El Hincha

Liga Profesional

¡Victoria de la Lepra! Newell’s superó por la mínima a Vélez en el Parque con un gol de Sforza

Falta engranar mejor las piezas, poner en forma y en cancha a los refuerzos y animarse más en ofensiva. Pero el sello del Gringo ya se nota, con la entrega física como su primer mandamiento

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Foto: Franco Trovato Fuoco

Explotó el Coloso. Al inicio con un recibimiento impactante del hincha, al final con una victoria de Newell’s ante Vélez que le abre crédito al equipo de Heinze de cara al futuro. Falta engranar mejor las piezas, poner en forma y en cancha a los refuerzos y animarse más en ofensiva. Pero el sello del Gringo ya se nota, con la entrega física como su primer mandamiento.

El Rojinegro monopolizó la pelota en el primer tiempo. Más allá de ser un equipo vertical y de poca tenencia, la recuperación rápida de pelota y la búsqueda de no regalarla hizo que la Lepra dispusiera mucho tiempo del balón, pero le costó trasladar esa posesión a jugadas de gol. Vélez tenía bien estudiada la idea de Heinze: muchos de estos futbolistas estuvieron con el Gringo y quedó claro que Medina no quiso sorpresas. Por eso se plantó compacto, sin dar espacios por adentro y muy atento a los intentos leprosos por afuera.

Las mejores insinuaciones de romper ese cerrojo estuvo por derecha, donde el colombiano Mosquera mostró sus primeras credenciales del porqué de la apuesta fuerte de Newell’s por sumarlo, con proyecciones muy interesantes, y Panchito González amenazó cada vez que la tocó, obligando al Fortín a pararlo con faltas permanente.

La apuesta del Gringo de incluir a Reasco obtuvo como resultado un atacante entusiasmado y muy comprometido en la presión, pero poco claro a la hora de buscar posición de gol. Hubo una acción en el área donde Burián, saliendo lejos, lo tocó en su salto, pero el VAR no vio penal, igual que el resistido Espinosa.

El monopolio de pelota no aportó en ataque, pero le dio escaso trabajo a Hoyos a pesar de una delantera temible con Pratto, Bou, Janson y Florentín. Tal vez el reproche que se podía hacerle a la Lepra era ambicionar un poco más que simplemente recuperar la pelota. Arriesgar con alguna triangulación entre piernas rivales o con algún rompimiento de los defensores. El reclamo de Heinze luego del empate 2-2 con Platense.

El partido no cambió de idea en el complemento, pero el físico empezó a pasar factura. Y consecutivamente salieron Montenegro por Pérez, Reasco para que debute Recalde y Pachito por Aguirre. Y sin quererlo Heinze se quedó sin “ventana” de cambios a los 23 minutos.

Casi como un presagio, ese momento fue un click para Newell’s, ya que pudo abrir el cerrojo velezano. Fue de pelota parada, un arma que Heinze no tiene como preferida, aunque eso no le quita valor ni efectividad. Ganó de arriba Velázquez, como casi siempre, y Sforza entró de arremetida para el grito de un Coloso explotado.

Vélez salió de su esquema pasivo y apuntó al área de Hoyos como objetivo, pero los jugadores leprosos nunca dejaron de correr y meter. Y cuando el rival superó la línea aduanera del medio, Velázquez y Ditta fueron una muralla infranqueable.

Newell’s nunca aflojó, ni siquiera regalando dos cambios que no pudo hacer. Y Hoyos no tuvo que pasar ninguna prueba, ya que sus compañeros no dejaron que le patearan al arco. Y el hincha no sufrió, sólo tuvo que alentar y estallar en el final. E ilusionarse.

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