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mala leche

Sancor: trabajadores fueron al paro y el conflicto se extiende

El gremio Atilra cumplió una huelga en todas las firmas lácteas del país con alto acatamiento en rechazo la flexibilización laboral.


La Asociación de Trabajadores de la Industria Lechera (Atilra) cumplió este jueves una jornada de paro general por 24 horas en todas las empresas lácteas del país en reclamo de la inmediata reactivación de Sancor y la preservación de las fuentes de trabajo de sus 4 mil empleados, con lo que ratificó, así, la negativa a un intento de flexibilización laboral en el sector y particularmente a la reducción del aporte que las firmas lácteas hacen para la obra social de los trabajadores de la leche (Ospil). La huelga se sintió con contundencia en las plantas de todo el país, y la medida de fuerza concentró la solidaridad de buena parte del arco gremial, pero no hubo pronunciamiento desde la cúpula de la CGT.

En las plantas sólo se dejaba entrar camiones con carga pero el procesamiento era nulo, por lo que podía colapsar la capacidad de almacenamiento y derramarse materia prima.

Antes de conocerse la medida de fuerza del sindicato, la Asociación de Pequeñas y Medianas Empresas Lácteas (Apymel) solicitó, a través de un comunicado, la baja del aporte extraordinario del bono que pagan al gremio las empresas, que representa el punto de conflicto y por el que están empantanadas las negociaciones con el gobierno para que se efectivice el salvataje económico de la cooperativa, un crédito de 450 millones de pesos del programa Fondear.

En ese marco el gremio ratificó la razón de la medida de fuerza: “En salvaguarda de nuestras condiciones de trabajo y de nuestro salario. La dignidad no tiene precio, nuestras familias no tienen precio, nuestros hijos no tienen precio”, marcó el secretariado nacional de Atilra.

Por su parte, el gobernador Miguel Lifschitz comparó a la cooperativa Sancor con la atención médica a un paciente en riesgo de vida. “Uno entiende todos los argumentos, del gobierno, de la empresa, del gremio, todos tienen explicaciones para dar, pero lo que nos preocupa a nosotros es que tenemos un paciente en terapia intensiva y podemos discutir mucho sobre los diagnósticos y sobre los tratamientos de largo plazo, pero el problema es que si no le damos una transfusión de sangre en forma inmediata corre riesgo la vida del paciente”, sostuvo.

Lifschitz se refirió a Sancor en el acto de inauguración de un centro de distribución de la Empresa Provincial de la Energía (EPE), donde contó que trató la cuestión con el presidente Mauricio Macri, quien según su visión “está muy involucrado en el tema”.

“Hay una mesa de diálogo tripartita donde están el gremio, la empresa y el gobierno y se está discutiendo el tema”, reiteró Lifschitz.

Y agregó: “Lo que vemos con preocupación es lo que yo le transmití al presidente: la dilación de estas conversaciones, donde todos tienen sus argumentos válidos pero donde la solución, por lo menos de la coyuntura, se va dilatando y esto pone en serio riesgo el futuro de la cooperativa”.

Visita compleja

El conflicto pareció agravarse después de la visita que Macri hizo a Santa Fe este miércoles. Allí pidió que prime la “racionalidad y el diálogo” en el conflicto y dijo que la empresa está en una situación de “quebranto absoluto”, y destacó la importancia de que “los puestos de trabajo puedan tener continuidad”, lo cual “requiere que se reviertan muchos errores cometidos en los últimos 10 años”.

Con ese preámbulo cargó directamente contra el convenio colectivo en el sector, al que consideró parte de la “mala política láctea” durante la última década. “Cuando los precios en el mundo eran los mejores en la historia, acá se prohibió le exportación e impidió que se fortaleciera la industria láctea; un enorme desmanejo interno en su conducción con serios problemas de gestión; y un pésimo convenio laboral, inviable”, cuestionó el jefe del Estado.

Los trabajadores de Sancor ya aceptaron en asamblea diferir el 15% de su salario para 2018, como forma de aportar al salvataje de la empresa. Pero Atilra no aceptó desactivar la paritaria 2017 –exigencia no confirmada que apareció en medio del conflicto– y resignar el bono que paga toda la industria lechera, con lo cual la ayuda a Sancor pasó a tener el precio de flexibilizar condiciones a todos los trabajadores de todas las plantas lecheras del país.

En tanto, el ministro de Producción de la Nación, Francisco Cabrera, aseguró ayer que Sancor “tiene que ser competitiva” y que desde el gobierno trabajan sobre el tema para encontrar una solución a la difícil situación de la cooperativa.

“Siempre apoyamos a Sancor y seguimos apoyándolos”, afirmó Cabrera antes de entrar a participar de una jornada sobre competitividad agroindustrial, organizada por la Sociedad Rural.

La cooperativa láctea tiene 78 años de trayectoria en el país e integra una cadena de valor que comprende a 1.000 productores asociados, 4.000 empleados, 1.500 proveedores de insumos, bienes y servicios; 16 plantas industriales, 18 sucursales de venta, 300 transportistas, 200 distribuidores exclusivos y más de 80.000 comercios minoristas.

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