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Santa Fe tienta a agencias españolas por Sancti Spiritu

El gobierno provincial participó de una mesa en Buenos Aires. Busca la continuidad de la investigación del fuerte de 1527. Las excavaciones en Puerto Gaboto, primer asentamiento español en el país, ya dieron sorpresivas revelaciones


El gobierno de Santa Fe participó de una mesa redonda en Buenos Aires, en la embajada de España, donde se puso de manifiesto el interés de agencias de cooperación ibéricas en profundizar la excavación en los terrenos donde se erigió el primer asentamiento europeo en la Argentina: el fuerte Sancti Spiritu, que una expedición española estableció en 1527 a orillas del río Carcarañá, a 150 metros de la desembocadura en el Coronda y a unos 7 kilómetros de la confluencia del Coronda con el Paraná.

El encuentro se realizó a propósito de la llegada al puerto de Buenos Aires del velero Pros, que viene replicando el itinerario que realizaron hace 500 años los navegantes Fernando de Magallanes, y quien lo relevó en las Filipinas, Juan Sebastián de Elcano.

En representación del Ministerio de Cultura santafesino asistió el  subsecretario de Gestión Cultural, Javier Armentano. “Hemos aprovechado –explicó– esta mesa redonda para dialogar luego con las agencias de cooperación españolas en torno de la posibilidad de nuevos financiamientos para el proyecto turístico, arqueológico y patrimonial que denominamos Parque del Fuerte”.

En ese sentido, el funcionario recordó que las agencias de cooperación financian parte del trabajo del arqueólogo vasco e investigador del yacimiento del Fuerte Sancti Spiritu, Agustín Azkarate, y señaló: “Hay interés de profundizar la cooperación con el proyecto arqueológico, y tenemos expectativas de que esto se traduzca en una mayor fuente de financiamiento”.

Armentano compartió el panel con el embajador español, Javier Sandomingo; el responsable cultural de la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (Aecid) en Buenos Aires, Luis María Marina; el capitán del velero Pros, Francisco Ruiz Aldereguía, y el arqueólogo Azkarate. La mesa fue coordinada por el historiador rosarino Miguel Ángel de Marco, y también participaron los historiadores Tomás Merino y Julio Mario Luqui Lagleyze.

El subsecretario santafesino recordó: “Hace 500 años otro replicante de la ruta que emprendieron Magallanes y Elcano, Sebastián Gaboto, desconociendo las órdenes de los reyes de España en lugar de seguir hacia el extremo continental, dobló por el Río de la Plata río arriba, y esa decisión tuvo como consecuencia el emplazamiento del fuerte Sancti Spíritu”.

El funcionario describió como “especialmente complejos”  los trabajos de excavación e investigación arqueológica sobre el emplazamiento. “Si los muros hubiesen sido de piedra, hubiera sido todo más fácil, pero como son de tierra se precisa otra tecnología e infraestructura para hacerlos aparecer y preservarlos de la intemperie”, explicó.

El encuentro se desarrolló con el auspicio de la representación diplomática española en la Argentina, la Aecid, Cooperación Española y la Asociación de Amigos de los Grandes Navegantes y Exploradores Españoles, entidades que cursaron la invitación a la cartera cultural santafesina.

El interés científico por la historia del fuerte data de la década de 1940. En 2006, nació un proyecto impulsado por investigadores santafesinos para hallar el emplazamiento original del fuerte.

Durante esa búsqueda, los vecinos de la zona relataron a los investigadores que era común encontrar bolitas de vidrio cerca de un árbol de eucaliptos, y que ellos las utilizaban para jugar. Cuando se excavó ese sector, encontraron resquicios de piezas europeas del siglo XVI. En ese momento comenzó una colaboración académica con la Universidad del País Vasco, que se formalizó con un convenio en 2015, que, confían, será renovado.

La empalizada redonda que no fue

Sancti Spiritu fue el primer asentamiento europeo en el actual territorio argentino. Lo levantaron los españoles en 1527 a unos 59 kilómetros de Rosario, en lo que hoy es Puerto Gaboto. El nombre de la comuna remite al marino, cartógrafo y explorador Sebastián Gaboto, fundador del fuerte que, se descubrió recientemente, no fue como lo pintaron innumerables libros escolares y hasta publicaciones de historia: no estaba ni cercado por palos ni era redondo, sino que era rectangular y de adobe.

El mérito le corresponde a especialistas del gobierno santafesino y de la universidad del País Vasco: la construcción no fue circular como la recreó la última dictadura cívico militar. Y allí, antes que los extranjeros –y contra lo que se creía– hubo población autóctona, chaná y guaraní, que construyó viviendas para permanecer en el sitio.

Las investigaciones en el sector del fuerte sacaron a la luz varias ocupaciones, alianzas y disputas entre los europeos y los pueblos originarios guaraní y chaná, que habitaban esa región rodeada por los ríos Coronda y Carcarañá. En esas tierras, ya iniciada la conquista, se realizaron las primeras misas católicas y las primeras siembras de trigo y cebada.

Esos cambios de poblaciones dejaron rastros que afloraron con las excavaciones para rastrear la historia del lugar.

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