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“Rolando Rivas, taxista”: el amor “vigente” entre Claudio García Satur y Soledad Silveyra

La actriz aseguró que al recordar el medio siglo de la telenovela se “emociona inmediatamente” mientras que el actor dijo que la gente lo sigue saludando en la calle por el recuerdo del personaje. "Rolando y yo seguimos caminando juntos", compartió


El actor Claudio García Satur, cuyo personaje protagónico dio título a la icónica telenovela creada por Alberto Migré Rolando Rivas, taxista, que este lunes cumplirá 50 años de su primera emisión, reconoció: “Ese es el personaje por el que la gente todavía me saluda por la calle y por eso es como que seguimos caminando juntos”. Por su parte, Soledad Silveyra, quien dio vida a la caprichosa pero apasionada Mónica Helguera Paz en la emblemática telenovela aseguró que la tira ocupa un lugar “fundamental” en su trayectoria y que lo que define su vigencia es “la pasión” con la que se hacía.

“Creo que la identificación que la gente hace entre el personaje y mi persona seguramente tenga que ver con que sigo siendo el mismo muchacho que nació en San Juan y Boedo”, arriesgó García Satur durante una comunicación con Télam.

La referencia de Claudio a la ligazón que mantiene con Rolando no deja de ser llamativa en el tránsito de una figura que a inicios de los 90 asumió a Quique en otro éxito televisivo como fue Son de Diez y que además jalona una imponente vida teatral cuyo último gesto más notable fueron las cuatro temporadas (entre 2010 y 2014) del clásico El conventillo de la paloma.

El artista, que el 22 de febrero pasado cumplió 84 años, consideró que el nuevo aniversario del suceso de la tira semanal que se emitía por el entonces Canal 13 y lograba marcas de 40 puntos de rating, “ratifica el sentimiento” que siempre tuvo sobre el programa.

“Más allá del resultado, que fue muy bueno, siento que tuve la fortuna de haber sido parte de un muy buen programa del género”, reflexionó el intérprete acerca del ciclo en cuyos roles femeninos se desempeñaron Soledad Silveyra (en la primera temporada) y Nora Cárpena (en la segunda).

Solita Silveyra también fue entrevistada por la agencia de noticias y recordó que la telenovela no fue su primer gran éxito, ya que se había iniciado en el oficio a los 12 años y para 1972 contaba ya con títulos tan importantes como El amor tiene cara de mujer, Alta comedia o Así en la villa como en el cielo en TV, o Un muchacho como yo (1968) con Palito Ortega y Gitano (1970) con Sandro.

Ante los 50 años de Rolando Rivas…, la actriz dijo: “Me emociono inmediatamente, es una vida. Todo lo que trabajé, todo lo que descubrí, todo lo que aprendí, los actores, el teatro, y la tele. Esa que hacíamos, que trabajábamos 18 horas con una pasión todos que hace años que no veo. Con Migré en el control poniendo la música, todo era un equipo fenomenal. No sé cómo podíamos trabajar tanto, pero fue maravilloso”. Y agregó: “Era otra tele, sin lugar a dudas. El de hoy es otro mundo también. La tecnología cambió todo, y hoy mandan las plataformas”.

En tanto, García Satur llegó a su primer protagónico tras un recorrido artístico marcado desde la cuna (su padre fue el actor Enrique García Satur, 1910-1972), una formación teatral y una profusa labor televisiva.

Al momento de esta oportunidad que marcaría su trayectoria, su rostro y sus dotes actorales ya eran reconocidas por la audiencia ya que desde la década del 60 participó en telenovelas protagonizadas por Guillermo Bredeston, Fernanda Mistral (como La piedra contra el cristal y Muchacho triste) o las comedias de Darío Vittori.

Además había tenido la posibilidad de trabajar en los unitarios de suspenso de Narciso Ibáñez Menta y encabezar el capítulo Un pacto con los brujos, donde asumió al cantante Tony Capone, quien hace ese trato con los hechiceros para gozar de las mieles del éxito que le eran esquivas.

“Yo era muy solicitado, me convocaban todo el tiempo y por la cantidad de trabajo que había hecho desempeñándome como actor de reparto en comedias o partícipe secundario en tramas románticas había logrado comprarme un departamento de cuatro ambientes y un auto”, recordó.

“Rolando Rivas, taxista”, la telenovela que cumple 50 años de su primera emisión

Promesa cumplida

Consultado sobre cómo llegó la propuesta de encarnar el personaje de Rolando Rivas, Satur recordó que ya había trabajado con Alberto Migré y él le había prometido un protagónico. “Y así fue”, sostuvo. “Haber sido convocado para un protagónico por el escritor número uno del género era algo muy importante y no le iba a decir «dame el libro primero». Así que pensé «subite al caballo primero y jugátela. No sabés si te va a ocurrir otra vez» y me consta que Migré tuvo que pelear en varios canales para imponerme como protagonista”, agregó.

Sobre a qué atribuye que ese rol haya sido tan consagratorio para su desempeño como actor, mencionó: “Ser el que conduce en cierto sentido la historia romántica conlleva un cierto riesgo, pero cuando ocurre un éxito de cualquier índole es porque se ha tocado una tecla cierta y con los personajes ello ocurre cuando se logra una identificación y en mi caso el traje de Rolando Rivas me quedaba a la perfección pero también tenían que aplaudirte los que miraban con el traje puesto. Yo entendía que la actuación en general era algo mucho menos suelto y quizás rompí un poco la figura del típico galán de la época. A mí no me importaba demasiado la postura ni estaba frente a la cámara como si fuera un maniquí”.

Química total

En medio del aniversario de la telenovela, la actriz aún recibe el cariño del público. “Recién un tachero me cuidó, me ayudó, que venía con ropa, con bolsas, le pago y cuando me da el vuelto le digo «me está cobrando de menos» y me responde «se van a hacer 50 años de Rolando Rivas, Solita, yo estoy en este taxi por Rolando». Es increíble. Y cuando son jóvenes también, me dicen «Uy, lo que le gustaba a mi viejo la novela». Yo creo que lo que pasó con Rolando fue esa magia de que la vieron los hombres, creo que fue la primera novela que trascendió el género femenino”, señaló y agregó que el público masculino estuvo ahí “Por lo que tenía Rolando, por lo que era Claudio; el enorme protagonista de esto es él, que construyó ese personaje. Después la pareja, que tuvimos una química increíble y por algo hice un primer año y me fui. Estaba enamorada de mi marido, y veía que la mano venía peligrosa (risas)”.

Sobre su incorporación al elenco, recordó: “Según tengo entendido, creo que Migré quería a Nora (Cárpena, quien terminó reemplazándola en la segunda temporada de 1973 cuando Silveyra se fue) de entrada y que parece que fue el canal, donde yo había hecho el año anterior Así en la villa como en el cielo el que pidió que sea yo. El programa no arrancó bien, me contó Claudio los otros días. Que tardamos en crecer como dos meses hasta llegar a los 40 puntos de rating. Pero era tanta la pasión con la que lo hacíamos, y nos gustaba tanto que no me acuerdo qué pensaba en ese momento”.
Además recordó cuándo se dio cuenta del éxito de la tira: “Para mí llegamos al éxito un día que íbamos a Córdoba para un premio, que iban Bredeston y Beatriz Taibo, que eran la pareja del momento, y nosotros recién empezábamos. Llegamos a Córdoba y había… no sé, 200 taxis; fue impactante, toda la gente gritando “Rolando y Mónica”. Nos subimos a un Peugeot y empezamos a desfilar con todos los otros taxis por calles de Córdoba, en medio de banderas argentinas y parecíamos Perón y Evita (risas). Y Claudio que me decía «no nos creamos nada, porque esto es hoy y mañana puede no ser, no perdamos la humildad»”.

La tevé de hoy

Consultados ambos sobre cómo ven la tevé en la actualidad y si fuera posible que una historia al estilo de Migré tenga éxito como la que protagonizaron, los artistas coincidieron en que sería “difícil”.

“El recurso romántico necesita de su tiempo pero hoy no hay tiempo y parece extraño que la gente se siente a ver un programa de amor. Y aunque algunas de las primeras telenovelas turcas que funcionaron muy bien en el país tienen ritmo bastante parecido a las que hacíamos entonces, es evidente, por ejemplo, que las escenas que en aquel tiempo duraban siete minutos hoy apenas llegan a uno”, advirtió García Satur, mientras que Silveyra remarcó: “Es otra época, es difícil. Nosotros teníamos el mercado del teleteatro como género, de esas telenovelas románticas. Ahora hay como una generación de telenovelas que la siguieron después los turcos, que la gente ve el paisaje también, conoce otras culturas. Y son románticas, y lentas, pero funcionan, y están muy bien hechas. Creo que lo que resume a Rolando Rivas… es la pasión, la de todos los que estábamos involucrados. Hace rato que no veo la pasión de todos”.

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