Policiales

Peaje de General Lagos

Secuestraron más de 7 mil pieles de iguana: sospechan violación a ley de fauna

Eran transportadas en un camión procedente de Córdoba que tenía destino a Buenos Aires. Fueron incautadas en forma preventiva hasta determinar si efectivamente hay delito. La especie está considerada amenazada y por ello está protegida


Personal de Gendarmería Nacional secuestró este jueves, en el peaje de General Lagos, más de 7.000 pieles de iguana colorada que eran transportadas en un camión que tenía destino a Buenos Aires. El procedimiento se realizó por una presunta infracción a ley nacional 22.421, que sanciona la depredación de la fauna silvestre, indicaron fuentes federales.

Alrededor de las 10, personal de Gendarmería apostado en el peaje ubicado sobre la autopista Rosario-Buenos Aires interceptó un transporte de cargas generales procedente de Córdoba que llevaba seis bultos que despertaron la sospecha de los federales.

No fue poca la sorpresa de los efectivos cuando abrieron los paquetes. En total, contabilizaron unos 7.100 cueros de iguana colorada (tupinambis rufescens), piezas que fueron incautadas en forma preventiva ante la sospecha de infracción a la ley que sanciona la depredación de fauna.

La fuerza calculó el valor de las pieles en el mercado en más de un millón y medio de pesos.

La iguana colorada habita en Chaco, Formosa, Jujuy, Salta, Tucumán y Santiago del Estero, Catamarca, La Rioja y San Juan, en las regiones de monte. En Córdoba lo hace en la zona oeste, hasta el contacto con las sierras, y también en San Luis. También se la encuentra en todo Mendoza y la parte occidental de La Pampa.

Las iguanas del género Tupinambis son tradicionalmente cazadas por los pueblos indígenas y criollos de América del Sur con fines de alimentación y comerciales. Hoy, las dos especies presentes en la Argentina, la iguana overa o lagarto overo (Tupinambis merianae) y la iguana colorada o lagarto colorado (tupinambis rufescens) se explotan comercialmente por su cuero, que se curte en el país y se exporta para la confección de gran variedad de productos, en su mayoría relacionado con la industria del calzado y marroquinería.

La presión de caza que ambas especies han sufrido históricamente ha llevado a que desde el año 1977 fueran incluidas en el Apéndice II de la Convención para el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (CITES, por sus siglas en inglés) y consideradas dentro de la categoría de “comercio significativo”.

 

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