Cine

Un vínculo muy particular

Se conoce “El faro de las orcas”, protagonizado por Joaquín Furriel y la española Maribel Verdú


La historia de Roberto Bubas llega al cine con El faro de las orcas, película que se conocerá mañana en los complejos locales. Se trata de la crónica que el biólogo marino y guardafauna plasmó en el libro Agustín Corazón Abierto y que motivó la realización del film.

“Soy una persona apasionada y auténtica que tiene una amistad con las orcas, que son unos seres que, como el hombre, ocupan un lugar elevado en el esquema general de la vida en el planeta”, aseguró Bubas durante una entrevista con la agencia de noticias Télam.

Una parte del tránsito de esa conexión es la que narró en el libro que va por su sexta edición, cautivó a los productores españoles que acompañaron a Luis Puenzo en el rodaje de La puta y la ballena (2004), y dio forma a la referida El faro de las orcas.

El largometraje, con dirección del español Gerardo Olivares y protagónicos de Joaquín Furriel, Maribel Verdú y del niño Quinchu Rapalini, se estrenó en noviembre pasado en España y llegará este jueves a los cines argentinos.

“La base de lo que se ve en la película es genuina y real, y se basa en lo que escribí en mi libro: Agustín era un niño hipoacúsico argentino con conductas autistas, que en 1997 tenía siete años; reacciona ante una foto mía con las orcas que había aparecido en la revista Viva y dice: «Yo, yo», lo que genera una conmoción familiar, porque esas eran sus primeras palabras”, repasó Bubas.

Al respecto, el biólogo subrayó: “Esa nota hacía referencia a ese vínculo único en el mundo con las orcas, pero también a que me querían exonerar como guardafauna provincial, porque estaba molestando a los animales cuando mi tarea era, justamente, evitar que se los moleste”.

Más allá de esa disputa con las autoridades chubutenses, los padres de Agustín lograron contactarse con Bubas: “Y los invité a venir y el nene empezó a fluir”, dijo. Para agregar: “Tenía conductas autistas pero se pudo insertar en la sociedad y hoy es artista plástico, tiene novia y juega al fútbol”.

Capaz de analizar ese acontecimiento tan impactante, consideró: “La naturaleza es una gran pizarra de enseñanzas; el fuerte mensaje es que esos chicos, como Agustín, son nenes sanos que con sus actitudes responden a una sociedad que ha enfermado”.

Antes y después de ese encuentro con Agustín, que El faro de las orcas lleva a la ficción recurriendo a una madre española (Verdú) que entabla un vínculo sentimental con el guardaparques (Furriel), Bubas fue reconocido por esa labor con las orcas brindando conferencias en buena parte del mundo sobre técnicas tendientes a la conservación de la especie.

Además, obtuvo una beca de National Geographic por su investigación acerca de cómo las hembras adultas enseñan el varamiento intencional, una técnica de caza que las orcas realizan en un punto muy concreto de la costa, donde las pequeñas piedras de la playa les permiten regresar al mar después de quedar con medio cuerpo fuera del agua para capturar alguna cría de lobo o de elefante marino.

Respecto de cómo fue el rodaje con las Orcas, Bubas dijo finalmente: “Se filmaron orcas en libertad, en Punta Norte, en su contexto natural, y para las escenas de los encuentros con mi personaje, que no eran posibles de ser filmadas porque se dan en un estado casi meditativo, se usaron orcas realizadas en animatronic por técnicos que ganaron el Oscar por el trabajo que hicieron para la película El laberinto del Fauno”.

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