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San Valentín: los moteles se preparan para un día a full

Por Santiago Baraldi. “Vamos a trabajar como en un fin de semana”, aseguraron desde la Cámara de Alojamientos y Afines.

“Para nosotros el Día de los Enamorados es muy bueno, la gente lo celebra bien, con buena onda; lo notamos cuando se limpian las habitaciones y se encuentran papeles de regalos o porque se incrementa la venta de champán para el brindis; la verdad que San Valentín es un día del calendario que valoramos mucho”. La que habla es la presidenta de la Cámara de Alojamientos y Afines del Litoral, Lucy Eschel, quien aporta otra mirada sobre los beneficios económicos en la actividad comercial que genera el importado Día de San Valentín, en este caso en el rubro de los hoteles alojamiento. Con precios que oscilan entre los 150 y los 390 pesos, los dueños de los moteles de la ciudad admiten que “mañana (por hoy) se trabaja como un fin de semana; además, desde muy temprano van llegando las parejas”.

En tanto, el presidente de la Cámara de Hoteles y Gastronomía, Carlos Melliano, destacó que “la gastronomía y el Día de San Valentín son conjunciones perfectas: en los hoteles hay entre un 30 y 40 por ciento más de reservas y en los corredores de avenida Pellegrini y Pichincha los restoranes trabajan a full”.

Para el titular del motel Las Brujas, Ángel Agnoni, el panorama para el día de hoy es más que alentador: “Si vienen todos los que llamaron para preguntar, vamos a tener ocupado hasta el sábado”, sintetizó con ironía y, por qué no, cierta esperanza. Los problemas de inseguridad, incrementados en los últimos años, hicieron que los lugares oscuros y apartados o frente a la barranca del río, bautizados como “villa cariño”, dieran valor a los hoteles por hora.

Eschel, dueña del motel Maracaibo, explica: “Para nuestro rubro hay tres premisas fundamentales: higiene, seguridad y reserva”, y a la hora de trazar un perfil de los clientes, la presidenta de la Cámara aseguró que “hay de todo; durante la semana, más tranquilo, bien de clase media; y los fines de semana se ve mucha juventud que incluso comparten los gastos”.

Cuando el padre de Lucy, Juan Carlos Eschel, inauguró hace 45 años Maracaibo, en la ciudad de  San Lorenzo, se convertía en pionero del rubro inspirado en revistas de arquitectura de los Estados Unidos. “Después fueron abriendo un montón. Hace 30 años se trabajaba mejor, porque hoy tenemos muchos gastos de mantenimiento, gastos fijos muy elevados: personal, cuota diferenciada en ingresos brutos, donde pagamos 15 por ciento cuando el resto paga el 3,5 por ciento. Hoy por hoy no es un negocio rentable porque hay mucha inversión. No se pueden aumentar las tarifas porque el poder adquisitivo de la gente está peor y con eso tratamos de subsistir. Si bien en Rosario hay un sector social con buen poder adquisitivo, en los alrededores, en lugares más chicos, cuesta más pelearla”, explica Lucy, quien asegura que hay que estar en todos los detalles. “Es un negocio que lo hacemos con muy buena onda y alegría. Cuando se trabaja en algo que está atravesado por el amor es muy grato. No es lo mismo tener un geriátrico que tener un motel… trabajamos con la parte más linda de las personas que es el amor”, sintetizó quien está al frente de la Cámara del sector desde hace ocho años e integra además la Asociación Empresaria y la Federación Argentina de Hoteles por Horas de Buenos Aires.

Los moteles y el turismo

El boom turístico de Rosario hizo que hoteles de la zona de la estación Terminal de Ómnibus, que cobraban por hora y “hacían competencia desleal”, ahora volvieran a ocuparse con turistas. “Por el tipo de rubro, a diferencia de los hoteles, nosotros somos hoteles por hora; el hotel no puede fraccionar y, además, no pedimos documentos, por eso pagamos más de ingresos brutos”, señaló Eschel.

Desde el motel Las Brujas aseguran: “Por el tipo de trabajo que tenemos no hacemos reserva sino que es por orden llegada; además ofrecemos distintas habitaciones, que oscilan entre 150 y 390 pesos, y en el medio hay otros precios. Los clientes piden siempre la más cara porque son tipo departamentos que no existen en plaza”. En el mismo sentido, Agnoni, titular de Las Brujas, sostuvo que, “sin dudas”, fechas como San Valentín “se trabajan al cien por cien, como si fuera un fin de semana”.

Bares y restaurantes

En tanto, desde el sector gastronómico, Calos Melliano aseguró que las reservas que se realizaron para San Valentín “es un valor agregado para el mes de febrero porque aumenta la demanda”. Y añadió: “La gastronomía y el Día de los Enamorados son conjunciones perfectas y el número de reservas es excelente, diría que aumenta de un 30 a un 40 por ciento”.

Los clientes aprovechan las promociones y “hay varias ofertas, no sólo de los restaurantes sino de hoteles que, junto con la gastronomía, ofrecen pasar la noche”, señaló Melliano.

En los últimos años, los rosarinos han incorporado al calendario una fecha más para celebrar. Si bien no hay estadísticas concretas, en ambos rubros coinciden en que cada año “va en aumento” la actividad para este día. “Cada vez son más los que deciden celebrar el amor, igual por ahí es una cosa que se decide sobre el momento; no es como el Día del Amigo, que se organiza con más antelación”, concluyó el presidente de la Cámara de Hoteles y Gastronomía de Rosario.

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