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“Se multiplicarán los valores fundamentales de la comunidad”

Por Antonio Capriotti


cienciadentro

Rosario va a contar con un Parque Tecnológico en el predio que ocupaba el ex Batallón 121 de Comunicaciones. David Asteggiano, secretario de Estado de Ciencia, Tecnología e Innovación, define “el Área Tecnológica como una institución conformada por empresas de base tecnológica, empresas sin chimeneas, cuyo insumo fundamental es el conocimiento, dedicadas al diseño y desarrollo de software, de electrónica, de biotecnología. Se ubicarán en las 5 hectáreas destinadas a ese fin, donde funcionarán también centros educativos y laboratorios de diferentes universidades y del Conicet; al mismo tiempo, funcionará una escuela primaria con orientación a la enseñanza de la ciencia, y una secundaria en nuevas tecnologías”.

El Área Tecnológica Nodo Rosario estará integrada por el gobierno provincial, el Polo Tecnológico Rosario (PTR) y el Banco Municipal de Rosario, a través de Mandatos y Negocios SA, bajo la forma jurídica de un “fideicomiso para la administración, construcción y radicación” de empresas tecnológicas.

—Es posible imaginar que se deben haber barajado otros destinos para hacer frente a otras prioridades…

—La decisión apunta a darle una salida integral a la zona sur de Rosario que, comparada con otras, estaba un tanto postergada; de este modo se la pone en valor, al tiempo que se recupera un sector de la ciudad que fuera responsable, en su momento, del progreso de Rosario, con lo cual se apuesta a su desarrollo integrado y armónico pensando, sobre todo, en el futuro. Comenzar por el Área Tecnológica es adecuarnos a lo que está ocurriendo en un mundo donde la tecnología digital se ha convertido en la nave insignia de los desarrollos.

—¿La idea es, por supuesto, trabajar en red?

—Sí, ya que es el concepto indiscutible de este tiempo, donde todos suman en la medida que están en la red; y, por otro lado, las empresas, las universidades y los gobiernos podrán llevar adelante sus proyectos y posicionar a Rosario como un centro de desarrollo tecnológico de primer nivel internacional.

—Por lo que se desprende de lo que usted dice, ¿el Área trabajaría sobre vínculos articulados?

—Lo que se daría en el marco de este emprendimiento colectivo es la articulación público-privado. Articulación que se extenderá para actuar conjuntamente en los mercados, promoviendo y fomentando la oferta y gestionando la demanda. Mientras que la Universidad, el Conicet y los Centros Educativos proveerán los recursos humanos capacitados para integrar capital social a las empresas integrantes del área. Alcanzar este nivel de relación es posible cuando empresas e instituciones públicas ocupan un mismo espacio físico. Y, en esto, el Área supera al Polo ya que compartir el mismo espacio físico facilita la comunicación y el intercambio. Las experiencias mundiales y locales demuestran que cuando esto pasa aparecen más ideas y más oportunidades de asociaciones para concretar negocios que agreguen valor a cada uno de los componentes de la red. Además su concreción es más rápida.

—¿Se puede inferir que este avance fue posible gracias al Polo Tecnológico?

—Si uno mira la evolución de este proceso, emergen dos temas de relevancia que se fueron dando en los últimos diez o doce años sobre todo en el Área Tecnológica; hay un indicador que determina el desarrollo de una comunidad que no se mide tanto por los activos con que cuenta, sino por su capacidad de integrarlos. La prueba está en que muchas de estas cuestiones referidas al aprendizaje y desarrollo de habilidades digitales ya existían dentro de las universidades y de otras instituciones dedicadas a su enseñanza; y en instituciones como son el Inti (Instituto Nacional de Tecnología Industrial) o el Inta (Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria); y, también, en el marco de las empresas que hoy nos acompañan, surgidas por aquellos años. Desde esos tiempos estas empresas captaron los beneficios potenciales que les brindaría, para sus desarrollos, contar con un espacio común. Entonces trabajaron para diseñar y desarrollar el Polo Tecnológico como espacio de articulación bajo el formato de Asociación Civil, en la que participaron las 13 empresas fundadoras (hoy son más de 100), las universidades y los gobiernos. Este espacio multisectorial es concebido, hoy, como un salto cuántico en relación a los que representan las cámaras sectoriales, que funcionan como una reunión de empresas para defender los intereses del sector. Con el Área Tecnológica se fija un objetivo más abarcador ya que trasciende al sector y en la medida que se consolida, agrega valor al resto.

—¿Las 17 empresas integrantes del fideicomiso pertenecen al Polo Tecnológico Rosario?

—Sí, son del Polo y desde el momento de la conformación del fideicomiso las 17 empresas ya pueden invertir en el lugar. Desde diciembre del año pasado se hizo una convocatoria pública por espacio de tres meses. Tuvimos 31 propuestas, a las que evaluamos y establecimos un orden del mérito. Antes de fin de año intentaremos comenzar la segunda nave y a partir de allí, abriremos otra convocatoria ya que disponemos de más de 10.000 metros cuadrados.

—¿Las empresas que se postulen deben pertenecer al Polo?

—Para presentarse no hace falta ser miembro del Polo sino reunir requisitos básicos: empresa o emprendedor que trabaje en temas de tecnología.

—¿Qué reflexión le merece poder darle provecho a este espacio hasta hoy ocioso?

—Yo creo que los valores fundamentales de la comunidad podrían multiplicarse en estas cinco hectáreas.

La hora del reconocimiento para la ciencia

El viernes 5 de julio, Rosario vivió un día especial. Por la mañana, el Concejo Municipal de la ciudad hizo un reconocimiento en nombre de la comunidad a la labor del Instituto de Biología Molecular y Celular de Rosario (IBR), al que se lo destacó como un ejemplo de lo que se puede lograr si se asocian el conocimiento, la capacitación rigurosa, las ideas innovadoras,  la universidad y los gobiernos. Se les hicieron sendos reconocimientos a seis investigadores formados en la Facultad de Bioquímica y Farmacia de la UNR. Se le hizo un reconocimiento post mortem a Juan Carlos León, decano normalizador de dicha facultad y primer decano electo cuando el advenimiento de la democracia, en 1983.

Por la tarde, en el predio que ocupara el Batallón 121 de Comunicaciones, mediante un acuerdo público privado quedaba constituido el fideicomiso mediante el cual se creaba el Área Tecnológica Nodo Rosario

“Creo que esto se logra porque la comunidad ha madurado, acompaña y exige ya que en menos de un año de lanzada la idea de este proyecto, le dábamos inicio”, reflexionó David Asteggiano.

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