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Liquidación de códigos

Se fueron a la banquina: Falabella vende hasta los uniformes de los empleados que dejará sin trabajo

La empresa de capitales chilenos postergó su cierre definitivo por el auge de ventas, en algunos casos pero no en todos, a precios de liquidación. Pero cruza la raya, fomentando aglomeraciones en pandemia y traspasando límites éticos


La corporación Falabella, de capitales chilenos, que en abril anunció el cierre de su tradicional local en el centro de Rosario y postergó la fecha de esa bajada de persianas hasta el 12 de junio ante el auge de ventas de liquidación –en algunos casos, a precios no tan convenientes–, cruzó un límite ético que le agrega dolor a los empleados que dejará sin trabajo: puso en oferta, primero a 399 pesos y ahora a sólo 199, los uniformes que utilizaban.

Las prendas son ofertadas como “blazer”, pero es el modelo, incluso con la etiqueta de la firma, que vestían los empleados que pronto quedarán en la calle, y a los que sumó numerosos contratados para atender la inusitada afluencia de público.

La lógica consumista y la tentación de precios de ganga por cierre imperó, y miles de rosarinos se agolparon ante el espacioso local de Sarmiento y Córdoba que antes fue La Favorita para comprar, a veces a valores de ganga y otras no, el remanente de artículos a los que la empresa sumó tandas de otras sucursales también dadas de baja, como la de Unicenter.

La cuenta de Twitter “Precios Rosario” puso en circulación la nueva oferta, que agregó destrato a los empleados, que a horas de quedar con su fuente laboral observan como numerosos rosarinos aprovechan la dramática decisión de cierre para ahorrarse unos pesos. Incluso, con conductas que atentan contra las medidas sanitarias para contener la segunda ola de la pandemia, lo que motivó incluso un llamado de atención de la Municipalidad a la empresa.

“Ellos son responsables de que se genere esta fila en las afueras del comercio y deben hacerse cargo”, afirmó la secretaria de Control y Convivencia, Carolina Labayrú. El secretario de Desarrollo Económico y Empleo, Sebastián Chale, por su parte, amenazó con una clausura si no garantizaban las normas de distanciamiento y cuidados contra el covid-19.

Con las nuevas disposiciones nacionales, a las que adhirió la provincia de Santa Fe, la tienda no podrá abrir hasta el 30 de mayo, pero el daño ya está hecho.

“Es horrible la sensación de ver que venden la ropa que usamos para trabajar. Lo peor es que la gente la compra porque está barata, pero los pantalones no se pueden usar porque son incomodos, tienen mal calce. Y las chaquetas no sé para qué, porque tienen el logo de Falabella”, relató una empleada de la cadena chilena. Sus compañeras denunciaron, además, que esas prendas les fueron retaceadas en los últimos dos años para usar en las jornadas laborales.

 

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