Ciudad

Roedores: murió un joven isleño y aumenta la alarma

Por Santiago Baraldi. La directora de la escuela de El Espinillo aseguró que combaten a las ratas con gatos y búhos.

“Nunca vi tantas ratas como ahora, para los lugareños es porque este año no hubo quemas de pastizales y a eso hay que agregarle que el río está crecido”, afirmó sorprendida Liliana Scabuzzo, directora de la Escuela 1139 Marcos Sastre, ubicada en la isla El Espinillo, frente a las costas rosarinas. El martes pasado, personal de Defensa Civil, Prefectura y la coordinadora del área de Salud municipal, Analía Chumpitaz, se presentaron en la escuela para instruir a los habitantes del lugar y ayer se conoció la muerte de un muchacho de nombre Germán, un puestero de 28 años, que mientras unos aseguraron que fue víctima de leptospirosis desde la cartera de Salud municipal, Lelio Mangiaterra, afirmó que fue por hantavirus. De todas maneras, ambas enfermedades son transmitidas por roedores.

Scabuzzo afirmó que cada día aparecen en el perímetro que rodea al establecimiento una docena de ratas o ratones muertos: “Por suerte tenemos de aliados a gatos y búhos, pero no es suficiente, aquí nadie viene a fumigar, el veneno contra las ratas lo pagamos de nuestros bolsillos, nos preocupa por los chicos”.

Marisa, vecina del joven fallecido, agregó que ya no saben cómo controlar la cantidad de ratas que hay en el lugar. “Estamos siempre cuidando que todo esté limpio, pero así y todo las vemos por todos lados, fue muy triste lo que pasó con Germán, un muchacho buenísimo que trabajaba con los animales. Lo tuvieron en el Clemente Álvarez sin saber qué tenía, ¿no se dieron cuenta de que venía de la isla y la posibilidad que tenía de contacto de ratas?”, se preguntó indignada. El mismo tono utilizó Eduardo, amigo de la víctima, pescador, que señaló: “Vinieron el martes a hacer un relevamiento, a traer medicamentos, pero es insuficiente, hay mucha más gente adentro, en los campos, que ni se enteró de que vino Defensa Civil. Lo que dicen los puesteros es que cuando se hace la quema de pasto las ratas huyen, pero este año todavía no hubo y además se viene la crecida del río”.

La directora de la escuela, a cargo de 18 chicos de distintas edades, afirmó que la altura del río Paraná está en 4,54 metros y la semana próxima, según datos que les brindó Prefectura, esperan que llegue a 4,79: “Para nuestra escuela es una altura tolerable, no corremos riesgo de que se nos meta en las aulas, pero la muerte de Germán impactó mucho en la gente”. Chumpitaz, desde el área de Salud, reconoció que toda la gente que vive en la zona rural de las islas se atiende en los efectores locales. “Esto es parte de Entre Ríos, así que todo lo que hagamos tenemos que dar información a las autoridades de esa provincia. Les dejaron a los pobladores los teléfonos de referencia para que llamen si advierten alguna sintomatología”, aseguró.

Leptospirosisi o hantavirus

Por su parte, el secretario de Salud municipal, Lelio Mangiaterra, afirmó que la muerte del joven “trae preocupación” porque “la leptospirosis tiene un tratamiento de antibiótico específico, en cambio con el hantavirus los antibióticos no son efectivos, tiene otras complicaciones. El hantavirus es tan complicado como la leptospirosis”, explicó, y recomendó andar calzado en la isla, no manipular las cosas del suelo sin guantes, lavarse las manos continuamente. “Los roedores con su andar y su orina están contaminando los charcos; en cambio, más al interior de la isla, en el canal, el agua es muy caudalosa y se limpia”, aclaró.

Por su parte, la directora de la escuela Marcos Sastre, al frente del establecimiento desde hace 35 años, razona con lógica ante los cambios climáticos y del ecosistema: “Antes se veían muchas más lechuzas y caranchos que se ocupaban de las ratas, ahora sólo hay gatos. Sin dudas, hay un impacto ambiental que perjudica a la naturaleza y su cadena de alimentos. Ahora lo atribuyen a la falta de quema, pero tampoco se puede ahogar con el humo a la gente de la ciudad…”.

Paradójicamente, ayer entre las actividades que llevó adelante Scabuzzo con sus alumnos, tenía que ver con el Día Internacional del Libro: “Estamos leyendo cuentos, con las madres y abuelas que nos dan una mano, incluso de mi autoría”, dice orgullosa, pero para la ocasión “deberíamos leer el Flautista de Hammeling, porque es lo que vamos a necesitar”, finalizó.

Comentarios