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Europa desbordada

Se agrava la crisis migratoria

Mientras la Unión Europea sigue sin dar una respuesta conjunta, crecen los ataques racistas en Alemania y los países de tránsito recurren a las fuerzas armadas para controlar a los inmigrantes que llegan desde Siria, Irak, Afganistán y Eritrea.


La Organización de las Naciones Unidas (ONU) alertó ayer que el número de refugiados que llega a las costas de Grecia e Italia a través del Mediterráneo no para de aumentar y se acercaba a los 300 mil en lo que va del año. En tanto, la Unión Europea (UE) sigue sin ofrecer una respuesta conjunta, crece el racismo en Alemania y los países de tránsito optan por la militarización para controlar a los migrantes.

En su último informe, el Acnur, la agencia de la ONU para refugiados, calculó que 181 mil refugiados e inmigrantes ingresaron por puertos de Grecia este año y 108 mil por los italianos, según explicó la vocera Melissa Fleming en una conferencia de prensa en Ginebra.

Al mismo tiempo, el jefe de la misión del Acnur en Serbia, Hans Friedrich Schodder, advirtió que esperan la entrada diaria de, al menos, 3 mil refugiados en las próximas semanas en ese país balcánico, que se convirtió en un punto central de la ruta de los recién llegados a sus destinos finales, principalmente Alemania.

Hasta ayer, alrededor de 10 mil refugiados esperaban en el territorio serbio una oportunidad para cruzar a Hungría, uno de los países de la UE que más se ha opuesto al ingreso y a la integración de los cientos de miles de refugiados que llegan escapando de la guerra civil en Siria, la violencia sectaria y religiosa en Irak y Afganistán, y la represión estatal en Eritrea.

El gobierno conservador de Hungría, que ya ha construido una valla en 70 de los 175 kilómetros de su frontera con Serbia para frenar la entrada de refugiados e inmigrantes, reclamó ayer a la UE más fondos para “enfrentar” la ola de recién llegados.

Más de 120 mil personas han entrado en lo que va de año a Hungría y en los últimos tres días más de 8 mil refugiados ingresaron a Serbia, la parada previa antes de cruzar a territorio húngaro.

El siguiente país en la ruta de los refugiados, después de Hungría, es Austria. Allí, como lo hizo Macedonia hace unos días, el gobierno decidió ayer sacar a las fuerzas armadas a la calle para cumplir “tareas de apoyo” relacionadas con la llegada masiva de refugiados, según anunció el ministro de Defensa austríaco, Gerald Klug, a la prensa.

“Pondremos a disposición tantos soldados como sea necesario”, dijo el ministro de Defensa, quien por ahora ordenó el despliegue de 500 militares.

Además, Klug explicó que por el momento los soldados no serán enviados a las fronteras de Austria, una medida que su par de Interior, Johanna Mikl-Leitner, calificó de “último recurso”.

Austria no es sólo el siguiente país en la ruta de los refugiados desde Hungría, sino que también es un paso obligado para todos los recién llegados que desembarcaron en puertos italianos y quieren seguir camino hacia el norte, por ejemplo, a los países nórdicos y Alemania.

El territorio alemán se convirtió en uno de los destinos más deseados este año, especialmente luego de que el gobierno de Angela Merkel decidiera allanar el proceso para recibir asilo político para todos los refugiados sirios.

Sin embargo, cuanto más crece la presencia de refugiados en el país, más se potencian los grupos neonazis y de extrema derecha.

En lo que va del año se registraron más de 200 ataques contra refugiados en Alemania, un ejemplo del racismo que está desatando la actual crisis de refugiados en varios países europeos, como Francia, Austria, Hungría y el Reino Unido.

Ayer, un presunto grupo de extrema derecha incendió un centro de recepción temporal construido en un pabellón deportivo en Nauen, un pueblo cercano a Berlín, apenas una semana antes de que 130 refugiados llegaran e inauguraran el lugar.

Durante el fin de semana pasado, organizaciones neonazis convocaron varias manifestaciones en el país y en Heidenau, una localidad al sur de Dresde, la ciudad del este de Alemania que vio nacer al nuevo grupo de extrema derecha Pegida el año pasado, la protesta terminó con un centro de recepción de refugiados completamente destruido.

El vocero de Merkel, Steffen Seibert, anunció ayer que la canciller visitará el destruido centro de recepción hoy, mientras que su vice, el líder socialdemócrata. Sigmar Gabriel, lo hizo anteayer.

“Con respecto a la violencia xenófoba, sólo puede haber una respuesta: policía, justicia y, de ser posible en el caso de aquellos que atrapemos, también cárcel”, sentenció Gabriel ante la prensa.

Otro de los destinos del norte europeo elegido por cientos de miles de refugiados, especialmente de África, es el Reino Unido.

En ese caso, los refugiados cruzan por Francia y se juegan la vida al intentar colarse en el llamado Eurotúnel para atravesar el Canal de la Mancha y llegar a suelo británico.

Mientras el gobierno conservador de David Cameron no ahorra dinero en reforzar la seguridad en la entrada del túnel, también endurece las leyes contra los extranjeros no registrados que residen en su país.

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