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Gremio y literatura

Se lanzó el libro sobre la historia de la Seccional Rosario de la Asociación Bancaria

El libro fue realizado por el equipo de investigación del Ishir Conicet que además de las docentes universitarias Simonassi y Vogelmann, tuvo la participación de los profesores e investigadores Laura Badaloni, Andrés Carminati, Pablo Torres y Laura Scoppetta


Foto: Sebastián Granata / Télam

Desde mediados del siglo pasado se hizo notar un gremio que hasta esos tiempos se había mantenido alejado de los reclamos y las protestas callejeras. Las y los bancarios, hasta entonces conocidos como “trabajadores de cuello blanco” abandonaron esa posición cómoda y decidieron luchar por su situación laboral y en contra de políticas que afectaban al conjunto de los trabajadores argentinos. Su sindicato, La Bancaria se convirtió entonces en un actor clave y decidió contar su historia con la colaboración del Investigaciones socio-históricas regionales (Ishir), un grupo de investigadores del Conicet liderados por Silvia Simonassi y Verónica Vogelmann. En el libro Las y los trabajadores bancarios rosarinos en la historia gremial nacional (1955-2019), las y los autores abordaron el pasado de las y los bancarios más allá de un relato institucional o hilvanado a partir de luchas épicas, sino analizado teniendo como marco los vaivenes de la política y la economía del país. Antes de su presentación este martes (11 de abril), a las 18 en el ECU (San Martín 750), las coordinadoras dialogaron con El Ciudadano sobre las características del texto.

Una buena propuesta

“La propuesta provino de la Seccional Rosario de La Bancaria hacia el Ishir, un instituto que pertenece al Conicet y a la Universidad Nacional de Rosario, hacia fines de 2018. La invitación se realizó a los fines de escribir una historia de la Lista Naranja al frente de la Seccional pero el proyecto fue adquiriendo distintas formas hasta llegar a la realidad de la edición del libro Las y los trabajadores bancarios rosarinos en la historia gremial nacional entre 1955 y 2019”, explicó Simonassi al comentar sobre los inicios del proyecto que se delinea como uno de los primeros en su tipo dejando un gran espacio del pasado sindical rosarino sin abordar.

“La propuesta de escribir para el Sindicato fue muy bien recibida por el activismo bancario, que comenzó a hacernos llegar materiales muy valiosos: fotografías, documentos, materiales de prensa. La propia directiva puso a disposición la documentación que se conserva, que abarca desde la normalización democrática hasta la actualidad y comenzamos un proceso de digitalización para el resguardo del material. En paralelo, nos pareció importante recuperar el testimonio de las distintas generaciones de bancarios y bancarias a través de entrevistas, un trabajo que fue interrumpido inicialmente por la pandemia hasta que adoptamos la forma de la entrevista por meet o wattsapp”, explicó Vogelmann al subrayar la disponibilidad y entusiasmo de los propios protagonistas de la historia bancaria rosarina. En ese sentido, también está claro el respeto por su propio patrimonio de este gremio, una cuestión que no es usual.

“Además, para la escritura del libro fue necesario recuperar documentación en archivos de la ciudad, pero también de Buenos Aires y Santa Fe, lo cual también fue obstaculizado por las restricciones de los años 2020 y 2021. Sin embargo, logramos aprovechar ese tiempo para recoger otra documentación disponible on line, al tiempo que procesábamos la que ya teníamos digitalizada”, destacó Simonassi.

Huelgas iniciáticas

“Algo que nos llamó la atención desde las primeras conversaciones fue la importancia que adjudicaba el activismo en sus relatos a la huelga de 1959, precedida como vos bien decís por la de 1958. Tal vez porque aún hay dirigentes vivos, porque la propia Legislatura santafesina le otorgó un reconocimiento en el año 2019, porque se trata de dos conflictos de dos meses cada uno que puso en vilo a la economía nacional y regional, la importancia de lo que nosotros denominamos el ciclo de conflictividad bancaria que se inicia en 1958 e incluye la lucha por la reincorporación de los despedidos de la “gran huelga” de 1959 debía ser repuesta para comprender las tradiciones que sostienen y reactualizan las generaciones posteriores”, explicó

Simonassi al referirse a las huelgas del período presidencial de Arturo Frondizi cuando nuestro país se relacionó con el FMI y el sistema bancario sintió el ajuste con una gran cantidad de despidos.

La relevancia de la Bancaria de Rosario

“Otro proceso más reciente pero igualmente significativo, fue el de las luchas contra la privatización del Banco Provincial de Santa Fe, que desde las primeras amenazas hasta la consumación final recorrieron casi una década. Nos parecía importante reponer ese conflicto porque junto con la crisis del «gigante» que fue el Instituto Nacional de Servicios Sociales Bancarios y la inmensa significación que tuvo para las familias de las y los bancarios, estuvieron en la base de la derrota de la conducción zanolista comandada por José Bellini y el triunfo de la Lista Naranja en el año 1994”, expresa Vogelmann al afirmar que “la investigación muestra que ambos procesos permitieron forjar experiencias militantes, anudar tradiciones con quienes habían participado no solo de las luchas de fines de los cincuenta y principios de los sesenta, sino también de quienes militaron en los duros años de la «Revolución Argentina», fueron represaliados durante la última dictadura militar y quienes participaron del proceso de normalización durante el gobierno alfonsinista, un momento de mucha conflictividad”.

Agrega Simonassi que en ese marco “surge algo muy importante que tiene que ver con la recuperación de las historias de los y las desaparecidas, una tarea encarada por el propio sindicato. Por otra parte, en la ciudad la crisis de la banca cooperativa, la extranjerización y la concentración de la banca fue respondida de manera muy enérgica por el activismo y eso también resulta constitutivo de la identidad de la Seccional. Las entrevistas resaltan la importancia de esas luchas y el rol de los cuerpos de delegados en esos procesos, algo muy distintivo de la Seccional. De allí emerge también la idea de una conducción que se construyó integrando a diversas tradiciones e identidades políticas pero cimentada o más bien «cementada» en la lucha como trabajadores y trabajadoras y mediante la participación activa en los bancos y las sucursales”.

El presente es de lucha

En los últimos años, las y los bancarios no dejaron de lado esa tradición iniciada en los años 50 y fueron incorporando nuevas cuestiones.

“Sin dudas la cuestión de género, como el día femenino conquistado en el convenio de 1975, o la Secretaría de la mujer de 1985 (creada durante la gestión de Hugo Ares en la Seccional), o la participación de mujeres de mucho peso en la formación de las actuales

dirigentas y activistas es un rasgo destacado en la historia”, señaló Vogelmann y agregó que “el gran cambio tiene que ver con la creciente presencia de mujeres en la directiva, en particular a partir de la conformación de la Secretaría de Derechos Humanos, género e igualdad. En Rosario, desde 2018 al frente de la Seccional se encuentra Analía Ratner y es destacable el papel jugado por la Seccional en el fortalecimiento de un espacio local de mujeres sindicalistas”.

Por su parte, Simonassi señaló que “en estos últimos años asomó una nueva generación de activistas en casi todos los bancos, varones y mujeres, que sostienen la militancia cotidiana en los lugares de trabajo y la presencia pública del gremio, actuando en distintas cuestiones hacia adentro, como la oposición a los despidos, o la participación en los comités de salud y seguridad en el trabajo. Y hacia afuera, en las marchas por el 8M, del 24 de marzo, entre otras iniciativas y posicionamientos públicos”.

El libro, que fue lanzado en marzo y tuvo nueva presentación esta semana en el ECU (San Martín 750), contó con el apoyo de La Bancaria de Rosario y fue realizado por el equipo de investigación del Ishir Conicet que además de las docentes universitarias Simonassi y Vogelmann, tuvo la participación de los profesores e investigadores Laura Badaloni, Andrés Carminati, Pablo Torres y Laura Scoppetta.

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