Con el tanto que abrió el partido en Formosa ante Belgrano, Marco Ruben llegó a 67 gritos con la camiseta de Rosario Central, subiendo un escalón en la tabla de goleadores históricos del Canalla alcanzando a Benjamín Santos, pasando a Aldo Pedro Poy y quedando a dos goles de Rubén Bravo.
Sin dudas que la vuelta a Arroyito a principios de 2015 significó muchísimo para el goleador nacido en Fray Luis Beltrán. En el primer ciclo anotó 23 goles y en estos dos últimos años fueron 44 los tantos convertidos por el capitán auriazul.
Ruben no venía teniendo un buen partido ante el Pirata porque fue bien controlado por Lema y Aveldaño, los duros centrales del equipo cordobés. Pero en la primera ocasión que tuvo infló la red rival. El delantero estuvo atento y concentrado al capturar el centro que envió Teo Gutiérrez cuando toda la defensa de Belgrano, el arquero Olave incluido, calculó que el colombiano no llegaba y que la acción tenía destino de saque de arco.
Esa es una de las principales virtudes de Ruben a la hora de jugar: estar en el momento justo. El atacante auriazul esperó su ocasión y no la desperdició. Y de yapa sirvió para que su equipo gane tranquilidad frente a un rival que se había abroquelado atrás.
Contar con Ruben en ofensiva es una ventaja enorme para el equipo que dirige Eduardo Coudet. Quizás no tenga su mejor partido, pero difícilmente desperdicie las ocasiones que se le presentan. Eso ocurrió en Formosa y gracias a eso Central comenzó a edificar la victoria que le permitió meterse en la final de la Copa Argentina por tercera vez consecutiva.
Al atacante canalla le quedan aún dos años más de contrato con la institución de Arroyito y si bien se encuentra a 31 goles de Waldino Aguirre, el máximo goleador en la historia auriazul, no es descabellado pensar que si mantiene el poder de gol el actual capitán pueda darse el lujo de quedarse con el primer puesto. Y no será nada extraño que en algún momento un hincha de Central realice una bandera con la cantidad a superar para empezar a tachar los tantos del goleador.
Comentarios