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Sarkozy desafía críticas y sigue expulsando gitanos

Para la oposición francesa es “racismo de Estado”. Rumania teme que ola xenófoba contagie Europa.

Francia desafió ayer la oleada de críticas internacionales por las masivas repatriaciones de gitanos con nuevas expulsiones de miembros de esa minoría hacia sus países de origen en Europa oriental.

Un grupo de 124 gitanos llegó al aeropuerto de Timisoara, en el oeste de Rumania, según las cifras comunicadas a la agencia AFP por la Policía fronteriza rumana.

Allí, los pocos gitanos que aceptaron hablar no ocultaron su ira y sus ganas de “regresar a Francia” para huir de la pobreza.

En momentos en que la oposición acusa al presidente francés Nicolas Sarkozy de “racismo de Estado” y Rumania expresa preocupación, el ministro de Inmigración e Identidad Nacional, Eric Besson, había anunciado que otros 139 gitanos serían repatriados en avión, tras la expulsión de 86 personas el jueves pasado.

Para el presidente rumano, Traian Basescu, “lo que está ocurriendo en Francia prueba la necesidad de un programa europeo de integración”, un pedido que Rumania viene formulando desde 2008.

El canciller rumano teme, por su parte, que estas políticas enciendan “reacciones xenófobas” en Europa.

En tanto, el funcionario francés Besson aseguró que se trata de “regresos voluntarios”, ya que cada adulto que acepta volver cobra 300 euros (385 dólares) y los menores, 100 euros cada uno.

Un especialista consultado por la AFP afirmó que, si no aceptan irse, Francia podría expulsarlos un mes después sin entregarles dinero alguno.

Si bien Rumania y Bulgaria son miembros de la Unión Europea (UE), Francia tiene la posibilidad de obligar a rumanos y búlgaros a regresar a sus países tras tres meses de estadía.

“Por supuesto que pensamos volver a Francia. Se vive mejor que en Rumania”, dijo a la AFP Ionut Balasz, de 26 años, al llegar el jueves pasado a Bucarest.

Otros afirman que la política del gobierno de Sarkozy les quita ganas de volver. “Era muy duro (vivir) en Francia, teníamos presiones permanentes  de la Policía”, declaró a Gabriel, otro gitano repatriado junto a su mujer y sus dos hijas.

Francia expulsó a unos 10.000 cíngaros rumanos y búlgaros el año pasado, pero éstas son las primeras expulsiones desde las declaraciones de Sarkozy sobre los gitanos.

El presidente francés estimó a fines de julio que los disturbios callejeros consecutivos a la muerte de un joven por disparos de un gendarme mostraban “los problemas que plantea la conducta de algunos gitanos”.

Además, Sarkozy anunció prácticamente al mismo tiempo una “verdadera guerra” contra la “criminalidad”. Tras una polémica reunión dedicada a los gitanos en la que participaron altas autoridades francesas, el gobierno afirmó que la mitad de los campamentos ilegales en Francia serían desmantelados en un plazo de tres meses.

La ONU también criticó con severidad a Francia por establecer una relación entre inmigración e inseguridad. Unas 400.000 personas, francesas en un 95 por ciento, forman parte de la comunidad gitana en Francia.

El resto está formado por personas de origen búlgaro, rumano y de otros países balcánicos, cuyo número va en constante aumento, según el gobierno.

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