Franco Trillini
Una vida de pasión por los guantes y años de ardua investigación fue el tiempo que invirtió el historiador Ever Palermo para poner a Rosario en el lugar que se merece como “cuna del boxeo provincial”. Al menos así lo decretó el Concejo Municipal de la ciudad por unanimidad bajo la Ordenanza N°10.540, que aprobó el proyecto presentado por el autor de “Puños rosarinos” tras una minuciosa reconstrucción histórica que llevó seis años y contó con el aval de periodistas de la talla de Osvaldo Príncipi y Luis Parpaselli.
Palermo aportó pruebas contundentes sobre el comienzo del box en la ciudad en pleno siglo XIX, más precisamente en 1864, cuando atracó el buque “Englishman”, que además de los rieles para la construcción de la red ferroviaria que llegaría hasta Córdoba, también trajo un importante número de obreros ingleses que hicieron de Rosario su nuevo hogar. En 1904 se fundó el Club Atlético Argentino, el cual una década más tarde pasó a llamarse Club Gimnasia y Esgrima de Rosario, donde entre otras disciplinas también se empezó a enseñar boxeo.
La copia del Acta Nº 2681 fechada en 1914 que Palermo encontró tras tantas horas de inmersión en cuanto diario antiguo existiera en la ciudad no dejaba lugar a dudas: “Compra de dos pares de guantes de box” para implementar así la práctica del boxeo. Ese documento fue la prueba fundamental para impulsar la aprobación en el Concejo Municipal, donde gracias a la gestión de la Concejala Silvana Teisa, se terminó declarando a Rosario “Cuna del Boxeo de la Provincia de Santa Fe”.
Un poco de historia
La llama del boxeo que se encendió en Rosario no tardó en expandirse a toda la provincia. La ciudad tuvo el primer campeón argentino de la historia (Elio Plaisant 1921) y el primer ring que adquirió la habilitación en 1922. Y en 1923 se realizó el primer campeonato de boxeo provincial, donde se consagraron los primeros campeones amateur.
Se fundó también en Rosario la Federación Santafesina de Box, un 20 de noviembre de 1924. La primera reunión se realizó en el local del ex Cine Plaza, en lo que sin duda fue un paso fundamental en el crecimiento de la disciplina, con el apoyo de instituciones de prestigio como Gimnasia y Esgrima, Xinglar Club, Club Alumni de Casilda, Rosario Central, Internacional Boxing Club, Boxing Club Santa Fe, con sede oficial en calle Corrientes 952. Y fue tal el entusiasmo que despertaba en la gente que hasta inauguró su propio estadio, en la esquina de calles Córdoba y Dorrego, con una capacidad para más de 3.600 personas.
Entre los pioneros se destacan Elio Plaisant, los olímpicos Alfredo Santoro (París 1924), Alfredo Carlomagno (Berlín 1936), Alfredo Resiglione (Berlín 1936) y Oscar Pietta (Londres 1948) y los boxeadores rosarinos que fueron rankeados en el décimo puesto mundial: Oscar Pita, Nelson Alarcón y Héctor Hugo Rambaldi entre las décadas del 50 y 60. Otro hecho inédito fue cuando Don Juan Umberto Natale recibió en su gimnasio, el Rosarino Boxing Club de calle Corrientes 1838 a dos boxeadoras, en lo que puede considerarse como importante antecedente inclusivo del boxeo femenino en Argentina. Eso ocurrió en noviembre de 1940: las protagonistas que se entrenaron en este gimnasio bajo la hábil dirección del campeón Luis Reyes y la destacada colaboración de Natale fueron “La Negra Cubana” Berta Jone y la “Porteña” Chola Duggan (ambas campeonas).
Antecedente externo
El gran acontecimiento que significó la pelea por el campeonato mundial de los pesados entre el estadounidense Jack Dempsey y el francés George Carpentier en 1921 generó un enorme impacto entre los más jóvenes de Rosario, ya que la práctica de este deporte se disparó tras ese recordado combate.
Posterior desarrollo
Los importantes encuentros boxísticos como el denominado “Campeonato de Barrios” fue una verdadera cuna de estrellas y que debería retomarse. Uno de estos ejemplos fue el campeonato realizado en el Estadio Norte en 1952, para púgiles novicios y veteranos. Fue un torneo de envergadura en el que se inscribieron cerca de 375 aficionados. Lo mejor fue que los púgiles de la Cuna del Boxeo Provincial que lograron la consagración mantuvieron el amable recuerdo del ring modesto donde la humildad barrial fue escenario de la iniciación de una meta alcanzada.
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