Policiales

Asalto en Villa Constitución

Robó, marchó preso y lo condenó una cicatriz en la cara

Se llevó una treintena de celulares a punta de pistola de un local comercial en Villa Contitución, pero una marca en su rostro fue determinante. Una de las víctimas lo reconoció y ahora la Cámara Penal de Rosario confirmó la sentencia a 4 años de prisión por este hecho


Un albañil de 25 años deberá pasar 4 años preso por robar una casa de celulares a punta de pistola en Villa Constitución. Así lo dispuso tras un juicio oral un juez penal, y lo confirmó la Cámara Penal. El hecho ocurrió en abril de 2017 cuando al terminar la jornada laboral un solitario ladrón entró, apuntó a uno de los dueños con un arma y se alzó con el botín. El rostro del asaltante quedó grabado en la retina de la víctima, quien destacó una característica: tenía una cicatriz en la parte derecha de su rostro que terminó por delatarlo.

Faltaba poco para las 20.30 del 10 de abril de 2017 cuando un ladrón ingresó al comercio Servinet dedicado a la venta y reparación de celulares y computadoras, ubicado en Sarmiento al 800 de dicha localidad cabecera del departamento Constitución. En el interior estaban los dos dueños, uno de ellos en el mostrador dedicado a la atención al público y el otro en el sector de servicio técnico, ubicado al fondo del local.

El propietario se disponía a atender al recién llegado cuando éste sacó un arma y le apuntó al pecho. Al ver la secuencia, el otro socio se metió al baño y llamó a la Policía. Mientras, el asaltante amenazaba de muerte a la víctima y se alzó con 30 celulares que metió en una mochila. También se llevó la bicicleta de uno de los dueños, con la que escapó por calle Colón.

Cuando la policía llegó, el ladrón ya se había ido pero uno de los socios lo tuvo frente a frente y dijo que podía reconocerlo, señaló como característica una cicatriz en el rostro. Tras la denuncia le mostraron álbumes fotográficos e identificó a Lucas Molina, el albañil de 25 años.

Los investigadores allanaron su casa y lo detuvieron, aunque no encontraron el botín, ni el arma utilizada. Molina marchó preso pero su familia fue a la Fiscalía e insistió en que no era el atracador. Los allegados aportaron nombres de los posibles asaltantes y le echaron la culpa a un primo del detenido, dijeron que tenía una similitud física y una cicatriz.

Este aporte fue descartado tras una rueda de reconocimiento donde la víctima señalo a Molina.

También sindicaron a un menor y si bien abrió una investigación en el fuero penal, al hacer la rueda de reconocimiento la víctima no lo ubicó y confirmó que el asaltante era la persona que había señalado en la primera ronda de personas. La causa contra el adolescente fue archivada.

En cuanto a Molina, si bien se pudo corroborar que antes del atraco estuvo en el cumpleaños de su abuela no se pudo determinar, que ese dato lo excluya del asalto, ya que no tuvo coartada comprobable para ese horario.

El expediente se investigó en la vecina localidad y el 16 de marzo de 2018, el juez penal Carlos Pareto condenó a Molina a la pena de 4 años por el delito de robo calificado por el uso de arma de fuego cuya aptitud no pudo acreditarse.

Apelación

Esta resolución fue apelada por la defensa de Molina y la causa llegó a la Cámara Penal de Rosario. Los vocales Carolina Hernández, Gabriela Sansó y Guillermo Llaudet revisaron el caso y resolvieron confirmar la condena para Molina.

Explicaron que fue sindicado con cercanía al hecho, más precisamente al día siguiente cuando una de las víctimas lo reconoció en uno de los álbumes fotográficos que le exhibió la Policía. Refirieron que el resto de sospechosos, cuyos datos para su identificación brindó la familia del acusado, no pudieron corroborarse con la prueba colectada incluso no fueron reconocidos en rueda de personas como sí ocurrió con Molina.

Los camaristas sumaron que desde los primeros momentos la víctima describió al asaltante y aseguró que tenía una particularidad, una cicatriz en la cara. Y remarcaron que, además, la víctima aseguró que estaba en condiciones de reconocerlo y así lo hizo durante una medida judicial. Molina tenía una cicatriz en el lado derecho del rostro.

Con estos argumentos los magistrado de la Cámara de apelaciones resolvieron confirmar la sentencia de primera instancia por lo que Molina deberá cumplir con la pena impuesta.

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