Fue uno de los temas de la semana. Que sí, que no… Era la sorpresa. Y finalmente, tras tantas idas y vueltas, se develó la incógnita: Central estrenó la bandera más grande de Argentina en un Gigante que explotó de felicidad cuando el equipo dirigido por Leonardo Fernández saltó al campo de juego.
El sábado la “sorpresa” debió pasar la prueba de rigor: el control de Bomberos, que controló que el material con el que se confeccionó no sea inflamable.
Mientras tanto, unos 850 efectivos policiales custodiaron el Clásico. Hubo 650 en el Gigante y sus adyacencias y unos 200 apostados y recorriendo diferentes zonas de la ciudad.