Economía

Constante deterioro

Salarios y jubilaciones ya bajaron al mismo nivel de 2001

Los ingresos populares medidos en dólares se desplomaron a la mitad con respecto al punto de inicio del mandato de Macri. A pesar del exiguo “costo laboral”, la economía profundiza la recesión. Se estima un índice de pobreza por encima del 40%


Los niveles de salario mínimo vital y móvil y de jubilaciones mínimas en Argentina, se desplomaron a niveles del año 2001 durante estos últimos días de acuerdo a un informe del Centro de Economía Política Argentina (Cepa). El primero de los dos índices se derrumbó a la mitad en menos de cuatro años de gestión Cambiemos. El deterioro de indicadores testigo de la economía, echan por tierra la teoría que habla del “costo laboral” como una variable de ajuste para atraer inversiones.

Tanto el uso de la capacidad instalada como las ventas minoristas, muestran una radiografía del estado del consumo interno. El promedio de este año indica que 2 de cada 3 máquinas están paralizadas en las fábricas argentinas. En paralelo, las ventas minoristas sufrieron una caída del 18,6% interanual.

Parte de estos últimos datos corresponden a una fotografía tomada previo a la devaluación que erosionó aún más los ingresos luego de las Paso del 11 de agosto. Teniendo en cuenta que la inflación aún no encontró su techo, y que la recomposición de ingresos corre desde atrás, se estima que el índice de pobreza para fines del mandato de Macri se ubicará cómodamente por encima del 40%.

El salario mínimo

Históricamente, un sector del empresariado hizo público su pedido de reducir el famoso “costo laboral” en dólares con el argumento de atraer a las inversiones extranjeras. Incluso son quienes se refieren a la mano de obra como factor determinante en el costo productivo. Lejos de ratificar esa hipótesis, los datos de los últimos años evidencian el notable deterioro de los ingresos y en paralelo la caída estrepitosa de variables económicas en la producción.

Al comparar el salario mínimo vital y móvil de 2001 con el actual, es necesario hacer un proceso de deflactación. Es decir, transformar lo expresado en términos nominales de aquel entonces a valores reales actuales. Esto implica corregir el número, equiparar los valores eliminando efectos producidos por la inflación al cabo de los últimos años.

Teniendo en cuenta esa metodología, la foto comparativa final es tan preocupante como la película que secuencia la contundente caída. El Centro de Economía Política Argentina (Cepa) estima que a la actualidad, el valor real del salario mínimo vital y móvil de 2001, equivale a 307 dólares. Tras la fuerte devaluación pos Paso, con un tipo de cambio a 58, el salario actual equivale a 279 dólares. Es decir que se ubica incluso por debajo de aquel número.

La película proyecta un crecimiento constante a partir del desplome en 2002. Ese año estuvo marcado por la devaluación producto de la salida de la convertibilidad. La conversión pasó del famoso 1 a 1, al salto de 1 dólar igual a 3 pesos. Ante este escenario el salario mínimo cayó a niveles históricos ubicándose en 96 dólares.

A partir de allí el valor de referencia de ingresos escaló de manera constante con el impulso de aumentos por decreto y con la institucionalización de paritarias a partir del año 2004. Por medio de estos mecanismos, el mínimo llegó a los 403 dólares en 2008 y a partir de allí lograría una curva de crecimiento constante.

Durante el año 2015, el salario mínimo alcanzó el equivalente en pesos a 578 dólares y de esa manera se ubicó cómodamente como el mejor salario de la región. Pero en 2016, el primer proceso devaluatorio de la gestión Cambiemos marcó el comienzo del desplome para el ingreso referencia de los argentinos.

Luego de una fuerte devaluación que llevó el dólar hasta los 40 pesos, en 2018, el salario mínimo se derrumbó a 379 dólares. Pero allí no encontraría su piso ya que ese valor sufriría luego el impacto de la abrupta escalada de la divisa norteamericana tras las Paso de agosto, y el deterioro de la moneda local empujaría el salario mínimo de septiembre a 279 dólares.

Jubilaciones

El ingreso mínimo para adultos mayores ha sido una de las variables de ajuste más recurrente durante los últimos años. En la comparación entre 2001 y 2019, los valores reales en dólares también resultan similares. Al aplicar la misma metodología que para los salarios mínimos, los 230 dólares que representan la jubilación mínima actual, equivalen a la del año 2001.

En 2002, el ingreso para jubilados cayó al mínimo histórico de 72 dólares. Con la recuperación económica, en el año 2008 llegó a 259 y ya en 2015 escaló a los 441 dólares.

Ya en 2017, la curva descendente llevaría el ingreso a 399 dólares, en un año marcado por la modificación en la fórmula. La movilidad quedó sujeta en un 70% al índice de precios y en un 30% al salario.

Para 2018, luego de la reforma aprobada en el Senado, las jubilaciones cayeron estrepitosamente a 303 dólares. Aunque ese no sería el piso, ya que con valores actualizados a septiembre, el ingreso se ubicó en 231 dólares.

Sin derrame

En diálogo con El Ciudadano, la economista del Cepa, Julia Strada, explicó: “Se habla por lo general del costo laboral pero a pesar de que se redujo a la mitad, aún hay empresas que se van, con lo cual, esa no era la variable que determinaba decisiones empresariales”.

A pesar de la pulverización de los salarios, las inversiones no llegaron y de hecho se intensificó el nivel de cierres (7.500 Pymes menos en 2019 según Indec) y hasta asistimos a la huida de capitales extranjeros que operaban en Argentina. El costo laboral en dólares no significó una variable determinante para invertir.

Otro dato testigo sobre la realidad que atraviesa el entramado interno, tiene que ver con el nivel del uso de la capacidad instalada. Este índice marca el nivel de utilización de los recursos disponibles por las empresas, como lo es su maquinaria.

El promedio actual se ubica en 59,1%, e indica el menor nivel de uso de capacidad instalada desde el año 2002. Es decir que hay casi un 41% de la industria que se encuentra paralizada actualmente.

El nivel más bajo en ese indicador lo padece el sector automotriz. Un 34% de su producción está en desuso, es decir que cada tres líneas productivas, hay dos que no se utilizan. En ese sentido, Strada sostuvo: “Evidentemente el funcionamiento del mercado interno termina siendo una variable mucho más importante que el llamado costo laboral”.

Ventas minoristas

Este indicador que informa sobre las ventas en comercios y pymes, arrojó una caída interanual de 18,6% en agosto de 2019. Si vemos la serie desde el 2003 hasta 2015, notamos una primera etapa con indicadores positivos hasta 2008, y luego un período con altibajos, con un piso máximo de caída en 7%, hasta el final del mandato de Cristina Kirchner que finalizó con una mejora del 2,1% en ventas minoristas.

En su primer año, Cambiemos logró una caída del 7% que la redujo a 1%, todavía en términos negativos para 2017 en lo que fue su mejor año de gestión. Los últimos dos años, marcados por el inicio de la recesión y fuertes devaluaciones, los indicadores fueron de mal en peor. 2018 marcó una caída del 6,9% que se profundizó a deptiembre de 2019, donde el derrumbe interanual, por ahora, llegó al 18,6%.

Impacto en la pobreza

El economista y especialista en mercado de trabajo, Martín Trombetta, dialogó con El Ciudadano y se refirió al impacto que puede generar el desplome de variables clave sobre el futuro índice de pobreza. En base a diversos factores económicos que inciden de manera negativa sobre el nivel de ingresos mínimos, aseguró que el índice de pobreza se ubicará por encima del 40% para 2020.

En primer lugar, consideró: “Nadie duda que en este contexto la pobreza está aumentando, y más si tenemos en cuenta que el último dato que tenemos corresponde a momentos previo a las Paso y a los cimbronazos financieros”.

El dato de la Encuesta Permanente de Hogares (EPH) previo a las Paso, que difundió el Indec para el primer trimestre 2019, estimó un 34,1% de la población sumida en la pobreza. En tanto, para el segundo trimestre, dato que aún no se ha publicado, se estima que el porcentaje se ubicará entre 36% y 37%, teniendo en cuenta evolución del mercado de trabajo, poder adquisitivo de salarios, jubilaciones y asignaciones sociales.

Trombetta remarcó la injerencia que tendrá el índice inflacionario, que desde el gobierno creen será de 59% anual, mientras que desde consultoras la ubican en 65%.

“Una inflación que se acelera, con una economía real que no va a tener una caída menor a 4 puntos con respecto al año pasado, sumado a un contexto de incertidumbre política y económica, provocan que los ingresos reales se hagan polvo y todo eso implica un aumento de la pobreza”, señaló.

Aunque fue cauto a la hora de predecir sobre los números de pobreza en el futuro inmediato, y más ante un contexto económico que no encuentra su estabilidad, reconoció que el 34,1% que arrojó el Indec en su última medición oficial para el primer trimestre de 2019, es una foto en sepia.

Detalló además que el impacto del bajo nivel de salario mínimo, incide no sólo sobre los ingresos que perciben los trabajadores asalariados, sino también sobre AUH o jubilaciones. “Hay que ver cómo se van a ajustar esas transferencias, porque para ambas hay una demora en la actualización, ya que se ajustan por la inflación del semestre anterior”, añadió el economista.

Este escenario implica un problema para que los ingresos no laborales se mantengan a la par de la evolución de los precios. Incluso los ingresos de quienes perciben un salario, hace tiempo corren desde atrás a los precios.

Según el especialista en mercado laboral, esto lleva a “una importante caída en ingresos reales en ambos casos, con lo cual estamos hablando de un fuerte incremento de la pobreza que invita a pensar en índices por encima del 40% para 2020”.

Por último consideró que superar ese porcentaje es altamente probable, y que el número “tendría cierto valor simbólico, ya que son niveles de pobreza que no se veían en Argentina hace más de diez años”.

Comentarios