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Rosario Fantástica brilla como mundo aparte en pleno centro

La muestra de géneros de terror, ciencia ficción y fantasía se lleva adelante en el Centro Cultural Bernardino Rivadavia. Más de 3.500 personas participaron ya de una actividad que nació en el Sudoeste a partir del Presupuesto Participativo.


Casi 3.500 personas pasaron ya este fin de semana por la 3ª edición de “Rosario Fantástica”, la muestra de fantasía y terror que arrancó como una actividad del Presupuesto Participativo para chicos de zona sudoeste y cobró escala internacional. A pesar del mal clima del viernes y sábado, la muestra que cierra hoy es, según sus organizadores “todo un éxito” y se espera una cuarta edición “con más vuelo y convocatoria internacional”. Guillermo Martínez, encargado del área de Cultura del distrito Sudoeste, señaló la importancia de que este evento demuestra la posibilidad de “soñar desde los barrios”.

Turistas, amantes del cine y la literatura de ciencia ficción, terror y fantasía, y ante todo, familias enteras se acercaron ya a lo largo de estos tres días al Centro Cultural Bernardino Rivadavia. Más de 3.500 personas, en total y a pesar del mal clima, fueron las partícipes de jornadas a pura ciencia ficción, en las que, ante todo, se unieron las familias y muchos hijos pudieron mostrar “su mundo” a sus padres.  Así, y a pesar de las nubes y las lluvias de los días anteriores, la concurrencia fue masiva y para el año que viene se espera que tenga un alcance aún mayor.

Este año la convención llegó a nivel internacional al incluir la disertación de Arianrhod Midirath, representante dela Unescoen Argentina, quien profundizó sobre runas y lenguajes antiguos en el género fantástico. Entre los escritores y guionistas invitados se encontraron Alberto Laiseca, Luciano Saracino, Daniel Yagolkowski, Eduardo Carletti, Laura Ponce, Laureano Martínez y Pablo Nieto. También son de la partida los chicos del fan club de J. R. R. Tolkien (autor de El Señor de los Anillos), Star Wars Rosario, sobre los filmes de George Lucas, y de otros clubes de fanáticos de la ciudad. La coordinación está a cargo de Guillermo Martínez y Marco Juliá.

Pequeños monstruos

Votado entre los proyectos culturales del Presupuesto Participativo año a año en el Centro Municipal de Distrito Sudoeste, el taller Rosario Fantástica es una iniciativa ligada al interés de los barrios de la zona. Desde abril hasta noviembre, los talleres temáticos reúnen a unas 70 personas por año, en su mayoría chicos de menos de 17 años, que asisten una vez por semana ala Asociación PaísJoven y el Centro de Salud El Gaucho. Con herramientas pedagógicas dignas de cualquier taller literario, Néstor Batistelli y otros docentes abordan junto con los chicos los subgéneros de la ciencia ficción y las técnicas narrativas involucradas. El piso para ingresar al taller es ser mayor de 6 años y tener conocimientos de lectoescritura. El año pasado, un juego de rol –expresión que viene de role-playing y significa jugar a interpretar un personaje– con dados y cartillas fue incluido en la currícula. Los sesos y vísceras salpicadas por las historias de zombies, o muertos vivos, eran el tema del juego, que cautivó a los niños. La práctica de enseñanza a través del rol, que tiene algunas experiencias en enseñanza media de algunos países europeos, apunta a comprender y reproducir la constitución de un personaje: cómo piensa y, en consecuencia, cómo actúa.

Para Batistelli, los zombies atrapan y muerden a los niños del taller porque están de moda. Películas y hasta series de televisión abonan la teoría, aunque no cabe olvidar los basamentos teóricos que subyacen al cadáver andante, insiste el profesor. El zombie, cual crítica social, representa al esclavo de un sistema –político, económico, hasta hogareño– y eso, sumado al morbo, que no conoce edad, resulta en atracción. “Un pibe de 9 años no se asusta con fantasmas ni mutilaciones. Creo que se asustan con lo más cotidiano. Y si prenden la tele y están bombardeados por imágenes que superan la ficción, es difícil”, analiza Batistelli. Pero que no teman los padres, advierte el profesor, que también es psicólogo. “El juego, la lectura, mirar una película, no deriva en un aumento de la violencia. Somos de la generación Rambo (por las películas estadounidenses del rebelde héroe de guerra en la década de los 80) y no todos salimos como Rambo. Y si lo prohibís como forma de entretenimiento, peor”, apunta.

Contrario al imaginario de “el chico le huye al libro”, el taller de ciencia ficción recibe a jóvenes de barrio Plata y Alvear, por ejemplo, que devoran cuentos e historietas, canal inmediato a la narrativa adulta por contener dibujos y funcionar con dinámica cinematográfica. “Los niños tienen la particularidad de no tener ningún cuidado y dejar volar su imaginación. El adultos es más cerrado, en líneas generales”, refiere Batistelli.

En la producción del taller, entre naves espaciales y alienígenas, los chicos dibujan y escriben pequeños guiones en grupo. Historias que, como toda obra, no pueden despegarse de las vivencias, en la mayor parte de los casos, familiares. Aparecen en los relatos y dibujos señales de problemas en la casa: padres ausentes, violencia familiar, carencias económicas, por ejemplo. Por eso, más allá del enseñar/entretener que supone el taller, Batistelli lo considera un espacio de contención en el que las reglas, siempre y cuando sean sobre el papel, las ponen ellos. La imaginación y la catarsis van de la mano, a la vez que ayudan al desarrollo del niño, que permanece por largos ratos concentrado, inmerso en algún mundo.

Hasta hoy

La muestra Rosario Fantástica podrá visitarse hasta hoy, desde las 15 en el Centro Cultural Bernardino Rivadavia. El cierre está previsto a las 20 con la presentación de la banda de rock alternativo Subsónica.

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