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Otoño tormentoso

Santa Fe, acechada por el agua

El intendente de la capital provincial, José Corral, sostuvo que la ciudad vive una “situación compleja e inédita”, ya que a la crecida del Paraná, que ya lleva 4 meses, ahora se le sumó el repunte del río Salado y persistentes lluvias en lo que va de abril.


El intendente de Santa Fe, José Corral, sostuvo ayer que en la ciudad se vive una “situación compleja e inédita”, ya que a la crecida del río Paraná –que ya lleva cuatro meses– se le sumó en los últimos días un repunte del Salado y las fuertes lluvias de abril, por lo cual hay más de 200 familias evacuadas por las crecidas de los ríos pero también como consecuencia de anegamientos de viviendas en plena ciudad.

El jefe comunal dijo que en lo que va del año han precipitado 700 milímetros en la ciudad y 200 sólo en lo que va de abril: “Yo diría que es una situación inédita, porque tenemos 200 familias evacuadas por el Paraná, pero también tenemos familias evacuadas por el Salado y algunas en la vecinal Schneider evacuadas por lluvias; allí son siete familias de Villa Hipódromo y de algún otro barrio”.

Corral añadió que se vive “una situación muy compleja”, porque “el Paraná está en valores extraordinarios y sostenidos desde hace cuatro meses, en diciembre superó los seis metros y se ha mantenido en esos valores altos, y además una crecida del Salado y nos dicen las autoridades de provincia que se espera que el pico se alcance hoy”.

“Con los ríos altos durante tanto tiempo las napas freáticas suben también a valores altísimos, por lo que no hay ninguna capacidad de filtración y tenemos problemas donde no hay cloacas con los pozos negros, para las familias son situaciones muy complejas”, añadió.

Los datos de Prefectura Naval Argentina trajeron alivio en las mediciones de ayer, ya que el Paraná se mantenía sin cambios en los puertos de Reconquista (5,25 metros), Santa Fe (6,26 metros), San Lorenzo (5,72) y Rosario (5,20 metros).

En una entrevista con radio Universidad, de Santa Fe, Corral estimó: “Vamos a tener varios días con lluvias suaves. Luego, de llegar al pico, el Salado va a bajar en algunos días, si no hay lluvias muy extensas”. En tanto, dijo que hay que esperar que “el Paraná comience a bajar lentamente”.

Y detalló que aprovechará “esta emergencia para convencer a algunas familias que viven en el valle del Salado que lo mejor es ubicarse en algunos terrenos que ya tenemos identificados”.

Según el último reporte del municipio, se mantiene en torno a los 558 el número de evacuados por la crecida del Paraná en el ámbito de la capital de la provincia, en su mayoría pertenecientes a la zona de la costa, con 208 personas en refugios ubicados en Vuelta del Paraguayo; 105 en El Bañado; y 94 en casillas construidas frente al riacho Santa Fe, en adyacencias a la ruta nacional 168.

Rutas cortadas

Las rutas y accesos a las regiones sur, centro y norte de la provincia de Santa Fe permanecían con calzadas húmedas, resbaladizas y con banquinas inestables por la presencia de lluvias y lloviznas de variada intensidad, mientras que algunas continúan totalmente cortadas.

En la ruta provincial 6 continuaba el corte total de circulación entre las intersecciones con las rutas provinciales 70 y 4 por agua en la calzada en inmediaciones al río Salado.

También, por los mismos motivos, había un corte total en la ruta provincial 1 a la altura de Colonia Teresa, en el kilómetro 181. Allí, los desvíos se implementaban hacia la ruta 11 en sentido sur-norte mediante la ruta 39, altura de San Javier, y en sentido contrario en la intersección de la ruta 1 y la ruta 41.

En tanto, en la ruta nacional 8 se solicitó extremar la precaución en el kilómetro 409 por agua sobre la calzada, mientras que en la ruta nacional 34 hay camiones detenidos en las banquinas en los kilómetros 132, 138.5 y 140, por lo que la Asociación sugiere reducir la velocidad en estos puntos.

Entre Ríos sigue con más de 12 mil afectados

En la provincia de Entre Ríos, donde más de 12.000 personas resultaron afectadas por las inundaciones, las copiosas lluvias bajaron su intensidad y muchos de los evacuados pudieron regresar a sus hogares. A pesar de todo, la situación seguía siendo complicada en algunas localidades y alcanzaba a 1.000 el número de evacuados.

En la localidad entrerriana de La Paz, el arroyo Cabayú volvió a su cauce normal, pero 500 personas continuaban afectadas, “unas 300 evacuados, más otros 200 autoevacuados”, según informó el intendente Bruno Sarubi.

Delicada seguía la situación en las localidades entrerrianas de Santa Elena y San Gustavo, ambas en el departamento La Paz, que ayer permanecían aisladas y a la espera de que se restablezca la circulación de los accesos para evitar el desabastecimiento.

“Estamos a las expectativas de que mejore la ruta porque la situación sobre el casco urbano ya fue normalizada y hay menos vecinos afectados”, indicó el intendente de Santa Elena, Silvio Moreyra.

En la provincia de Corrientes, más de 5.000 personas fueron evacuadas y asistidas por el Estado nacional, donde la situación más crítica continuaba siendo en la localidad de Esquina.

“Hubo alivio y mermaron los evacuados en las localidades de Monte Caseros y Sauce, pero el número de damnificados alcanza los 5.000”, precisó Orlando Bertoni, jefe de Operaciones de Defensa Civil.

Más de 5.200 personas continuaban afectadas por el desborde de las aguas de los ríos Paraná y Paraguay, además de las intensas lluvias, en la provincia del Chaco.

En la localidad chaqueña Isla del Cerrito, 1.900 personas permanecían aisladas, afectadas por la crecida del Paraná.

En la provincia de Formosa, cerca de 5.000 personas continuaba evacuadas por las inundaciones, donde el río Paraguay se mantenía estable en su altura, con registros de 8,33 metros en la ribera formoseña.

Pueblo cordobés “se hunde”

El intendente de la localidad cordobesa de Pozo del Molle, Carlos Salvático, aseguró ayer que su pueblo sufre un “hundimiento paulatino” del terreno por canales clandestinos que abrieron productores agropecuarios para desagotar campos inundados.  El jefe municipal afirmó que las defensas que se levantaron el viernes pasado en los ingresos al pueblo se derrumbaron, lo que agravó el estado de calles y edificios, por lo que las clases fueron suspendidas por tiempo indeterminado.

“La situación es desesperante”, remarcó. Y explicó: “Estamos literalmente asistiendo con una impotencia total al hundimiento paulatino de nuestro pueblo” de 5.680 habitantes y a unos 171 kilómetros de la capital cordobesa.

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