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Se tensó la relación entre Japón y China

La posible cumbre entre ambas potencias se desvaneció ayer en Hanoi.

Una polémica iniciada durante la semana entre Japón y China generó una crisis diplomática muy tensa en Hanoi, Vietnam, con acusaciones cruzadas que desvanecieron ayer las posibilidades de una cumbre entre los primeros ministros de las dos potencias rivales. Pekín denunció a Tokio de haber mentido intencionadamente y “arruinado” la atmósfera bilateral. La chispa la había encendido la secretaria de Estado norteamericana Hillary Clinton, al inmiscuirse en una disputa entre ambos países asiáticas que se encendió desde septiembre pasado.

La crisis entre la segunda y la tercera potencia económica mundial resuena en toda la región y preocupa a los diez países de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (Asean), que mantienen, a su vez, diferendos con Pekín respecto de la soberanía del mar de China meridional, según describe un cable de AFP.

La cancelación de un encuentro de ayer entre los ministros chino, japonés y sudcoreano de Economía en Hanoi agrandó el interrogante sobre la posibilidad de una reunión a nivel de primeros ministros.

La disputa se remonta al apresamiento, al comienzo de septiembre, de un pesquero chino por guardacostas japoneses en aguas disputadas por los dos países en el mar de China Oriental, frente a unos islotes llamados Senkaku en japonés y Diaoyu en chino.

El capitán del barco fue liberado a raíz de protestas chinas y de manifestaciones nacionalistas en Pekín y Shanghai. En Japón, el gobierno de centroizquierda fue acusado de haber condescendido sin apenas resistencia a las exigencias de su rival.

Pero Tokio y Pekín parecen discrepar sobre todo, o casi todo.

Noriyuki Shikata, portavoz gubernamental japonés, dio muestras de cautela al afirmar que su país no veía “fundamentos” concretos a la reacción china y estaba “dispuesto a entablar un diálogo”.

Pero China echó leña al fuego al estigmatizar los comentarios de la secretaria de Estado norteamericana Hillary Clinton, quien declaró el jueves pasado que el diferendo territorial entraba en el ámbito de la alianza estadounidense-japonesa sobre seguridad.

Un portavoz expresó “su vivo descontento” y aseguró que “el gobierno y el pueblo chinos (no aceptan) jamás ninguna palabra ni acción” que relacione este diferendo con el tratado estadounidense-japonés de seguridad mutua.

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