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Vientos de guerra

Rusia multiplica sus bombardeos al inicio de gran ofensiva en el este de Ucrania

Intensificó el ataque en la zona industrial del este de Ucrania conocida como Donbass en una esperada ofensiva que ambas partes describen como una nueva fase de la guerra, a dos meses de su inicio


Rusia intensificó este martes drásticamente sus bombardeos en la zona industrial del este de Ucrania conocida como Donbass, donde atacó ciudades y pueblos como parte de una largamente esperada ofensiva que ambas partes describen como una nueva fase de la guerra, a dos meses de su inicio.

A fines de marzo, Rusia anunció el fin de la primera etapa de su invasión y retiró sus tropas de la norteña región de Kiev para abocarlas a lo que calificó de “liberación” del Donbass, donde separatistas rusoparlantes controlan extensos territorios y combaten al Ejército ucraniano desde 2014.

La captura de la región, que limita con el oeste ruso, asestaría un golpe casi imposible de revertir para Ucrania al cabo de siete semanas de una guerra que le ha provocado extensísima destrucción y multimillonarias pérdidas, y sería un gran éxito para el Gobierno del presidente Vladimir Putin.

Luego de días de advertir que la ofensiva era inminente, el presidente ucraniano, Voldimir Zelenski, la dio este lunes finalmente por iniciada luego de que autoridades regionales reportaran un súbito aumento de los bombardeos e “incesantes combates” en varias localidades, grandes y pequeñas.

El Estado Mayor Conjunto ucraniano dijo que las fuerzas rusas a la ofensiva en el Donbass habían intentado, sin éxito, romper las defensas a lo largo de un frente de combates de unos 480 kilómetros, que se extiende, con forma de medialuna, desde el noreste hasta el sureste del país.

El canciller ruso, Serguei Lavrov, confirmó este martes el comienzo de una “nueva fase” de la guerra general, que comenzó el 24 de febrero con una invasión terrestre desde tres puntos: Bielorrusia, al norte de Ucrania; Rusia, al oeste; y Crimea, la sureña península ucraniana anexionada por Moscú en 2014.

“Estoy convencido de que será un momento muy importante para esta operación especial”, declaró Lavrov.

El secretario general de la ONU, António Guterres, denunció una “concentración intensa de fuerzas y fuego” que hace esta batalla inevitablemente más violenta, sangrienta y destructiva” y pidió una “pausa humanitaria” de cuatro días con ocasión de la Pascua ortodoxa.

El vocero del Ministerio de Defensa ruso, general Igor Konashenkov, dijo que el ejército había neutralizado 13 posiciones ucranianas en el Donbbas, incluyendo la ciudad clave de Sloviansk, y bombardeado otros “60 objetivos militares”, algunos en la línea del frente oriental de Ucrania.

Más de 14.000 personas murieron en esa región, donde la mayoría de la población habla ruso, en el conflicto de ocho años entre el Ejército ucraniano y los separatistas, que se alzaron en armas en rechazo a la destitución de un Gobierno afín a Rusia por una ola de protestas populares en Kiev.

Putin dijo varias veces que uno de los fines de la ofensiva en Ucrania es proteger a la población del Donbass del “genocidio” que, según él, cometieron las nuevas autoridades prooccidentales de Kiev, a las que tilda de “neonazis”, en las dos provincias que forman el Donbass: Lugansk y Donetsk.

En conferencia de prensa en Moscú, el general Konashenkov dijo también que la artillería rusa alcanzó 1.260 instalaciones militares ucranianas y 1.214 concentraciones de tropas en las últimas 24 horas.

El vocero agregó que las fuerzas rusas dispararon misiles contra objetivos militares en los alrededores de varias ciudades, incluida la nororiental Jarkov, al noroeste de la provincia de Lugansk, así como Zaporiyia y Dnipro, al oeste de Donetsk.

Autoridades de Jarkov dijeron que los ataques de este martes dejaron tres muertos y 16 heridos, informó la agencia de noticias AFP.

Este lunes, Zelesnki prometió resistir al nuevo asalto ruso.

“No importa cuántos soldados rusos se traigan hasta aquí, lucharemos. Nos defenderemos”, dijo.

Clave para el éxito de la campaña en el Donbass es la captura de Mariupol, una estratégica ciudad ubicada en el sur de la región que Rusia parece a punto de terminar de conquistar.

Aunque completamente devastada por siete semanas de asedio, bombardeos y enfrentamientos callejeros, Mariupol está controlada casi por completo por el Ejército ruso, y los últimos combatientes que la defienden, estimados en unos pocos miles, están rodeados en una enorme planta de producción de acero.

Los combatientes, entre los que según Rusia hay tropas ucranianas y mercenarios europeos, ignoraron hace dos días un ultimátum del Ejército ruso para rendirse y preservar sus vidas.

El Ministerio de Defensa ruso emitió este martes un nuevo ultimátum a los atrincherados en la planta de Azovstal, diciendo que había ordenado un algo el fuego en la zona para permitirles salir y “conservar sus vidas”.

Los soldados ruso que operan en Mariupol llegaron a la ciudad por el suroeste desde Crimea.

Si lograran tomar Mariupol, podrían avanzar desde allí hacia el noreste, hacia la retaguardia de las fuerzas ucranianas en el Donbass, que quedarían encerradas entre ellas, por el oeste, otras tropas rusas que avanzan por el norte, desde Jarkov, y soldados y separatistas prorrusos ubicados más al este.

En paralelo, el Gobierno ucraniano informó este martes que 76 ucranianos fueron liberados en un nuevo canje de prisioneros con Rusia, sin precisar cuántas personas fueron entregadas a las autoridades rusas.

Se trataría del quinto intercambio de este tipo desde el inicio de la invasión.

Este lunes, Zelenski dijo que esperaba obtener “en unas semanas” el estatuto de candidato a incorporarse a la Unión Europea (UE), algo que es motivo de irritación para Rusia desde hace años.

Sin embargo, Zelenski se ha ofrecido a abandonar cualquier intención de Ucrania de adherirse a la OTAN, una de las exigencias centrales de Rusia para poner fin a su ofensiva.

Las embajadas italiana y francesa regresaron a Kiev estos últimos días, tras haber sido deslocalizadas.

España hará lo mismo “en breve” y el presidente del gobierno, Pedro Sánchez, viajará “en los próximos días” a Kiev, informó su vocera.

La ONU dijo la semana pasada que ya pudo documentar la muerte de casi 2.000 civiles en Ucrania por la invasión rusa, aunque aclaró que la cifra real seguramente es mucho mayor. Autoridades de Mariupol dicen que solo allí murieron más de 21.000.

Casi 5 millones de personas huyeron de Ucrania por la guerra, según la ONU.

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