Alrededor de las 18, aproximadamente 10 mil personas se congregaron bajo una persistente garúa en la plaza San Martín para marchar hasta los Tribunales provinciales, previa escala en los Tribunales federales, en el marco de las convocatorias #NiUnaMenos #VivasNosQueremos #NosotrasParamos, que incluyeron un paro nacional de mujeres, que se llevó a cabo de diferentes modalidades en todo el país.
El “Miércoles negro” fue impulsado en medio de una alarmante ola de femicidios, en la que fueron asesinadas 19 mujeres desde comienzos de octubre y cuyo caso más notorio fue el crimen de Lucía Perez, en Mar del Plata, violada y asesinada de forma brutal.
Con sus concurrentes en su mayoría vestidos de negro, en señal de luto y protesta, color que contrastaba con los colores de banderas de agrupaciones políticas y los coloridos paraguas, la marcha avanzó lentamente, en medio de lo que parecía un prolijo operativo de tránsito, desde calle Santa Fe, para desembocar en Oroño, donde se extendía varias cuadras al grito de “Vivas nos queremos”. Murgas y raps antipatriarcales y espontáneos le ponían color y creatividad a la marcha, que paró en la puerta de los Tribunales federales, ubicados en bulevar Oroño al 900 y luego continuó hasta avenida Pellegrini, para terminar en Balcarce al 1600, frente a los Tribunales provinciales.
“Es la primera vez que vengo. Vine porque quiero conocer el movimiento feminista, y me pareció interesante porque hoy en día se juzga mucho a la mujer; siento que avanzamos tanto como sociedad, hubo revoluciones, no estamos en la edad media, pero no puede ser que haya cosas que todavía sigan estancadas”, dijo Cecilia, una joven de 17 años visiblemente emocionada.
Alejandra, de 59 años, estaba con un grupo de amigas en la esquina de Dorrego y Santa Fe esperando sumarse a la columna que ya comenzaba a marchar. “Nos congregamos porque apoyamos a Lucía, porque Lucía es cada una de nosotras; marchamos en apoyo a la mujer en la Argentina y en el mundo. Creemos que el machismo no sólo se da violentamente, sino en muchísimas circunstancias, está instalado en la sociedad desde hace muchísimo tiempo, cada vez más, y estamos luchando para que eso no suceda”.
“La lluvia no va a opacar la marcha, hay muchísima gente, la mujer tomó la calle, y hay muchos hombres también. Que los chicos y las nuevas generaciones vean que hay otras concepciones distintas a las instaladas”, remarcó.
“Esta marcha surge por las violaciones que se vienen repitiendo, los ultrajes heteropatriarcales del sistema, que se están visibilizando más ahora con el auge y la efervescencia del feminismo. Básicamente, marchamos en contra de la cultura heternormativa y la cultura de la violación”, sentenció Catalina, una joven de 18 años, que con su grupo de amigas y amigos esperaba junto a un puesto de pororó el momento propicio para encolumnarse por calle Santa Fe.
Ana, una chica de 27 años y militante política, fue escueta pero contundente: “Marchamos para poner fin a la violencia machista en todas sus formas, no puede ser que todos los días una mujer muera o viva diariamente el maltrato y la violencia”.
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