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Santa Fe ajusta detalles de cara al censo nacional 2010

El titular del Instituto Provincial de Estadística y Censos, Jorge Moore, habló sobre la futura encuesta.

El Instituto Provincial de Estadística y Censos (Ipec) está ajustando los últimos detalles para la confección de lo que será, el miércoles 27 de octubre, el Censo 2010, con 56 mil agentes avocados a dicha tarea en Santa Fe. El responsable del área, Jorge Moore, explicó a El Ciudadano: “Estamos terminando con lo más complejo que es la capacitación y la cartografía con la que contarán los censistas. Las localidades que tengan menos de 50 mil habitantes tendrán un formulario y las ciudades contarán con otro modelo. Como en cada elección, serán convocados los docentes y si es necesario, más cerca de la fecha, convocaremos a los que ya se ofrecieron que son muchos”.

El funcionario también contó que habrá algunas preguntas nuevas respecto al último censo de 2001, como por ejemplo, si hay discapacitados en el hogar, si la vivienda está escriturada, si a la persona que trabaja le hacen aportes jubilatorios, entre otros ítems.

—¿El éxito del censo tiene que ver con la capacitación del censista? ¿Cómo se garantiza la calidad en la recolección de los datos?

—Estamos trabajando, lo más complejo es finalizar bien la capacitación y la  cartografía. Tenemos que hacer miles de planos. Cada departamento de la provincia tiene un jefe, luego está el jefe de fracción, también un jefe de radio, todo eso conforma una gigantesca cartografía y paralelamente estamos capacitando a los instructores, trabajo que finaliza la semana que viene. Primero en Buenos Aires se entrenó a los coordinadores generales, luego se capacitó a catorce jefes de instrucción para toda la provincia, y a más de 150 instructores que luego son los que capacitan a los jefes de departamentos. Hay una estructura censal que la integran los docentes primarios y paralelamente hay una estructura de instrucción que es la que entrena a los censistas. A partir de los padrones que se utilizan para las elecciones estamos haciendo la selección de los censistas, que cobrarán ese día 250 y 350 pesos los que trabajen en zonas rurales.

—Ante los cuestionamientos al Indec respecto de la medición de los índices de inflación, ¿cómo reciben desde el Ipec estas críticas que siembran dudas sobre la calidad del trabajo?

—Sé que existen esas polémicas, pero el censo es una acción de absoluta importancia estratégica para todos los estados y no puede estar sujeto a vaivenes y discusiones. Se está haciendo cuidadosamente, con los criterios con los que se tienen que hacer. La gente tiene que tener absoluta confianza en la veracidad de la información que da y en la veracidad de la información que va a ser devuelta a través del análisis de todas las variables. La gente tiene que recibir al censista con un espíritu amable, sabiendo de la importancia del trabajo, porque el censo es el que va a dar la mejor información posible para todas las políticas públicas. Para cuantificar, caracterizar las viviendas, los hogares y la población de un momento determinado, el único instrumento absoluto y cabal es realizar un buen censo. Aquí no tiene que ver la política sino la calidad de la información que se va a manejar en los próximos diez años.

—¿El cuestionario es similar al del último censo o se incorporaron nuevas preguntas?

—Lo más importante es que ese día la gente se quede en su casa a esperar al censista, que mostrará una credencial. La entrevista durará un promedio de veinte minutos. Primero se pregunta sobre la vivienda, luego por la gente que vive y pasó la noche del martes al miércoles. Se preguntan los nombres –no hace falta dar el apellido ni el número de documento–, comenzando por el jefe de hogar, si es varón o mujer, día de nacimiento, en qué país nació. Datos que sirven para las cuestiones migratorias externas o internas. Después se consulta si en esa casa hay personas de pueblos originarios o descendiente de pueblos originarios o afro descendientes. Luego, características habitacionales: el tipo de piso, techo, si tiene electricidad, si tiene agua, de dónde provine, si es potable o de pozo, si tiene cloacas. También si cocina a gas o a electricidad, la antigüedad de la vivienda, si es propietario o alquila, si la vivienda está escriturada. Después sobre los artefactos del hogar, si tiene cobertura de salud, obra social, si hay alguien en la casa que tenga alguna limitación física, ya sea para ver, oír o caminar. En este censo se incorpora el tema de las minorías: si es jubilado, si recibe la jubilación, qué tipo de educación tiene, y las últimas preguntas tienen que ver con la situación laboral. Se consulta si en la última semana trabajó o buscó trabajo, en qué tipo de empresa trabaja, nombre de la ocupación y el tamaño de la empresa, si es grande o pequeña y que tipo de relación tiene en el trabajo. Si trabaja en el sector público o privado, si le hacen los aportes jubilatorios. A las mujeres mayores de 14 años, si tienen hijos, cuántos, cuándo nació el último hijo. Toda esta información es una cantera para los próximos diez años que nos permite tener una buena muestra en temas puntuales como la discapacidad y  sobre comunidades de pueblos originarios.

—¿Cómo será la cobertura en barrios marginales?

—En comunidades de pueblos originarios, o en las zonas de villa de emergencias o en barrios precarios, vamos a trabajar con una estructura que tiene que ver con quienes ya están desempeñando funciones en esos lugares. El censista será alguien que conozca el barrio. Gente que trabaja en salud, desarrollo social, en el área municipal, gente que conozca la zona, que pueda trabajar con una buena relación con los vecinos. Tenemos que bajar la sensación de desconfianza.

—¿Cómo es la cobertura, por ejemplo, en un hospital o en una cárcel?

—A los hospitales, cárceles, unidades militares, geriátricos, o internados religiosos se hace un operativo puntual, con un censista especial para esa unidad colectiva.

—¿Para cuándo estiman los primeros resultados del censo?

—La información cuantitativa, es decir, población y sexo, estará para fin de año. Las primeras variables las tendremos en junio del año que viene y la totalidad de las variables están planteadas para diciembre de 2011. La lectura de todo se centraliza, a nivel nacional, en el Correo Argentino.

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