Rondando la medianoche la calma que reinaba entre el público se interrumpió de repente, las luces se apagaron y el escenario comenzó a estallar, a largar pirotecnia al tiempo que en una especie de contraluz comenzó a verse la silueta de DJ Ashba, uno de los tres guitarristas que forman parte de los nuevos Guns, uno de los tres eximios músicos que vienen a ocupar el lugar del que supo disponer con gran éxito y mística el gran Slash. Los acordes de “Chinese Democracy”, el tema que da nombre al disco que editado en 2007 es la excusa de esta gira sudamericana, dieron la voz de inicio de un show en el que quedó claro que, con las inevitables consecuencias del paso del tiempo y las insoslayables ausencias, el fuego de los Guns sigue ardiendo.
Y la velada se plantó a puro rock y sonaron sin pausa “Welcome to the jungle”, el gran éxito de Appetite for destruction, “It’s so easy” y “Sorry”. Tras un tímido “gracias” que escupió Axl en un castellano bastante poco entendible tuvo lugar la presentación de Richard, otro de los guitarristas del grupo. El recital contó con una característica muy especial, el protagonismo indiscutido de Rose fue dando paso a la valoración de los músicos que lo acompañaban a través de la presentación de cada uno de ellos y de la interpretación en soledad de un pequeño set en el que no sólo se ponían en primer plano para ser reconocidos por el público sino que también demostraban que estaban a la altura de las circunstancias.
Más información en la edición de papel de mañana.
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