Ciudad

Aborto legal, gratuito y seguro

Rosarinas exponen a favor de la despenalización

Viviana Dellasiega y Silvia Augsburger sostienen que se oponen los mismos sectores conservadores que apoyaron la dictadura.


Dos de las principales referentes del feminismo de la ciudad hablarán hoy en el Congreso Nacional a favor del proyecto de ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo (IVE). Viviana Dellasiega y Silvia Augsburger son integrantes de la mesa de Rosario de la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito. En diálogo con El Ciudadano, consideraron al debate parlamentario de despenalización y legalización del aborto como un triunfo de la democracia y del movimiento de mujeres de la Argentina.

El debate en el plenario de las comisiones de Legislación General, Salud, Legislación Penal y Familia comenzó el 10 de abril. Hay nueve proyectos de IVE presentados. El de la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito es el que más apoyos tiene, con 71 firmas, y desde 2005 fue presentado siete veces. Este año llegó por primera vez a las comisiones. Todos los martes y jueves de 9.30 a 13 y de 14.30 a 18 referentes y especialistas a favor y en contra de la iniciativa dan sus argumentos y contestan las preguntas de las y los diputados. En total son 700 y hasta el momento de Rosario hubo una fuerte presencia de profesionales de salud. Se espera que la votación sea en junio, antes del debut en el Mundial de Argentina.

Lo dice la ONU

Dellasiega tiene 66 años y ni en sus mejores sueños imaginó que iba a hablar en el Congreso sobre aborto. Desde hace semanas practica la exposición de siete minutos. Estudió Comunicación Social y trabajó en la Defensoría del Pueblo, donde se jubiló hace poco. Desde hace 20 años es parte del Instituto de Género, Derecho y Desarrollo, conocido como a Insgenar, espacio que la convirtió en feminista. La principal idea quiere dejar en la cabeza de las y los legisladores es que quienes están a favor de la despenalización no promueven el aborto. “Promovemos la autonomía de las mujeres a decidir porque es la única forma de pensarnos como ciudadanas de primera. ¿Si no tenemos derecho a decidir sobre nuestro cuerpo que es lo más personal e íntimo que tiene una persona sobre qué decidimos?”.

En su exposición en el Congreso se centrará en los instrumentos internacionales de derechos humanos, en concreto de Naciones Unidas. “Desde 1997 las observaciones generales sobre los derechos humanos que hacen los distintos comités de la ONU recomiendan a la Argentina avanzar en derechos sexuales y reproductivos y no criminalizar a las mujeres por abortar”, explicó y aclaró que son mentira los argumentos de las voces en contra que citan al organismo internacional para defender la penalización.

Para ella las voces en contra de la despenalización son los mismos que se opusieron a la ley de matrimonio igualitario, al divorcio y la identidad de género. “Son los sectores conservadores y del patriciado que ha apoyado la dictadura militar. En la marcha del niño por nacer estaba Cecilia Pando y el partido nazi. Son los que no dudaron en avalar un genocidio donde mataron adolescentes, robaron bebés, asesinaron a mujeres embarazadas o les robaron a sus hijos. En ellos hay una continuidad que se opone a todo lo que sea ampliación de derechos y sobre todo los derechos humanos de las mujeres”, opinó.

Para Dellasiega el debate actual es el fruto del trabajo de 15 años de la Campaña que, junto con el creciente movimiento de mujeres del país, logró que una despenalización social del aborto. “Cuando sumamos a los Profesionales de la Salud por el Derecho a Decidir crecimos en argumentos médicos, científicos y académicos. Y el crecimiento del movimiento de mujeres es exponencial. Lo vemos en la juventud y no sólo en las mujeres sino también en los  varones. El 8 de marzo había una columna enorme de los colegios secundarios con chicos y chicas que dan la discusión en todos lados y se ponen el pañuelo verde. Hoy cualquier encuesta dice que la mayoría de la sociedad está a favor de que se deje de criminalizar a las mujeres por abortar”, agregó.

El primer proyecto

Silvia Augsburger es diputada provincial de Igualdad y Participación y fue diputada nacional entre 2005 y 2009. Participó por primera vez de un Encuentro Nacional de Mujeres (ENM) en 2003 en Rosario. La edición quedó en la historia del movimiento feminista argentino por el surgimiento de la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito. Fue la primera vez que en el evento lograron hacer el taller de estrategias hacía la despenalización sin que fuera boicoteado por los grupos conservadores. “Asumimos un discurso que fue fundamental para avanzar: el taller era para discutir estrategias de la futura ley, las que no estuviesen de acuerdo con la legalización podían participar de otros talleres pero ahí se iba a hablar de cómo alcanzar la legalización”, explica.

Dos años más tarde, en 2005, Silvia llegó junto con otras compañeras de la Campaña a la puerta del Congreso Nacional. Llevaban las cajas con 50 mil firmas juntadas en todo el país para pedir una ley que despenalizara el aborto en todas las causales hasta la semana 14. En 2008 fue la encargada de ingresar como diputada nacional el proyecto de ley de la Campaña al Congreso, pero nunca tomó estado parlamentario. También fue autora de la ley de matrimonio igualitario, aprobada en 2010, y de la primera ley de identidad de género, que no llegó a ser tratada.

Augsburger pisará este martes nuevamente el Congreso. No lo hará como legisladora sino como una de las referentes que hablará a favor de la iniciativa. Su exposición se centrará en los diez años que pasaron desde el primer proyecto que presentó y el debate actual. “Los fundamentos a favor que estamos escuchando son los mismos que planteamos en 2008 y desde la vuelta de la democracia. Lo que cambia es que hoy están sostenidos por una conciencia social muy fuerte. El primer Ni Una Menos de 2015, con la enorme movilización que le dijo no a la violencia sexista, fue un punto de inflexión en favor de los derechos de las mujeres. Hoy la criminalización del aborto es la última de discriminación hacia las mujeres. Después quedan los cambios culturales pero en lo formal el aborto como un crimen es la última barrera que nos toca tirar abajo”, opinó.

Para la diputada el debate en el congreso puso en evidencia el nivel de argumentos de uno y otro lado. “De los que están en contra llama la atención la ignorancia en muchos temas y que muchos rozan lo absurdo. Plantear que va a haber un software para detectar a las niñas que van a quedar embarazadas cinco año antes o decir que quedar embarazadas salva de abusos y violaciones, son cosas que nunca pensé que iba a escuchar en el Congreso”, agregó.

“Los que se oponen al avance de las leyes que transforman la sociedad son los mismos que hemos encontrado en todos los debates donde se ampliaron los derechos sociales. El divorcio, el matrimonio igualitario, la ley de identidad de género y ahora el aborto son leyes que hablan de 35 años de democracia. La dictadura rompió la posibilidad de ampliar derechos y desde 1983 se ha batallado para conseguir una sociedad más justa e igual. Las mujeres jóvenes nacidas en democracia se apropian de las banderas históricas y da pelea porque nacieron en una sociedad más libre. Están dispuestas a que nunca más les digan lo que tienen que hacer, en este caso con su vida sexual y reproductiva”, opinó Augsburger.

Rosario como ejemplo

Rosario aparece como un caso testigo a la hora de pensar la despenalización. Desde 2012 ninguna mujer murió por aborto en los centros de salud y hospitales municipales de la ciudad. La mortalidad cero responde a dos factores: desde 2007 se puso en marcha la Interrupción Voluntaria del Embarazo (ILE), que la ley argentina permite bajo las causales de violación y riesgo de salud de la mujer, y desde 2012 en todos los centros de salud se entrega misoprostol, la droga recomendada por la Organización Mundial de la Salud para un aborto seguro. La clave de Rosario fue pensar la ley desde una perspectiva no restrictiva y que la decisión de abortar sea de la mujer y no del médico.