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Santiago Motorizado: “La vida sin arte sería una catástrofe”

El músico Santiago Motorizado llega este jueves a Rosario en formato solista para presentarse desde las 21 en el Centro Cultural Güemes. Se trata de un proyecto que lleva adelante en paralelo a la banda que lidera, Él Mató a un Policía


Santiago Barrionuevo, hoy conocido como Santiago Motorizado, el apellido artístico que tomó de su banda Él Mató a un Policía Motorizado, nació y creció en La Plata. Era el molesto de la clase, el que tarareaba todo el día y hacía “ruidos” con las biromes. Fue a una secundaría de arte pero eligió plástica (es dibujante e ilustrador). “Era raro porque los de música no armaban bandas pero los de plástica sí”, recordó.

A lo mejor por lo molesto o por lo tímido no fue la primera opción como vocalista de la banda que se armó en su clase. “Estaba en primer año, el chico que iba a cantar no podía ir y me llamaron a mí. Tenía miedo. Lo filmaba el hermano de uno de los chicos y eso me daba mucha vergüenza, pero a la vez me animé y lo hice. Soy muy tímido en general, me animo a cantar y todo, pero hay algo que sucede con uno como performer, con romper esa timidez, que te saca del lugar cómodo y genera un vértigo bueno”, reconoció.

Hoy Santiago es el líder de una de las bandas de rock con mayor crecimiento en los últimos años, tanto de público como de premios y elogios de la crítica especializada. “Hoy el escenario ya es un lugar cotidiano pero siempre hay un público nuevo y uno trata de dar lo mejor. La timidez no se me va. Pero cuando uno pisa el escenario cambia la realidad; no sos el mismo. Voy a hacer lo que más me gusta. El vértigo que sufría al principio ahora lo disfruto”, dice ahora.

La charla con El Ciudadano tiene que ver con la presentación de este jueves cuando muestre en la ciudad sus canciones en formato solista. “Es un formato que echo a andar cuando tengo un hueco con Él Mató…. Al principio, hace muchos años tocaba yo solo con guitarra acústica y después fui armando una banda”, contó el músico sobre un proyecto en el que lo acompañan Tom (Bestia Bebé) en batería, Morita (107 Faunos) en teclados y Pipe (Super 1 Mundial) en bajo.

“Tengo un montón de canciones exclusivas de este formato pero nunca pude finalizar la grabación de un disco. Las canciones en este formato tienen otro espíritu. Cuando compongo pensando en Él Mató…, trato de que las letras representen a toda la banda; con este formato, cómo es algo propio, puedo irme por las ramas, suelen tener más humor, más ironía. El espíritu cambia. Los shows suelen ser más relajados, con Él Mató… casi ni interactúo con la gente y acá sí. Me gustan los dos formatos: uno en el que habla la música, algo más oscuro, y otro en el que no tengo que responder a una banda sino a las tonterías que se me ocurren en el momento”, explicó entre risas.

Tal vez una de las cosas que hizo más popular su carrera solista fue la composición de la banda de sonido de La muerte no existe, el amor tampoco. “Fue algo que siempre soñé hacer”, reconoció Santiago y contó que cuando Fernando Salem, el director del film, lo llamó con la propuesta, él le advirtió que nunca había hecho nada parecido. “Pero Fernando tenía muy claro qué quería para su película. Eran momentos muy puntuales. Eso facilitó el trabajo. Había armado una maqueta para el primer corte poniendo canciones de Él Mató… de referencia. Entonces, me contó que era seguidor de la banda y que quería rescatar eso. La película está buenísima y la conexión que él sintió entre la película y las canciones del Él Mató… yo también la sentí. Tiene un clima muy atravesado por lo melancólico, por el paisaje del sur argentino, bello pero también oscuro, solitario y un poco sórdido. Eso quedaba bien con algunas canciones de Él Mató… que atravesaban el mismo clima”, contó.

El nuevo rock

Él Mató… y la figura de Santiago forman parte de una escena de rock que está mostrando una gran mutación y en la que fueron transformándose en referentes de la producción independiente.

¿A qué se debe la gran aceptación de la banda?, “al poder de las canciones”, dijo Santiago como primera conclusión. “Después hay una empatía con el proyecto, porque somos independientes, por el proyecto, por nuestra forma de ser. Esas son cosas que nos llegan. Las respuestas son mejores de lo que soñamos alguna vez”, apuntó. Y consultado sobre la nueva escena del rock, analizó: “Cada nueva generación va poniendo su impronta y eso es lo que hace que vaya girando todo. Se mezcla un nuevo espíritu con la tecnología. Estoy pendiente de las redes, donde hay pequeñas piezas de arte, sobre todo en Instagram donde uno puede ser un poco más creativo. Después está la música que acompaña este avance de la tecnología, que suele ir, en su espíritu, más al choque, a lo urgente, mas minimalista, más simple en algunas cosas pero sin dejar la profundidad; depende cada proyecto. Como si toda esta nueva velocidad acompañara al estilo, al lenguaje”.

También en la actualidad se genera una ruptura con la figura del rockstar inalcanzable, endiosado. “Eso lo noté cuando arrancamos, cuando recién surgían las redes sociales, con los artistas twiteando mano a mano con el público. Esta cosa de los artistas usando estas mismas herramientas y haciendo cosas parecidas a sus seguidores une todo. Siempre debió ser así. Entiendo cómo se separaba y se endiosaba, se ponía al artista en un lugar mucho más lejano. A veces generando cosas muy chotas y otras veces como jugando. Lo veo a Freddie Mercury súper estrella pero riéndose de eso. Esas cosas son divertidas. Un poco hoy se vuelve a eso jugando, los traperos emulan la ostentación de la estrella de hip hop. Una cuestión más de personaje”, apuntó. Y consultado sobre cómo influyó en eso la lucha de mujeres y disidencias, agregó: “Todo se va entrelazando, se van cayendo ciertas estructuras porque las van empujando nuevos movimientos que también ven un espacio para resurgir. La gente va entendiendo las cosas de otra manera tanto en el sentido político como en el artístico. El arte tiene que ver con eso, con responder a algo que está dominando con algo novedoso, diferente. Está bueno lo que está sucediendo ahora, desde la producción independiente y desde que haya más espacios para las mujeres y disidencias”.

Es que para Santiago, “la vida sin arte sería una catástrofe”. “Es lo que nos nutre todo el tiempo en paralelo a la vida real, como si el arte nos sacara del eje en el que vivimos para ayudarnos a entender otra realidad, para hacernos pensar las cosas de otro lado, que nos sensibiliza de otra manera, que nos despierta otros sentimientos. Es parte de nuestra vida y debería ser parte de nuestra educación porque hay cosas que se expresan por ahí”, concluyó.

“Me llena de esperanza que este gobierno tenga el foco puesto en un sector que quedó muy golpeado”

Consultado sobre cómo ve la actualidad política argentina, Santiago Motorizado lazó: “Con esperanza”. Y explicó: “Cuando hay un cambio, hay esperanza en propios y extraños, en los que lo votaron y en los que no. Veo en Alberto Fernández, por lo menos en sus primeras medidas, a un gobernante que quiere bajar esta tensión de la grieta entendiendo que la grieta es algo que se da siempre. Hay sectores que buscan ampliar derechos y sectores que se ven amenazados por esa ampliación de derechos”.

“Esa es una grieta que va a existir siempre a menos que vivamos en un mundo sin desigualdades absolutas. Y teniendo en cuenta que hay que gobernar esquivando que los grandes medios están ahí para mal interpretarlas, y eso dificulta los discursos, las medidas, el accionar de un gobierno. Me llena de esperanza que este gobierno tiene el foco puesto en un sector que estos cuatro años quedó muy golpeado, muy marginado. Tenerlo en agenda por sobre las demás cosas ya me genera esperanza, en un contexto muy difícil”, concluyó.

Para agendar 

 

 

Santiago Motorizado tocará este jueves, a partir de las 21, en el Centro Cultural Güemes, de Güemes al 2800. La apertura de la noche estará a cargo de Lichi. Entradas a la venta en Amadeus Rock (Córdoba 1369), La Daga (San Martin 876) y entradaplay.com

 

 

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