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En el norte de Santa Fe

Rosalía Jara: un juez de segunda instancia resuelve pedido de sobreseimiento

La joven desapareció en Fortín Olmos a mediados de 2017 y su cadáver fue encontrado un año después en un campo de Vera. Con el hallazgo se amplió la acusación al principal sospechoso de "desaparición forzada" a "femicidio". Y sus defensores pidieron que se anule la primera acusación


Rosalía Jara.

Esta semana se realizó una nueva audiencia en la causa que investiga el femicidio de Rosaría Jara, la joven mamá que tenía 19 años al desaparecer de Fortín Olmos en julio de 2017, hasta agosto pasado, cuando su cadáver fue encontrado en un campo de Vera. Para entonces ya estaba detenido Juan Valdez, un profesor de educación física de 38 años con el que ella había tenido una relación y que fue acusado en un primer momento por el delito de desaparición forzada. Pero la imputación en su contra se modificó en diciembre pasado, luego de que el equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF) confirmara que los restos óseos eran de Rosalía.

Así, Valdez fue imputado por homicidio doblemente agravado calificado por el vínculo y por la condición de género. Tras la nueva acusación, sus abogados defensores pidieron que fuera sobreseído de la primera, por retención y ocultamiento de una persona. El planteo fue rechazado por el juez Gustavo Gon, a quien apelaron, y este miércoles el caso llegó a un juez de segunda instancia que en una semana dará a conocer su decisión.

La audiencia de este miércoles fue presidida por el camarista Carlos Renna, quien se tomó el plazo de ley para dar su veredicto. En la misma estuvo presente Valdez, junto a sus abogados defensores Jorge Bedouret y Jorge Faisal, además del abogado querellante Aníbal Zupel y el fiscal de la causa Gustavo Latorre.

Según el planteo de la defensa, la imputación por femicidio contra Valdez realizada el 18 de diciembre pasado invalida la acusación anterior por desaparición forzada porque no se puede “seguir imputando por dos hechos” a su defendido.

Por el contrario, el fiscal sostiene que una calificación lleva a la otra ya que Rosalía estuvo desaparecida más de un año, por eso la acusación fue de “ocultamiento y retención”, hasta que sus restos fueron hallados y se pudo imputar por femicidio.

La desaparición

Rosalía fue vista por última vez con vida el 1º de julio de 2017 en una garita sobre la ruta 83S de Fortín Olmos, luego de salir de un bar ubicado a dos cuadras. De ahí sus rastros se perdieron: ese fue el último lugar donde se activó el celular y también donde los perros detectaron su olor.

Desde un primer momento, sus familiares aseguraron que Rosalía no se iba a separar de su pequeña hija, Alma, y contaron que tanto su DNI como el resto de la documentación y dinero quedaron en su casa. El principal sospechoso siempre fue Valdez, profesor de educación física y con quien Rosalía había tenido una relación. Valdez fue detenido el 20 de julio de ese año y los estudios de ADN determinaron que es el padre de la hija de Rosalía. Desde entonces quedó en prisión preventiva tras ser imputado por retención y ocultamiento de una persona.

En agosto de 2018, cuando se confirmó que los restos hallados por cazadores en una zona de islas del departamento Vera pertenecían a Rosalía, los fiscales adelantaron que cambiarían esa calificación a femicidio y así lo hicieron en la audiencia del 18 de diciembre de 2018.

Por su parte, los defensores de Valdez, quienes sostienen su inocencia, pidieron que los restos hallados en el campo de Vera vuelvan a ser peritados, luego de poner en duda los resultados obtenidos. Las nuevas pericias están ahora en manos del Instituto Médico Legal (IML) de Rosario.

Para el fiscal del caso, Valdez es el autor del femicidio y el móvil fue que tenía se basaba en que la hija de Rosalía era suya y “no quería entregarle más dinero”. Según la acusación, un día antes de su desaparición, Rosalía le había reclamado dinero a Valdez varias veces por teléfono. Y al otro día él le pidió encontrarse, la citó en la garita a la salida de Fortín Olmos, la hizo subir a su auto, “le hizo apagar o le apagó el celular”, la alejó del lugar, la mató y luego arrojó el cuerpo en un campo.

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