que lo acusó.

La prisionera

Tal como publicó El Ciudadano, la denuncia que conmocionó a toda la ciudad se hizo recién a principios de mayo de este año, cuando la hermana de la víctima contó lo que había pasado en un Centro Territorial. Ella vive en Mendoza y estaba ajena a la situación hata que su primo la contactó y le contó. Todo se produjo después de que la víctima lograra sobreponerse a su temor y escapar.

La denuncia dio cuenta de la situación por la que había atravesado la víctima durante dos décadas en las que su pareja nunca la dejó salir sola de la casa de Santiago al 3500: iban juntos al supermercado e incluso sacaban la basura de a dos. Los vecinos conocían a la víctima no por su verdadero nombre, sino por otro que Racco hijo había inventado. También le había rapado la cabeza y, según testimonios, algunas veces la obligaba a vestirse con ropas de hombre. Cuando él se iba a trabajar la dejaba encerrada. En los primeros años solía atarla con una cadena a la pata de la cama. Ella tenía que golpear con un palo de escoba el techo de la habitación para poder ir al baño. Arriba de la casa vivían los suegros: ellos se encargaban de desencadenarla para ir al sanitario.

Mantenía diálogo con su familia, pero cada vez que ella hablaba por teléfono él estaba enfrente para asegurarse que siguiera al pie de la letra un guión que le había armado. Racco no le permitía ver a nadie de su familia sin que estuviera para controlarlo todo. Ella había intentado contactarse con su hermana creando un perfil falso de Facebook y le escribió pidiéndole ayuda. El mensaje llegó a destino, pero la hermana no la reconoció como autora. Y a medida que pasaba el tiempo los contactos se iban haciendo más y más espaciados. Incluso dejó de ver por completo a su hijo adolescente, que nació de la relación que mantuvo con su anterior pareja.

“Con la información que nos dio la mujer fuimos a hablar con los vecinos y la corroboramos”, había confirmado a El Ciudadano, la fiscal Vallarella, cuando comenzaron a trascender los detalles de la escabrosa situación que la víctima padeció durante más de la mitad de su vida.

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