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Resonante causa

Secuestros virtuales: acuerdan abreviado a tres años de prisión para una gitana

Carina Dulce M. fue imputada de 13 hechos de extorsión y asociación ilícita. Los hechos tenían como objetivo embaucar a personas mayores adultas, a quienes llamaban de madrugada para decirles que tenían secuestrado a un familiar y para recuperarlo debían entregar dinero o joyas.


Dulce es el apodo de una mujer gitana que fue condenada, a través de un juicio abreviado, a la pena de 3 años de prisión efectiva por el delito de asociación ilícita. La pena se dictó en el marco de una resonante causa por secuestros virtuales, en la que se desarticuló una banda a mediados de 2015 tras una serie de allanamientos donde varios integrantes terminaron tras las rejas. Dulce, finalmente decidió aceptar un juicio abreviado. Planteo que se judicializó ayer, durante una audiencia oral. El fiscal expresó la pretensión de las partes y la imputada su conformidad con el acuerdo abreviado. Ante ello, el juez Hernán Postma dispuso la homologación del convenio que incluyó la libertad de la mujer y una reparación económica de 250 mil pesos.

Carina Dulce M. fue imputada de 13 hechos de extorsión y asociación ilícita. Los hechos tenían como objetivo embaucar a personas mayores adultas, a quienes llamaban de madrugada para decirles que tenían secuestrado a un familiar y para recuperarlo debían entregar dinero o joyas. Los secuestradores tomaban generalmente la guía telefónica y llamaban hasta dar con una víctima. Muchos de los sindicados participantes de este ardid eran miembros de la comunidad gitana y en el caso puntual de Dulce se la sindicó como una de las personas que se hacía pasar por secuestrada cuando el presunto captor hacía el llamado a la víctima de la defraudación y en otras oportunidades se la ubicó como una de las personas que recogía el botín.

Entre los hechos achacados surgió el caso de un intento de secuestro virtual a la mujer de un comisario en junio de 2015. La víctima se dio cuenta y mantuvo la conversación con los presuntos captores, mientras su marido generó un operativo donde logró la detención de Carina M. y su hermana Yanina. Si bien ambas mujeres recuperaron la libertad en aquel momento, en agosto de ese año volvieron a caer tras una serie de allanamientos donde se logró el arresto de varios de los integrantes del grupo.

Poco después la mujer, que tiene hijos menores, obtuvo un arresto domiciliario. Esta morigeración a la prisión fue apelada por la Fiscalía, a cargo de Nicolás Foppiani y revertida por la Cámara aunque al intentar efectivizar la medida la mujer se había esfumado. Tras algunos meses, fue  sometida a proceso y en ese contexto llegó a un acuerdo abreviado. Aunque no fue el primero dentro de esa causa ya que algunos de sus parientes ya habían logrado un abreviado.

El convenio fue presentado en la Oficina de Gestión Judicial donde las partes solicitaron una audiencia de homologación que tuvo lugar ayer. El acuerdo al que arribó el fiscal Foppiani y los defensores José Nanni y Paul Krupnik implicó la aceptación de la responsabilidad de la mujer en el delito de asociación ilícita y una sanción penal de 3 años de prisión efectiva y un ofrecimiento de reparación de 250 mil pesos que quedaron depositados en una cuenta judicial a cargo de la Oficina de Gestión Judicial. Planteo que fue aceptado y homologado por el juez Hernán Postma que dispuso la libertad de la mujer.

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