Policiales

Crimen en el centro

Sarjanovic: por qué absolvieron a una de las condenadas

La madre de Carolina Seguer fue absuelta por el beneficio de la duda, mientras que su hija –pese a que la Cámara Penal le quitó el agravante de la codicia– cumplirá perpetua por el asesinato, con 70 puñaladas, del gerente de una empresa gastronómica. El móvil: la mujer le debía dinero a la víctima


El crimen de Diego Sarjanovic trajo gran repercusión pública, no sólo porque su familia denunció su desaparición y su imagen apareció en las redes sociales sino porque fue hallado con unas 70 puñaladas, algunos días después, en el departamento alquilado por la madre de Carolina Seguer. Esta última tenía un vínculo con la víctima que incluyó importantes préstamos de dinero. La mañana de su desaparición, el ejecutivo Sarjanovic debía encontrarse con Seguer para la devolución de una fuerte suma y este dato puso la lupa del entorno del hombre en esta mujer. En esas horas de búsqueda desesperada, ella negó haberlo visto, incluso ante la Policía, pero el cuerpo de la víctima fue hallado en su departamento. Seguer y su madre, Alicia Fernández, fueron detenidas en Córdoba. Ambas fueron enjuiciadas y condenadas a prisión perpetua en octubre pasado. Pero la Cámara Penal decidió revocar, con algunas críticas al tribunal de origen, la condena a la madre de Seguer. A su vez confirmó la condena de la más joven, aunque le restó el agravante de la codicia. El fallo de Cámara se dictó con dos votos a favor y una abstención.

Diego y Carolina se conocieron trabajando para MC Catering. Él era gerente de la firma gastronómica y ella una moza. Cuando Seguer se fue de la empresa la relación con Sarjanovic continuó, al punto que él comenzó a prestarle dinero de su propiedad y en algunas oportunidades de la empresa. En estos casos, ella le extendía cheques con los que Sarjanovic pagaba proveedores, pero resultó que no tenían fondos y terminaron en manos de uno de los dueños.

La situación era apremiante para ambos y la exigencia por la devolución del dinero era cada vez mayor; también las promesas que ella hacía. El 4 de septiembre de 2015, Diego y Carolina debían encontrarse para ponerle un punto final al trato que tenían, lo que implicaba la devolución de 90 mil dólares que ella le debía. Esa mañana se perdió el contacto con el ejecutivo.

La familia presentó una búsqueda de paradero. Su entorno citó a Seguer a un bar, donde les dijo a esos allegados al hombre que no lo había visto; declaró lo mismo en la comisaría. Tres días después encontraron a la víctima asesinada en un departamento de Moreno y Urquiza, que alquilaba la madre de Seguer. Tenía cerca de 70 puñaladas. Los peritos estimaron que ninguna de las lesiones fue mortal pero todas juntas generaron un shock que le causó la muerte, aunque se estimó una sobrevida de entre 3 y 12 horas.

Seguer y su madre fueron detenidas en Las Varillas, Córdoba. Ambas fueron sometidas a juicio oral, en septiembre pasado, y condenadas a prisión perpetua por homicidio calificado por ensañamiento y codicia, por los jueces Patricia Bilotta, Delia Paleari y Gustavo Pérez Urrechu. La sentencia fue apelada por la defensa.

Este viernes, con los votos a favor de los camaristas Carlos Carbone y Georgina Depetris y la abstención de Carolina Hernández –por existir dos votos concordantes– revocaron la condena contra Alicia Fernández por el beneficio de la duda y confirmaron la sanción a Seguer aunque le sacaron el agravante de codicia.

La absolución

Los vocales explicaron que Alicia fue acusada en un primer momento de matar a Sarjanovic y luego, ya en el debate, le achacaron haber llegado al departamento de Moreno al 500 cerca de las 14.30, cuando ya estaba agonizante en la habitación. Y, tras la existencia de un acuerdo con su hija, haber evitado que la víctima tuviera auxilio. El fin de ello era librarse, junto a su hija, de una deuda económica del emprendimiento textil que tenía en común, explicó la Fiscalía.

Pero los camaristas fallaron que las pruebas en su contra son insuficientes. Se sabe que estaba en el taller, recibió una llamada de su hija. Al cortar les dijo a las empleadas que Seguer la necesitaba y se fue. Ingresó al edificio de calle Moreno cerca de las 14.30 y se quedó allí. Nada se sabe del accionar de la mujer más allá de ello. Luego hay “insistentes” comunicaciones entre ambas pero no se conoce su contenido y mensajes donde le pide a su hija que vuelva, explica la resolución.

De la prueba no se puede afirmar un acuerdo de voluntades, ni el fin común, dice la Cámara. Para los jueces la mujer nada tenía que ver con las finanzas del negocio, que estaban en manos de su hija, y no hay prueba de que haya estado en ninguna transacción o pedido de dinero a algún acreedor.

El fallo estima que lo evaluado en su caso se perfila en una conducta comprensible de cualquier madre ante el llamado de un hijo en una situación desesperada a lo que sumaron el estado emotivo que produjo en la mujer encontrarse con semejante situación, que involucraba la vida de la víctima, y de su hija, a quien decidió proteger de la peor manera, explica.

También tuvieron en cuenta las características personales de la mujer, su historia y formación. La describen como una mujer con pocos recursos intelectuales que trabajó desde los 13 años, incluso de cartonera, para sostener a su familia, a lo que le sumaron lo “inesperado, grave y extraordinario de la situación con la que se encontró, que toma en desesperante y elimina el normal raciocinio cuando de su propia hija se trataba”, dice el fallo.

Codicia

En cuanto a Carolina Seguer, la mujer confesó el crimen aunque aseguró que fue en legítima defensa. Planteo que fue desechado. Para el tribunal no hay evidencia que sostenga esa postura. Él tenía una estatura de 1,86 metro y un poco más de 100 kilos mientras que la acusada mide 1,63 metro y pesa unos 45 kilos. El informe de reconstrucciones integrales explica que con esta diferencia de contextura ella no hubiese tenido chances ante una agresión de parte del hombre.

Sarjanovic tenía lesiones en la cabeza, las que para el tribunal se compadecen con una mesa de luz rota que había en la habitación, lo que pudo imposibilitarlo de defenderse de las puñaladas. Si bien ninguno de los puntazos fue idóneo para causarle la muerte, le produjo una suerte de descompensación hemodinámica grave, que causó el deceso. Según una de los peritos, tuvo una agonía de 3 o 4 horas de mínimo y 12 de máximo, mientras que otro informe habla de un mínimo de 12 horas de sobrevida. Para los camaristas se configura el ensañamiento por la prolongación de la agonía.

Pero descartaron la calificante de la codicia. Carbone dijo que codicia es nombre femenino, según el diccionario, pero no le cabe en el caso a Seguer. El significado alude a deseo vehemente de poseer muchas cosas, especialmente riquezas o bienes, como también la ambición desmedida por el dinero, dice el fallo.

A lo que Depetris sumó que la mujer se había embarcado en negocios ruinosos o deficitarios, por lo que se había endeudado informalmente no sólo con la víctima sino con otros acreedores. Que existía una relación comercial y también íntima entre Seguer y Sarjanovic, por lo que había una situación comprometida entre ellos, donde la mujer prometía y no cumplía pero se encontraba en una permanente desesperación por juntar el dinero. A lo que se agrega que la víctima habría prestado dinero ajeno sin autorización. En este cuadro Depetris entendió que a Seguer más que la codicia parece haberla movido la desesperación.

Con estos fundamentos absolvieron a Alicia Fernández por el beneficio de la duda y ordenaron su inmediata libertad y confirmaron parcialmente la condena a Carolina Seguer, por lo que deberá cumplir prisión perpetua a pesar del cambio de calificación.

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