Ciudad

Inaudita propuesta provincial

Santa Fe: buscan que las viviendas que ahorren luz y gas paguen menos impuestos

La idea es descontar el Inmobiliario a propiedades que, por su construcción, gasten poco. Pero antes la Legislatura debe aprobar la ley de etiquetado. Más de 400 inmuebles ya fueron analizados en todo el territorio


En Rosario desde hace cuatro años las construcciones nuevas tiene que usar determinados materiales.

Más de 400 viviendas en Santa Fe fueron analizadas para ver cómo podían hacer para ahorrar en su consumo energético. Descubrieron que los departamentos son los que menos lo hacen y las casas entre medianeras o sin edificaciones contiguas son las que más. Mientras la provincia intenta que la Legislatura apruebe un régimen al que adhieran todas ciudades, Rosario ya lo aplica. Desde hace cuatro años las construcciones nuevas tienen que usar determinados materiales, orientarse de una forma o cambiar aberturas para gastar menos. La idea del gobierno santafesino es instalar un sistema de etiquetas, como la de los electrodomésticos, para las casas y departamentos, y que sea de referencia para quienes quieren alquilar o comparar. Incluso prevén que las viviendas con mejor categoría reciban descuentos en los impuestos. La experiencia santafesina incluyó capacitar a los municipios y profesionales de Tucumán, Mendoza y Bariloche para que avancen en legislaciones propias. “Hoy en día tiene el consumo de energía tiene mucho peso en la economía de las familias. Hay que educar para el consumo”, dijo a El Ciudadano la secretaria de Estado de la Energía, Verónica Geese.

Desde 2017 la provincia empezó con el programa de etiquetado de eficiencia energética donde un grupo de profesionales evaluaron 457 viviendas (350 en Rosario y 107 en la capital santafesina) para saber por cómo estaban construidas qué tipo de consumo pueden llegar a esperar los inquilinos en sus facturas de la EPE y Litoral Gas. Como si fuera una heladera o lavarropa la casa o departamento terminó con una etiqueta con categorías que van desde la A, las que menos consumen, hasta la F, las que más pueden llegar a hacerlo. “Es una herramienta de referencia para quienes alquilan o quieren comprar. La etiqueta indica cuánto pueden llegar a gastar en energía por mes para comparar con otras casas. Es para poder tomar mejores decisiones”, explicó Geese y agregó: “Hay construcciones que están hechas con buena calidad y otras en donde abarataron costos o hicieron las cosas mal generando un mayor gasto para climatizar. Un ejemplo son las que sumaron grandes superficies vidriadas o están mal orientadas”.

Referencia

El etiquetado surge del cruce de datos de cómo está construida la vivienda y lo hacen ingenieros y arquitectos. En la página de la provincia el registro es de unos 30 profesionales habilitados para hacerlo. Después de analizado le sugieren formas de mejorar la categoría como poner postigos en las ventanas o doble vidriado dependiendo del caso.

Si el proyecto de ley para el etiquetado energético consigue la otra media sanción que le falta en la Legislatura la provincia se comprometerá a descontar del impuesto inmobiliario a las viviendas que mejoraron su categoría, entre otras formas de fomento. “Lo más importante es que los municipios y comunas de la provincia adhieran y lo incluyen al Código de Edificación. Rosario es la única que tiene una ordenanza de este tipo y cada año suma condiciones a proyectos con cada vez menos metros cuadrados que deben adecuarse a los parámetros de eficiencia”, señaló Geese.

En cuatro años de aplicación de la ordenanza que creó el Programa de Construcciones Sustentables, la Municipalidad de Rosario logró que 219 edificaciones nuevas, desde locales comerciales hasta casas y departamentos, fueran hechas con técnicas y materiales que reducen el consumo energético para climatización en hasta un 40%. Hoy, la ciudad suma 674 mil metros cuadrados nuevos de este tipo de espacios, y en 2018 la norma alcanzó a construcciones de menos de 500 metros cuadrados.

De mercado y contagio

“En Alemania hace 30 años que trabajan para que la etiqueta sea un componente más en la industria de la construcción. Sumamos a los distintos colegios de profesionales involucrados (arquitectos e ingenieros, entre otros). Vemos que muchos proyectos son encarados desde la eficiencia energética”, agregó la secretaria de Estado de la Energía.

En 2018 la experiencia de Santa Fe fue compartida al resto del país. La provincia hizo capacitaciones a unos 350 profesionales para evaluar la situación en diferentes localidades. Se hicieron dos encuentros en la capital santafesina, tres en Rosario y otros en Mendoza, Bariloche y Tucumán. El siguiente será en Salta.

“El promedio de las experiencias en esas localidades dio que los departamentos tienen una categoría D, las casas entre medianeras una E y las que no tienen construcciones alrededor una F”, explicó uno de los referentes de la iniciativa, Roque Stacnitta.

En total fueron “etiquetadas” 957 viviendas y otras 550 están en proceso de lograrlo. En Rosario hay 150 en camino a saber qué tipo de consumo energético tienen y cómo pueden mejorarlo.

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