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Santa Evita: Misa de cura villero desató la ira de otros sacerdotes

El día del cumpleaños de Eva Duarte de Perón, la invocó junto a la Virgen de los Milagros de Caacupé. El video se viralizó y otro sacerdote redactó una carta abierta. “Supone una politización de la fe católica grave y significa un explícito rechazo de María como jefa espiritual de los católicos".


Si Evita viviera, hace dos días hubiera soplado 101 velitas en cuarentena y tal vez no habría desatado una polémica en el seno de la iglesia católica. Este miércoles 7 de mayo, un sacerdote celebró una misa en la Villa 21-24, en el barrio porteño de Barracas, con un barbijo puesto para prevenir el coronavirus y un altar dedicado a Santa Evita, a quien también mencionó en sus oraciones junto a la Virgen de los Milagros de Caacupé. En muy poco tiempo el video se hizo viral, al igual que la respuesta de otro cura, que consideró que lo ocurrido “supone una politización de la fe católica grave y significa un explícito rechazo de María como jefa espiritual de los católicos”.

En el video que rápidamente se multiplicó en las redes sociales, se ve al sacerdote Lorenzo de Vedia, párroco de la Iglesia de Caacupé de la Villa 21-24, oficiando una misa con el rostro cubierto con un barbijo, al igual que los fieles que lo rodean. La celebración fue el miércoles 7 de mayo, el mismo día que María Eva Duarte de Perón –nacida en Los Toldos en 1919– hubiera cumplido 101 años.

Por eso, el altar preparado para la misma, contaba con un elemento más: una imagen de Evita con el rostro iluminado con una aureola y la leyenda “Eva Santa del Pueblo”.

El cura villero Lorenzo de Vedia –que en 2018 fue distinguido como ciudadano ilustre de la ciudad de Buenos Aires por su militancia social– hizo un Ave María y dio paso después al pedido de intercesión de la Virgen María, bajo la Advocación de la Virgen de los Milagros de Caacupé, y de “Santa Evita, Jefa Espiritual de la Nación y del Pueblo Argentino”. En el video se ve a los feligreses que, lejos de entenderlo como una contradicción o una ofensa, responden: “Ruega por nosotros”.

Pero el alcance que tuvo el video generó respuestas de personas que no estuvieron presentes en el lugar, como la del sacerdote Leandro Bonnin -ferviente militante de la familia tradicional y detractor de lo que él llama “ideología de género”- quien, a través de un escrito que también puso a circular en redes, consideró que lo ocurrido en la misa de Barracas “supone una politización de la fe católica grave y significa un explícito rechazo de María como jefa espiritual de los católicos”.

La carta

“Evita no es una santa de la Iglesia católica, no puede ser venerada como tal e invocada como tal, y mucho menos por un sacerdote en un contexto litúrgico o celebrativo”, comienza su escrito el párroco.

“Evita no puede ser invocada por un sacerdote en un contexto celebrativo como jefa espiritual de la Nación y el Pueblo Argentino. Eso es completamente infundado, supone una politización de la fe católica grave, y significa un explícito rechazo de María como jefa espiritual de los católicos, si así lo quieren decir”.

“Si quienes militan en el justicialismo la consideran –desde el punto de vista político– un referente importante y un ícono valioso, están en todo su derecho. Pero un sacerdote debe cuidar el sagrado depósito de la fe, no adulterándolo de ninguna manera, porque no somos dueños, sino administradores”.

Santa Evita

El año pasado se conmemoró un siglo del nacimiento de Evita, y la Confederación General del Trabajo (CGT) envió una carta al Cardenal Mario Poli, para solicitarle que se inicie el proceso para convertir a Evita en santa. “Su figura y obra han alcanzado el justo valor trascendente que poseen para nuestro pueblo y para todos los pueblos del mundo con sed de Justicia”, argumentaron en un comunicado desde la central obrera, que ya le había adelantado la iniciativa al papa Francisco.

La CGT quiere que Evita sea Santa: el pedido fue elevado al papa Francisco

 

 

 

 

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