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Acuario del Paraná

Rosario diagramó visitas guiadas para atraer a los turistas en la temporada baja

El Acuario del Paraná, emplazado en la costa norte rosarina y desarrollado en tres niveles, abarca un parque autóctono, un centro de investigación de vanguardia y diez peceras gigantes que permiten apreciar la vida y las especies que hay en el río Paraná, uno de los más caudalosos de Sudamérica


Rosario diagramó una serie de visitas guiadas al Acuario del Paraná, una megaobra que aborda integralmente la biodiversidad del delta del río para atraer a los turistas en otoño, informó la Secretaría de Turismo de Rosario.

El Acuario del Paraná, emplazado en la costa norte rosarina y desarrollado en tres niveles, abarca un parque autóctono, un centro de investigación de vanguardia y diez peceras gigantes que permiten apreciar la vida y las especies que hay en el río Paraná, uno de los más caudalosos de Sudamérica.

Las visitas guiadas se realizan de martes a viernes de 7.30 a 12.30 y de 13.15 a 18.30, y los sábados, domingos y feriados de 8.30 a 13.30 y de 14.15 a 19.30.

El secretario de Turismo de Rosario, Héctor De Benedictis, señaló que “el ingreso al acuario se realiza únicamente con visitas guiadas para grupos de hasta 25 personas y en recorridos que además de entretener y sorprender están orientados a crear conciencia sobre el cuidado del ecosistema del Paraná”.

La visita, que dura alrededor de dos horas, comienza en el Parque Autóctono, el espacio público que bordea el río con una pequeña laguna y una forestación que invita a descubrir los principales ambientes naturales del humedal litoraleño.

El recorrido continúa en el interior del edificio para apreciar el Laboratorio, que cuenta con equipamiento de última generación y es el más grande del país especializado en peces de agua dulce.

De Benedictis destacó que “tras los vidriados se observa a los investigadores de la Universidad Nacional de Rosario y del Conicet, que trabajan en estudios sobre el ecosistema del Paraná y la genética y genómica de sus peces”.

La Sala de Acuarios, ubicada en el primer piso, es el gran atractivo del complejo con sus mil metros cuadrados de superficie y casi un centenar de especies distribuidas en diez peceras gigantes, entre las que se destacan dos tubos cilíndricos con algunos de los peces más grandes.

De Benedictis explicó que “el recorrido refleja la biodiversidad del delta, por lo que cada pecera representa un ambiente diferente en el que se aprecian las características y las especies que predominan en una laguna, en un arroyo en su parte baja, media o profunda, en un bañado, en un madrejón o en un canal profundo”.

La visita permite observar más de 90 especies, entre las que se cuentan, por mencionar algunas: dientudo, pacú, sábalo, dorado, pejerrey, mojarra, lisa, pacú reloj, vieja del agua, amarillo, moncholo, armado, apretador, torito, san pedro grande, sietecolores, trompudo, virolo, ipiau y madrecita autóctona, entre otras.

La Sala de Acuarios también cuenta con la presencia de diferentes dispositivos tecnológicos y juegos interactivos en 3D que transforman la visita en una nueva experiencia sensorial y aportan muchísima información con imágenes, videos y detalles sobre la vida en el delta.

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