El “ancla cambiaria” y el congelamiento en la tarifa de servicios públicos permitieron una fuerte desaceleración de la inflación, según se desprende de datos de fines de agosto. Según la Dirección de Estadística y Censos de la ciudad de Buenos Aires, el índice de precios al consumidor registró en agosto un aumento mensual del 1,83 por ciento, lo que significa una inflación de 24,76 por ciento interanual.
“Estas cifras dan cuenta de una desaceleración en el ritmo de aumento de precios en lo que va del año, tanto en términos intermensuales como interanuales”, consignó un documento elaborado por el instituto Ieral.
El informe elaborado por el investigador David Anton calculó que, desde enero hasta agosto de 2015, el indicador acumuló una suba del 15,88 por ciento, menor al incremento de 28,21 por ciento registrado durante los primeros ocho meses de 2014.
El Ieral registró que la inflación medida en términos interanuales (+24,76 por ciento en agosto) es de 9,54 puntos porcentuales menor que la de 34,30 por ciento registrada en enero.
El documento agregó que, en relación con las variaciones intermensuales de agosto, todos los rubros registraron aumentos, a excepción de Prendas y vestir y calzado, el cual marcó un descenso del 0,23 por ciento.
Y consignó que el rubro que más influyó en el aumento mensual del nivel general fue Alimentos y bebidas no alcohólicas, el cual marcó un incremento de 2,64 puntos porcentuales y explica un cuarto del alza del nivel general. Ese rubro y Equipamiento y mantenimiento del hogar, Educación y Vivienda, agua, electricidad y otros combustibles son responsables de casi el 65 por ciento en el aumento mensual del IPC porteño.
El Ieral mencionó que existe una significativa dispersión entre los aumentos de precios de las distintas aperturas. Y ejemplificó con que el rubro Bebidas alcohólicas y tabaco registró el mayor incremento interanual de sus precios, de 39,4 por ciento. Esta suba es 121 puntos porcentuales mayor que la de los rubros Restaurantes y Hoteles y Transporte, cuyos precios subieron un 17,82 por ciento interanual.
El instituto explicó que esta dispersión se explica por una combinación de factores. Las aperturas de Transporte y Vivienda, agua, electricidad y otros combustibles, los cuales registraron aumentos marcadamente menores que el nivel general, se caracterizan por estar compuestos de una gran cantidad de productos con precios regulados y servicios con tarifas congeladas.
Por otro lado, la categoría de Alimentos y bebidas no alcohólicas registra también un aumento en sus precios levemente inferior que el índice general, influido posiblemente por la estabilidad del tipo de cambio oficial y el atraso cambiario”, interpretó.
El Ieral explicó que esos tres rubros, cuyos precios no subieron tanto como otros, cuentan con las mayores ponderaciones dentro de la conformación del IPC.
Para el Ieral, si bien los aumentos mensuales y anuales en el nivel general de precios se han desacelerado, la tendencia “puede no ser sostenible en el mediano plazo”. Consideró que eso se debe a que los rubros con mayor carga en el IPC “podrían sufrir aumentos significativas en caso de una devaluación o de un ajuste en el nivel de tarifas de los servicios públicos”.
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