Coronavirus

Política de Estado

Rosario da el primer paso para la creación de una Empresa Pública de Alimentos

La iniciativa de Ciudad Futura y Patria Grande apunta a sumar una solución a la crisis alimentaria de la mano del Estado. Enviarán un proyecto de ley al Congreso y, a la par, buscan poner a funcionar una planta de fraccionamiento de alimentos para abaratar costos. El municipio ya dio el visto bueno


Enfrentar la crisis social y económica generada por la pandemia. Ese es el espíritu detrás del proyecto de Ciudad Futura y Patria Grande para poner a funcionar una Empresa Pública de Alimentos que garantice la asistencia alimentaria a nivel nacional. La propuesta va por dos carriles: uno legislativo a nivel nacional, para que la iniciativa se transforme en una política de Estado; y otro territorial y más inmediato, que apunta a poner a funcionar Plantas de Fraccionamiento Local, que tengan como proveedores a una red de pequeños y medianos proveedores de alimento que vendan a granel para abaratar costos. Este martes, la concejala Caren Tepp y el ex edil Juan Monteverde, de Ciudad Futura, acercaron la propuesta al intendente Pablo Javkin, quien manifestó la voluntad de sumar al municipio a la propuesta. Rosario será la primera ciudad del país donde se ponga en marcha: el Ejecutivo local se comprometió a aportar el espacio físico para montar la planta.

“Es una idea que venimos discutiendo desde el año pasado con distintas organizaciones del Frente Patria Grande. Por la situación económica del país, a la que ahora se le suma este contexto de pandemia, el Estado no sólo va a tener que atender a los sectores sociales excluidos, como la situación que se da en los barrios populares, sino que también a otros sectores sociales de clase media o clase media baja que necesiten algún tipo de asistencia del Estado en materia de alimentación”, explicó a El Ciudadano la concejala de Ciudad Futura, Caren Tepp.

La iniciativa tiene dos dimensiones. “Por un lado impulsamos una ley nacional para la creación de una empresa pública nacional de alimentos. Así como en nuestro país la educación y la salud son servicios públicos, los alimentos tienen que tener esa connotación. El Estado tiene que tener una participación activa en las distintas cadenas de producción, distribución y comercialización de alimentos. Y, además, formar parte en la formación de precios”, detalló Tepp. “El acceso a los alimentos en el siglo XXI tiene que seguir en esa línea”, consideró.

La otra mitad del proyecto, que en realidad es la primera que apuntan a poner en marcha, está dirigida a la creación de plantas locales de fraccionamiento y distribución de alimentos. “Mientras peleamos por una ley nacional, que apunta a que los alimentos pasen a ser un bien público, el primer paso que estamos trabajando desde Ciudad Futura en Rosario y con el resto de las organizaciones de otras localidades del país es que podamos contar con una mínima inversión estatal para poner en funcionamiento estas plantas”, explicó la concejala.

Plantas locales de fraccionamiento

La parte más inmediata del proyecto apunta a montar plantas locales que fraccionen, empaqueten y construyan unidades nutricionales básicas. Se trata del primer eslabón de una Empresa Pública de Alimentos.

El sistema funciona con una red de pequeños y medianos productores de alimentos que venden a granel a las plantas locales que se encargan de fraccionar. El principal objetivo es achicar costos quitando intermediarios y formadores de precio, y al mismo tiempo apoyar a los productores regionales y garantizar un mejor precio final para ampliar el alcance de la asistencia.

En una primera etapa se apunta a trabajar con diez productos esenciales de cualquier dieta y que son fáciles de conservar, del núcleo secos y almacén: harinas, arroz, legumbres, fideos, yerba, azúcar, aceite, cereales, frutos secos y condimentos. Los alimentos salen de la planta con una marca propia y llegan en dos formatos: mayorista, para instituciones, escuelas y centros comunitarios; o directamente al consumidor en cajas nutricionales especialmente diseñadas, a las que, en una segunda etapa del proyecto, se le pueden sumar otros tipos de alimentos como frutas, verduras, lácteos y carnes, a través de convenios con cooperativas y pequeños productores y emprendedores.

“El objetivo es obtener un precio más justo que lo que hoy ofrecen las grandes empresas a los Estados”, enfatizó Tepp.

La legisladora local indicó a El Ciudadano que para la puesta a punto de una planta en Rosario sólo se requiere de un espacio físico para poder funcionar e invertir en tres máquinas fraccionadoras. “Con eso tendríamos la capacidad de llegar, de mínima, a 20 mil familias que se encuentran por debajo de la línea de indigencia en Rosario”, consideró.

Acuerdo

Este martes, Tepp y Monteverde se reunieron con el intendente Pablo Javkin para avanzar sobre el proyecto y obtuvieron el visto bueno del municipio local para la puesta en marcha de la primera parte de la iniciativa. El encuentro se llevó a cabo en la Municipalidad y se acordó un plan de trabajo para que Rosario sea la primera ciudad del país donde esta idea empiece a materializarse.

“Creo que es un paso trascendente el que dimos, el intendente se comprometió a aportar el espacio físico donde poder montar la Planta de Fraccionamiento, que es el primer paso de la empresa pública”, señaló Monteverde. “Esto no sólo le da un gran impulso a la concreción del proyecto sino que es una señal política de los tiempos que vienen: yo hace un año competí con él por la intendencia y seguramente lo volveremos a hacer en el futuro, pero vinimos a proponer la idea, a poner nuestra militancia y fuerza de trabajo a disposición, porque lo que nos importa es que las cosas se hagan, no quién se lleva un rédito político”, explicó el ex concejal y ex candidato a intendente en las elecciones del año pasado.

Tras la reunión, Tepp manifestó: “estamos convencidas de que para la nueva normalidad que se viene hay que crear nuevas formas de hacer las cosas. Formas distintas de vincularse para, además de resolver problemas concretos, aportar a construir una sociedad mejor que la que nos trajo hasta acá”. Y agregó: “Este proyecto buscar unir con inteligencia los esfuerzos que están haciendo por separado distintos sectores: los que producen alimentos que no pararon, los movimientos sociales que vienen desplegando una solidaridad enorme, la política y el Estado, que muchas veces está desbordado”.

Marca propia y lectura crítica

“Que los alimentos salgan de las plantas fraccionadoras con una marca propia reconocible brinda al Estado la posibilidad de involucrarse dentro del mercado de los alimentos. Tanto en lo que se refiere a la conformación de precios, como en la discusión más amplia de la necesidad de que dejemos de consumir lo que el mercado nos ofrece sin una lectura crítica. Pensar en qué consumimos, de dónde viene, qué prácticas productivas hay atrás. No sólo en términos ambientales, sino también de explotación laboral en la cadena de producción”, remarcó Tepp.

La concejala de Ciudad Futura entiende que estas discusiones respecto de las lógicas de producción y consumo imperantes tienen que darse. “Que el Estado tenga una marca propia garantiza toda la trazabilidad de los productos”.

 

 

 

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