Ciudad

Santafesinos se lanzaron hacia la aventura oriental

Más de 130 empresas locales se embarcaron durante cinco días en una inédita muestra en Montevideo.

Por: Guillermo Correa

El dibujo –maravilloso– que hacía las veces del logo de la expo lo decía todo: emulando al multipremiado filme Avatar –¿o acaso al anterior y olvidado cómic “Cero Buenos Aires” que acaba de cumplir 20 años con imágenes semejantes?– muestra un trozo de tierra que parece arrancado del Alto Delta del Paraná, flotando sobre la costa oriental del Río de la Plata. Una isla suspendida en el aire donde, rodeados de follaje, aparecen desde el Monumento a la Bandera hasta el túnel Santa Fe-Paraná, junto a edificios y chimeneas humeantes de conocidas usinas y fábricas que simbolizan a la provincia. Puede suponerse que así lo pensaron muchos, sino todos: “Santa Fe expone”, un emprendimiento inédito en el país, pretendió la mudanza –por unos días– de buena parte de las potencialidades que tiene una provincia argentina al Uruguay. Al “paisito”, que está tan cerca, que se parece tanto. ¿Será así?

Más de 130 empresas, cámaras empresarias y diferentes asociaciones se sumaron a la aventura oriental. Estaban representadas fuerzas productivas de 35 localidades de Santa Fe, un abanico que cubre geográficamente casi todo el territorio provincial, que trabajó contrarreloj durante meses para poder “mostrarse” cinco días, del 17 al 21 de diciembre. Dentro de seis meses, llegará el turno de la réplica: empresas uruguayas expondrán en territorio santafesino. La cita será del 9 al 12 de junio de 2011 en el establecimiento El Laurel, en el kilómetro 91 de la ruta provincial 26, entre Casilda y Carcarañá. Éste es el escenario elegido por Agroactiva para la próxima edición de su muestra, y allí tendrán su espacio los orientales.

Pero los uruguayos, se sabe, son desconfiados, y con argentinos, acaso más. Aprendieron a serlo desde hace casi un Bicentenario, cuando a la Junta Grande la cruzaron intereses con tanta fuerza como para dejar afuera a la Banda Oriental. Y, para peor, Montevideo es una capital nacional, obligada a mirarse a sí misma para resolver contradicciones propias.

Es que Santa Fe Expone se desplegó en Carrasco, a poco menos de dos kilómetros del aeropuerto montevideano, cuando el centro capitalino reflejaba una enorme presión gremial. Dicho de otro modo, habían caído santafesinos justo cuando los diarios ponían en sus tapas a una capital llena de basura. Tanto, que el presidente José Mujica, el Pepe, desplegaba al día siguiente tropas del Ejército para… recogerla.

Pero, para peor, la basura no era lo único que tenía a maltraer a los montevideanos y al gobierno. “Faltan 20 compañeros”, rezaban carteles en cada puesto de bañeros a lo largo de toda la rambla. Y mientras tanto los bancarios estaban en plena guerra con una huelga. Pero el otro conflicto que más centímetros se llevaba en los diarios era un paro nada menos que de los anestesistas: se estaba barajando incluso la posibilidad de transportar a pacientes para que les practicaran cirugías en Buenos Aires. No es poco para una segunda mitad de diciembre, tan cerca de la Navidad.

Y se notó. Con semejante panorama, el mandatario oriental no se hizo presente –como era la apuesta de máxima– en la apertura de la exposición: apenas si tuvo tiempo de “muñequear” el sinfín de escaramuzas políticas, gremiales y sociales antes de partir a Foz de Iguazú para la Cumbre de presidentes del Mercosur. Y allí estaba cuando el gobernador Hermes Binner cortó las cintas en Montevideo, junto al ministro de Industria oriental, Roberto Kreimerman, y otros funcionarios de Santa Fe –entre ellos el ministro de Gobierno, Antonio Bonfatti–, y Uruguay, en la calurosa tarde del jueves 17. Así quedó formalmente abierta la exposición, a la par que se daban los últimos ajustes al escenario desde donde se haría el recital para celebrarlo.

“¿Cómo puede ser que él llena un teatro con dos mil personas que pagan, y acá toca casi gratis y hay 200?, se preguntaba, casi molesto, Damián Sarrabayrousse, un rosarino que vive en Montevideo con su mujer oriental y sus dos hijos nacidos en el Uruguay. Estaba escuchando a León Gieco y se había enterado por un aviso de pequeño porte publicado en un diario montevideano. En medio de una capital convulsionada por conflictos y por la aparición de las organizaciones que los fogoneaban –que medios como El País y El Observador dieron a llamar “la izquierda de la izquierda”–, poco, sino nada de espacio tuvo la muestra Santa Fe Expone. Sin embargo, a buena parte de las empresas expositoras, sino todas, afirman que les fue bien. ¿Y cómo?

De Rosario al mundo

Entre las casi 140 empresas, cámaras empresarias e instituciones que ocuparon puestos en las modernas instalaciones del Latu, como se conoce al Laboratorio Tecnológico del Uruguay –un emprendimiento público-privado creado en 1965– llegaron 18 empresas de Rosario. Y aunque primaban las del complejo industrial-agrícola –incluso una de ellas se enteró en plena muestra montevideana de que había sido galardonada en Buenos Aires con el premio Innovar 2010– también hubo espacio para otras, como las de turismo, una firma de sierras de carnicería y cortadoras de fiambre y hasta una empresa de prótesis, implantes e instrumental para traumatología.

“Nos pareció muy interesante ir junto con la provincia y estar al lado de otras empresas unidas por la pertenencia santafesina”, dijo Horacio Domínguez, directivo de de CDH Prótesis e implantes. La empresa, una de las más jóvenes de la muestra –se formó en 2002– desde hace un lustro está presente en el mercado oriental. Y fue por otra cosa: “Ya estamos bien posicionados, pero estuvimos por dos motivos: reforzar nuestra imagen como empresa patrocinada por el gobierno de Santa Fe, y lograr algún tipo de vinculación a nivel gubernamental con Uruguay”, explicó el ejecutivo.

Gregorio Broquetas, otra empresa rosarina que desde hace 60 años trabaja en fundición de metales no ferrosos, encuentra posibles “exportaciones” hacia el propio territorio provincial. “Fue nuestra primera experiencia: la gente de Santa Fe respondió muy bien, pero faltó un poco de convocatoria del lado de Uruguay”, se sinceró Patricio Mackena, directivo de la compañía.

Sin embargo la compañía, que produce insumos mayormente para las industrias agrícola y automotriz, encontró buenos contactos entre el centenar de empresas y cámaras que ocupaban los puestos y los pabellones vecinos. “Por eso, para nosotros fue muy bueno”, dice Mackena, que ya piensa en una “segunda chance”.

También las limitaciones de una Montevideo difícil fue advertida por Hardtech Inc, empresa rosarina que desde 1992 produce máquinas para agricultura, horticultura, silvicultura, avicultura y apicultura. Sin embargo, también para ellos el balance fue positivo: “Hemos exportado según los vaivenes de la economía, a veces con más suerte, a veces con menos.  Pero el mercado uruguayo nos interesa mucho y nos sirvió para tener contactos”, explicó uno de los directivos de la firma. Similar evaluación hicieron desde Imet Ingeniería, una empresa con 44 años de existencia y con un fuerte impulso en los últimos años: su maquinaria insignia, una sembradora diseñada y fabricada en Rosario que trabaja hasta con tractores de la mitad de potencia que exige la media, que recibió el premio Innovar del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva de la Nación.

Es una empresa familiar, con muy pocos empleados, que tuvo otro motivo para celebrar: uno de los contactos que hicieron en Uruguay ya les anunció vía correo electrónico que viajarán para ver su planta, sus máquinas y sus insumos y presenciar una prueba en campo con “un tractor de muy baja potencia”.

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